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CRÓNICA DE UNA NOCHE ELECTORAL

Ribó baila el 'Don't stop me now' 

27/05/2019 - 

VALÈNCIA. No, no era Iceta. Era el alcalde de València, Joan Ribó, celebrando la reválida de su cargo para cuatro años más. Compromís obtuvo 10 concejales en unas elecciones muy disputadas. Con el PSPV-PSOE (7), agrupan apenas 17 ediles, la mínima mayoría necesaria para superar a la derecha, que se quedó a las puertas de hacerse con el gobierno municipal. La izquierda retuvo el ejecutivo local en una noche electoral que, si bien empezó otorgándole un edil más a los socialistas y cierta holgura al bloque de izquierda, acabó con unos resultados ajustados y cierta sensación de intranquilidad, máxime atendiendo al batacazo de Unides Podem, que quedará fuera del consistorio, y la incapacidad de otros gobiernos municipales autodenominados 'del cambio' para seguir gobernando, como el de Madrid. Ribó acabó bailando el 'Don't stop me now'.

El tema escogido para la celebración fue, más que simbólico por su significado, sintomático. La plaza del Pilar, que aloja la sede de la coalición, rebosaba este domingo por la noche una atmósfera de desmesurada alegría aliñada de alivio. Tras los moderados resultados de las elecciones autonómicas, la coalición necesitaba este revulsivo: sostener y liderar de nuevo el tercer Ayuntamiento de España, que no es poco. Carmena no puede decir lo mismo, y en ese sentido, las huestes de la fuerza del guiño se sienten una isla en un océano de decepciones.  Sin embargo, pese a obtener un edil más que en 2015, el ambiente hablaba de "hemos salvado los muebles" -se oyó decir en el público-, de ahí ese brotar de emociones.


La persiana de la sede se levantaba a eso de las doce menos cuarto, con el 95% escrutado, al más puro estilo reality-show, para recibir al mismísimo alcalde y el resto de la candidatura. Música motivacional: la BSO de Regreso al futuro. Cánticos personalísimos, y sin duda, valencianos. "Xe que bo, alcalde Joan Ribó", coreaba una plaza a medio llenar. Jordi Sebastià, candidato de la coalición al Parlamento Europeo, lo acompañaba físicamente, pero forzando una sonrisa silenciosa. Compromís no había lorgado su escaño en Europa. La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, entre aplausos rítmicos, se secaba las lágrimas por debajo de las gafas. "No es momento para llorar", parecía decirse. Tras ellos, el edil más buscado y más escondido de la campaña, Giuseppe Grezzi, vitoreaba con los puños en alto. El italiano ya había escenificado su victoria, la victoria de la bici, alzando una al llegar a la sede tras la celebración valencianista de la Copa del Rey, y en clara señal de que aquí hay carril bici para rato, por si cabía duda.


Y el equipo de la coalición hizo valer aquello de que lo mejor, para el final. No en vano Sebastià empezó lamentando los malos resultados en las elecciones europeas -sí, también tenían lugar este domingo-, para dejar paso a la figura de la noche, el alcaldísimo -faltó oír-, quien celebró los buenos datos al obtener más de 105.000 votos en el 'cap i casal'. Si alguien -algunas encuestas, por ejemplo- auguraban una Alcaldía competida con la socialista Sandra Gómez, Ribó insistió en subrayar que no, que Compromís ha venido para quedarse y encabezar: "Hemos sido la fuerza mayoritaria". Con los sustos y los pactos post-electorales, casi se había olvidado: la coalición se erige como primera fuerza de València tras décadas de liderazgo popular. Para él, no obstante, será el último mandato al frente, tal y como ha venido avisando estos años.

Entre tanto vítor, mención especial hizo Ribó a Unides Podem en su intervención. En las filas de la coalición anida inquietud sobre la situación de la formación morada, que se presentaba en coalición con Esquerra Unida y que, ni de esta manera, consiguieron obtener escaño alguno. Compañera de gobierno municipal durante los últimos cuatro años, la fuerza que lidera María Oliver recibió anoche el apoyo de la candidatura de Compromís. "Los valencianos y valencianas habéis decidido que los resultados sean estos, pero he de lamentar públicamente que los compañeros no estén en el próximo gobierno", manifestó el alcalde; aplausos empáticos. A juicio de Ribó, "algo no han hecho bien en esta campaña electoral y lo tendrán que analizar". Quizá, sólo quizá, el alcalde se refería a los ataques de Oliver hacia ciertas políticas de movilidad emprendidas por la coalición o sobre aspectos urbanísticos acerca de los que existía disensión en el gobierno municipal. Nada bien han sentado estos dardos traicioneros en las últimas semanas.

Foto: EVA MÁÑEZ

Ribó emplazó a los socialistas ya mismo, este lunes, para trabajar y buscar "una ciudad de todos", "una ciudad discutida entre todos"; y apeló al diálogo y a la participación. Y tras esta inyección de autoestima siguió la música, el ‘Don’t stop me now’. Grezzi, Fuset y Galiana, junto a la vicepresidenta, visiblemente emocionados, fueron los más fiesteros. El escenario, adornado con el lema de campaña, 'Jo amb Ribó', sufrió bajo los saltos de una veintena de ediles, futuros ediles, ediles que no repetirán, aspirantes a edil que se quedaron en eso. Se hundía por momentos la tarima enmoquetada de naranja. Enric Morera, renovado como president de Les Corts, apartaba el atril al tiempo que el escenario se convertía en pista de baile. Fuset pedía la presencia de Amadeu Mezquida, que acudía a su llamada empujado por el público.


No faltó el ya casi exigido bailoteo de Galiana con la vicepresidenta absolutamente caída en el éxtasis, que intentó en repetidas ocasiones, con no excesivo éxito, arrancar algún paso al alcalde. “Xe què bo, alcalde Joan Ribó” (bis). Y cuando la canción no dio para más, Fuset tomó la batuta y mostró a los objetivos sus manos abiertas: diez dedos que son diez concejales, como si de diez goles se tratara. Las cámaras disparaban sin cesar, él estaba entregado por completo, y los compañeros se contagiaron del edil de Fiestas. Selfie reglado, manteo entre Grezzi y Galiana a Oltra, y un poco (más) de rubia, que llevamos dos meses de campaña y ya toca. Quedó el italiano bailando en soledad sobre la tarima, que al final sirvió de photocall para militantes y simpatizantes.

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