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River, el policía que investiga su propia mente

Producida por la BBC está protagonizada por Stellan Skarsgård, actor fetiche de Lars Von Trier

21/11/2015 - 

VALENCIA. ¿Quién no conoce al niño de El sexto sentido? Aquel con cara angelical que veía muertos y que sobrevive en la cultura pop como un meme. Con la miniserie River reaparece en la ficción un caso similar en el personaje de un policía londinense de origen sueco. Un tipo profesional, elegante y con cierto aura a Wallander, que procura disimular sin éxito que está tocado del ala tras la muerte de su pareja sentimental y profesional: la policía Stevie (Nicola Walker). Su nombre es John River (Stellan Skarsgård). Su misión, resolver el caso del asesinato de su colega mientras intenta superar su trastorno mental junto a la psiquiatra del cuerpo Rosa Fallows (Georgina Rich).

Las alarmas se disparan en la comisaría cuando se lo encuentran hablando solo, aunque para él, dentro de su estado, está con su compañera asesinada que se pasea con un boquete en la nuca consecuencia de un disparo; o con otras víctimas cuyos casos debe resolver, que le ayudan a reflexionar sobre la investigación; también con los fantasmas fabricados por su imaginación. Como Thomas Neill Cream (Eddie Marsan), conocido por la historia de finales del siglo XIX como ‘el envenenador de Lambert’, y transformado en el Pepito Grillo de su subconsciente. Porque el antagonista de John River en la serie no es el asesino al que intenta atrapar como en cualquier serie policial, sino un espectro que proviene de otra época. Concretamente de la de Jack el destripador.

River está atascado en la primera de las cinco fases del duelo. No acepta la pérdida de su compañera y de forma cíclica tiene ataques de ira. Principalmente cuando Thomas Neill se le aparece con la intención de ponerle furioso. Su diagnóstico clínico podría ser el de trastorno por estrés postraumático o el de un esquizoide. La muerte de Stevie ha empeorado su situación y los brotes psicóticos se han acentuado. Solo resolviendo el caso, junto con la ayuda de la terapeuta con la que intenta neutralizar sus demonios, River podría tal vez encontrar una salida.

Si fuéramos categóricos, deberíamos considerar esta obra como un whodonit (¿quién lo hizo?)policíaco. La pregunta sobre quién es el asesino, género muy prolífico en la ficción de la BBC, se plantea igual que siempre al estilo Colombo o Jessica Fletcher. Sin embargo, a estos populares investigadores nunca les ocurría nada internamente, de manera que el drama era secundario o inexistente, y el caso procedural lo único importante. Aquí, por el contrario, lo fundamental es el drama, y cuando se solvente el conflicto interno, se resolverá el caso.

Un conflicto que fractura la mente de cualquiera. Pierde a un ser querido y además debe levantar las alfombras y descubrir la verdad. La bofetada es doble. Personajes aparentemente de hierro como el mafioso Tony Soprano tuvieron que enfrentarse a algún trastorno, en su caso debido a ataques de pánico. Mientras, centenares de protagonistas masculinos de la ficción se perfilaban hasta hace bien poco bajo la única fachada posible: la de un hombre duro. La nueva oleada seriéfila dibuja por primera vez personajes masculinos que, bajo una aparente normalidad, muestran su fragilidad en la consulta de su terapeuta. Porque hasta al más vividor y superficial le pueden afectar las cosas. Como a Roger Sterling. El mujeriego publicista de Mad Men acabó pidiendo ayuda profesional tras la muerte de su madre.

Stellan Skarsgård. Camino del BAFTA

Se lamentaba su protagonista, el sueco Stellan Skarsgård, de las pocas oportunidades para encontrar personajes con las emociones a flor de piel como ocurre con John River. El actor, recurrente en la filmografía de Lars Von Trier, con apariciones en Rompiendo las olas, Dogville y Melancholia, y conocido últimamente por sus recientes apariciones en Thor y Los Vengadores, afirmaba en la BBC que “las películas que se hacen ahora están destinadas básicamente a vender palomitas, o sino son películas de 3 millones de dólares que solo circulan por festivales. Los cines realmente no muestran películas con carácter. Los buenos escritores, los buenos directores, los buenos actores se van ahora a la televisión”.

Clarísimo nominado al BAFTA del año que viene si me permiten la apuesta, Skarsgård, en un tono melancólico y enormemente expresivo, aporta al personaje de John River una interpretación grandiosa con un evidente aura noir. Además de ser una institución en su país y ganador de un oso de oro en Berlín, este inmenso actor es padre de ocho hijos, tres de los cuales se han decantado por seguir sus pasos. Una anécdota digna de resaltar ya que, al igual que su padre, han aportado personajes memorables en el panorama de la ficción. El más conocido, Alexander Skarsgård, se estrenó en Hollywood con Generation Kill, aunque lo reconocerán principalmente por su interpretación de Eric, el atractivo vampiro de True Blood. Su hermano Gustaf Skarsgård nos ha deleitado con otro trabajo fascinante: el papel del pirado y excéntrico Floki de la serie Vikings. Una saga familiar para no perder de vista.

Netflix ha comprado recientemente los derechos mundiales de la serie. Precisamente el pasado día 18 de noviembre se puso a disposición de los clientes de la plataforma online en territorios como EEUU, Canadá, Francia y países nórdicos. Falta conocer la fecha de estreno en España, que llegará más tarde o más temprano ya que los derechos incluyen también nuestro país. Cuando sea así, no se pierdan este thriller psicológico en el que se mezcla la realidad y fantasía de la mente del detective John River.

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