VALÈNCIA. La empresa Silicon Valen, formada por un grupo de empresarios valencianos vinculados al sector de las renovables, trabaja en la puesta en marcha de una gran factoría con varias plantas para la fabricación de paneles solares. Un 'macroproyecto', con una inversión prevista de 500 millones de euros, que comprende la fabricación de toda la cadena de valor: desde la purificación del silicio hasta la fabricación de las células y módulos fotovoltaicos. Y, todo ello, para acabar con la fuerte dependencia del mercado chino.
Al frente de la compañía está Marcos Lacruz, presidente de la patronal Avaesen y CEO de NRG, acompañado de los hermanos Antonio y Gonzalo Navarro, propietarios de la extinta Siliken; y el consultor Manuel Argüelles. Todos ellos con una larga y dilatada trayectoria en la industria de las renovables, que ahora quieren erigir en España con el foco puesto en la Comunitat Valenciana. Para ello, su plan pasa por lograr un sistema de fabricación integral de módulos fotovoltaicos. Y, tras meses de trabajo, esta iniciativa valenciana empieza a dar sus primeros pasos.
Para este arranque, la firma valenciana recibirá una subvención de la Conselleria de Economía de 362.215,92 euros en 2022, en el marco de la convocatoria de ayudas para impulsar proyectos industriales estratégicos en la Comunitat Valenciana, según publicaba este jueves el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV). Un programa del que también se beneficiarán Pilkington y Comet Ingeniería, que han recibido 826.830 euros y 256.160 euros, respectivamente, pero en dos anualidades, 2022 y 2023.
En el caso de Pilkinton, la ayuda irá dirigida a la adquisición de nuevos equipos y sistemas altamente innovadores, con menor impacto medioambiental, así como para la incorporación de un nuevo sistema de impresión digital. Por su parte, el proyecto de Comet consiste en la creación de una oficina de diseño y otra de producción aeronáutica en el aeropuerto de Castellón. También para su habilitación, por parte de la Agencia Europea de Seguridad Aérea, para la producción de piezas aeronáuticas, así como de un taller de investigación y desarrollo de estructuras espaciales.
Silicon Valen destinará su montante a la adquisición de maquinaría y bienes de equipo para la puesta en marcha de una fábrica de paneles solares. Esta es la primera fase del proyecto, que ya cuenta con una inversión privada de hasta 10 millones de euros, según explica Lacruz. Los siguientes hitos, ya a medio plazo, pasan por el montaje de otras tres plantas enfocadas a la producción del silicio y el resto del proceso de ensamblaje de los módulos de los paneles. De esta forma, la empresa aspira a abordar todo el sistema de fabricación en un momento en el que la demanda está disparada y la tensión geopolítica va in crecendo.
"Nuestro objetivo es garantizar la independencia energética en Europa y la descarbonización de la economía. España compra 7.500 millones de euros en módulos fotovoltaicos al año. Eso es dinero que se va fuera porque no hay industria en España ni en Europa para satisfacer la demanda porque todo lo produce China", señala Lacruz. Una dependencia del gigante asiático que se quiere minimizar. "Ahora mismo las relaciones con China están tensas y puede pasar cualquier cosa y generar un problema gravísimo", advierte.
Por ello, Lacruz insiste en recuperar una industria que desapareció en 2008. Así, aunque su proyecto es bastante ambicioso, han decidido empezar por la fábrica de módulos fotovoltaicos para ponerla en marcha el próximo año y demostrar la calidad del producto. Ya se están cerrando los primeros contratos con proveedores para el suministro de material y de los equipos necesarios para arrancar la producción con la idea de vender a partir de octubre de 2023.
"Tendremos así el producto final testado. La idea es comprar la materia prima y las células a empresas europeas y, a partir de ahí, empezar la fabricación", detalla. La ubicación de la instalación todavía no se ha cerrado pero será en la provincia de Valencia.
Eso sí, de forma paralela se trabajará en las otras tres factorías, que se destinarán a la producción del silicio, a las células fotovoltaicas y al ensamblaje final del módulo, porque el objetivo final del proyecto es dar cobertura a toda la cadena de valor. "Al final se trata de volver a levantar una industria en suelo español", insiste. "La demanda de energías renovables es muy alta y no podemos seguir con esa dependencia del mercado chino por las amenazas que hay. En España podemos hacerlo y conseguir así la reindustrialización de nuestro tejido", remarca.
De hecho, asegura que el proyecto ha generado un gran interés tanto a nivel público como privado y están abiertos a futuras colaboración incluso en materia de producción. "Esta ayuda de Economía es pequeña, pero tenemos mucho apoyo detrás porque hay mucha necesidad en el mercado y esto es un proyecto muy ambicioso en el que estamos abiertos a futuras alianzas", subraya.