VALÈNCIA. Merlin Properties (MRL) anuncia ayer a primera hora de la tarde por hecho relevante en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la extensión hasta 2027 de dos emisiones de bonos por un montante total de 258 millones de euros. Una operación que llega con la socimi dirigida por Ismael Clemente siendo la cuarta peor cotizada del Ibex 35 en lo que va de año, al dejarse un 41,67%. Por delante solo tiene a IAG (-67,11%), Banco Sabadell (-66,76%) y Meliá Hotels (-52,11%).
La socimi madrileña, que tal y como se aprecia en el gráfico de Investing cotizaba a mediados del pasado mes de febrero cómodamente por encima de los 13 euros, ha visto como su capitalización se ha reducido hasta los 3.504,5 millones de euros. Cuanto menos, tal y como lo ha constatado este diario de la base de datos del organismo supervisor, no tiene en su accionariado ningún bajista con nombre y apellidos. O lo que es lo mismo: ningún corto tiene el mínimo legal del 0,5% a partir del cual hay que hacerlo saber al mercado.
La decisión de extender el vencimiento de ambas emisiones, que vencían en 2022 y 2023, se enmarca en la contínua estrategia de MRL de gestión activa de su balance y en las medidas que está tomando para reforzarlo con el fin de "aguantar de pie" los desafíos de la crisis. Así lo indicó Clemente durante la reciente junta de accionistas del grupo en la que ya avanzó la intención de la primera socimi cotizada del país de refinanciar deuda para atrasar los próximos vencimiento. "Si el mercado lo permite, se llevarán más allá de 2030, en caso contrario se tratarán de acoplar en los años 2027 y 2028, en los que actualmente apenas hay vencimientos previstos", detalló entonces, tras recordar que Merlin Properties no afronta pagos de deuda ni este año ni el que viene.
Con este fin, y dado que los primeros vencimientos de deuda que tiene programados, los de 2022 y 2023, corresponden a emisiones de bonos, la compañía lanzó la pasada semana una oferta de recompra de este tipo de títulos para, al mismo tiempo, sustituirlos con una nueva emisión a 2027. En concreto, Merlin Properties ofreció a los bonistas de las emisiones que vencen en 2022 y 2023, que presentan un saldo vivo de 700 millones y 850 millones de euros respectivamente, comprar títulos por un máximo de 500 millones. La compra se abona con lo que levante con la otra emisión de, precisamente, 500 millones, en este caso a 2027.
Una vez cerrado el plazo correspondiente, han aceptado la oferta de compra de MRL bonos que suman un importe total de unos 258 millones de euros. En concreto, se han adherido a la propuesta títulos de la emisión de 2022 por un monto de 151,70 millones, equivalente al 21,6% del total, y bonos de la de 2023 por 107,21 millones, el 12,6% del total.
Con el aplazamiento del vencimiento de parte de esta deuda, Merlin refuerza aún más su situación financiera ante la crisis. La socimi asegura contar con un colchón de liquidez de 1.277 millones, su cartera de activos valorada en 12.750 millones de euros y el perfil de sus inquilinos. Merlin presenta un endeudamiento neto de 5.182 millones de euros, que equivale al 40,6% de este valor de sus activos ('loan to value').
La compañía acota el impacto de la crisis en su negocio en unos 70 millones de euros en sus rentas anuales, importe equivalente al 13% de las de 2019. De este importe, unos 66 millones derivarán de las medidas articuladas para ayudar a sus inquilinos, y los 3,6 millones restantes, de impagos. No obstante, por precaución, la socimi ha dejado en suspenso o pospuesto el grueso de los planes de inversión que tenía previsto acometer para mejorar y reposicionar su cartera de distintos activos y también ha aplazado hasta fin de año la decisión sobre el reparto de dividendo complementario.