Hoy es 15 de octubre
MADRID (EP). La mayoría de los inversores institucionales cree que la recuperación económica está en manos de las autoridades monetarias, en tanto que los actuales desajustes en la oferta y la demanda, la inflación y las valoraciones distorsionadas de las acciones se deben a las medidas que han adoptado. Así lo revela una encuesta de Natixis Investment Managers a 500 inversores institucionales, de los que el 68% considera que cuando los bancos centrales dejen de imprimir dinero, el largo ciclo bursátil alcista llegará a su fin, aunque esto no ocurrirá el próximo año.
Estos inversores tienen previsto efectuar pocos cambios generales en su asignación global de activos el próximo año: el 39% los efectuará en renta variable; el 37%, en bonos; el 19%, en productos alternativos, y el 5%, en efectivo. En cambio, se están posicionando para realizar movimientos tácticos. El 69% afirma que el aumento de la inflación constituye un importante riesgo para la cartera, aunque el 55% lo considera más como un fenómeno estructural, fruto de una combinación de política monetaria laxa y de los bajos tipos de interés, en vez de cíclico.
Para ellos, la inflación plantea una serie de problemas económicos de largo alcance, pero la política de tipos de interés presenta retos de inversión más inmediatos para los equipos institucionales, al mencionar el 64% de los encuestados que la subida de tipos constituye un importante riesgo para la cartera.
"La mayoría de inversores institucionales creen que el largo ciclo bursátil alcista llegará a su fin una vez que los bancos centrales retiren las medidas de apoyo. En líneas generales, las instituciones aguardan el 2022 con optimismo", ha destacado el responsable de Europa del Norte en Natixis IM, Andrew Benton. Asimismo, el 56% cree que las interrupciones en las cadenas de suministro constituyen la mayor amenaza para la recuperación.
Los inversores institucionales han apostado ante este escenario por activos privados y alternativos. El 84% invierte en capital riesgo; un 81%, en deuda privada, y otro 81% en infraestructuras. No obstante, solo el 45% ve los activos privados como un refugio en caso de producirse una corrección del mercado.
De cara al próximo año, el 45% de los inversores señalan como los sectores más atractivos la tecnología de la información; el 41%, la atención sanitaria; el 40%, las infraestructuras, y el 34%, la energía.
Se trata de una decisión crítica para los planes de inversión a largo plazo, que afecta tanto a la renta variable como a la renta fija