VALÈNCIA. Es uno de los centros neurálgicos de la agenda cultural valenciana, pero en esta próxima legislatura se puede convertir en un caramelo envenenado. El Teatre Principal de València, edificio perteneciente a la Diputación de Valencia pero en el que se desarrolla programación de organismos locales, provinciales y autonómicos, necesita una reforma interior integral que, según ha podido saber este diario, lo mantendrían cerrado al menos un curso completo.
Así lo trasladan fuentes conocedoras del proceso, que confirman que se han preparado una primera tanda de pliegos para reformas y cambios menores en cuestión de seguridad, pero que el edificio debe acometer esta rehabilitación a medio plazo. Durante esta legislatura, sí o sí. Lo confirman fuentes de la corporación provincial saliente (lo hicieron antes del cambio de cartera), que comentan que el plan director ya refleja toda una serie de actuaciones mayores que el edificio, abierto en 1832, necesita por cuestiones de seguridad.
Estos trabajos serían similares, en cuanto al calado, a los que se han acometido en el Palau de la Música estos meses, si bien no hay riesgo inminente de caída de techos o similares y se espera que el cierre sea mucho menor. En todo caso, un lavado de cara que ya tuvo la fachada a lo largo de 2019 y que ahora necesita su interior.
Las mismas fuentes que confirman la necesidad de los trabajos no ha facilitado el documento del plan director en el que se detallan, pero sí aseguran que hay una primera fase de actuaciones como el sentido de apertura de puertas para adaptarlas a las normativas de seguridad que se harían si necesidad de suspender la programación, y otras que ya serían a puerta cerrada y durante, al menos, un año.
Ya un informe en 2017 señaló algunas carencias si bien descartó daños estructurales. Se restauraron tres escaleras en el interior del teatro, en una intervención con un coste de 50.000 euros. Ahora se habla de necesidad mucho más profundas y una inversión notablemente mayor.
Este cierre (aún por determinar, ya que los pliegos no están siquiera diseñados) afectará de lleno a la vida que todas las semanas tiene uno de los escenarios de referencia de la ciudad. De hecho, fue el salvavidas del Palau de la Música durante estos años de cierre. La coincidencia que la diputada de Teatros y la presidenta del OAM Palau de la Música fueran la misma persona —Glòria Tello— facilitó la cesión y la agenda, cambiando como escenario preferente a lo largo del cierre, que empezó con Les Arts como principal alternativa. La idea, en caso de que los gobiernos progresistas continuaran, era que la Diputación de València pudiera hacer uso del renovado Palau de la Música como contraprestación a la ayuda desinteresada de estos años.
Aunque es propiedad de la Diputación de València, ha sido la Generalitat Valenciana -a través del Institut Valencià de Cultura (IVC), anteriormente Culturarts- quien se ha hecho cargo principalmente de la programación del auditorio, una cesión que ha pasado por distintas fases. Fue en 2015, tras el cambio de color en el gobierno, cuando desde la Diputació se anunció la intención de tener un papel “más activo” en la línea artística de la sala y la intención de firmar un convenio Culturarts para "cogestionar" el espacio, tal y como explicó entonces la exdiputada provincial de Teatros, Rosa Pérez, tras reunirse con el entonces director del organismo y ahora concejal de Cultura, Jose Luis Moreno. Esta intención de ‘recuperar’ en cierta medida el pulso cultural a través de uno de los principales centros culturales también ha estado marcado por un hecho clave en la gestión cultural de los últimos años: la falta de sede del Escalante.
El teatro provincial, dirigido actualmente por Marylene Albentosa, se quedó sin sede en 2016, un espacio que tuvo que dejar por el deterioro del inmueble y que le ha obligado a operar desde entonces de manera itinerante, ocupando distintas salas de la ciudad. Esta realidad no cambiará a corto plazo pues, aunque desde el área de Teatros de la Diputación, en los últimos años liderada por Gloria Tello, se comprometieron a licitar las obras para la construcción de una nueva sede en la primera parte de 2023 ha acabado la legislatura y no hay novedad al respecto. Aun sin sede estable, el proyecto, enfocado originalmente a un público infantil y juvenil, ha querido explorar nuevas vías de actuación con líneas como el Ciclo Teatro de la Memoria, enfocado al público adulto, del que varias representaciones han recalado en el Principal.
Fuentes de toda solvencia apuntan a este diario que la “cogestión” de los últimos años no ha sido especialmente sencilla, una suerte de ‘lucha de poderes’ por los espacios del Principal que ha obligado a hacer un auténtico encaje de bolillos entre una marca y otra. En estos días, además, había una ‘patata caliente’ sobre el tablero político. No en vano, la cultura se ha convertido en una de las batallas con el cambio de color tras las elecciones autonómicas y locales. En este sentido, el Principal habría pasado a jugar un papel clave en la gestión cultural pues, si el bloque de izquierdas hubiera mantenido el liderazgo de institución provincial, no eran poco los que apuntaban a un control mayor con le objetivo de mantenerlo como icono de su gestión frente a los gobiernos de la Generalitat y el Ayuntamiento. Sin embargo, la victoria de la derecha también en la Diputación eliminó ese escenario.
Ahora, con este encargo de obligado cumplimiento, cabrá saber qué afectación tendrá en el pulso de las programaciones de instituciones como el Escalante o la programación regular de artes escénicas del Institut Valencià de Cultura y, por ende, el uso de otros espacios como el Palau de la Música o el Teatro Rialto.