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el tintero / OPINIÓN

Trabajo “artificial”

La tradición y la reivindicación se dan la mano cada Primero de Mayo, día de San José Obrero y por tanto Día del Trabajador. Está bien manifestarse pero los retos para el mercado laboral pasan por la formación y el conocimiento, ya que la Inteligencia Artificial, frente a lo que pueda parecer, creará empleo.

2/05/2018 - 

A vueltas con las manifestaciones y reivindicaciones relativas al Primero de Mayo, me viene a la mente cómo se presenta el futuro, relativamente inmediato, de nuestro mercado laboral. Y pienso en inteligencia artificial, machine learning, robots, informática, innovación y demás términos. Hace unos días, Francisco Martín, valenciano expatriado en los Estados Unidos de Norteamérica, habló de todo esto en el Club de Encuentro, explicó los retos y sobre todo las posibilidades que genera la inteligencia artificial y lanzó un mensaje positivo y esperanzador para nuestra ciudad, que puede y debe convertirse en un centro de innovación tecnológica y generador de empleo de calidad.

Recientemente se publicaron los datos de la EPA –Encuesta de Población Activa– del primer trimestre del año. Entre las muchas cifras y porcentajes que se pueden extraer, destaca el aumento en el número de empleados en más de 400.000 nuevos puestos de trabajo. Pero frente a las cifras y las interpretaciones hay algo que genera preocupación, la idea de que los avances tecnológicos, la robotización y la mecanización provocará la desaparición de muchos empleos. Quizá se debe más a la visión cinematográfica que tenemos de un mundo habitado por máquinas que a la realidad, porque estudios e investigaciones demuestran que se generará empleo, eso sí, de calidad y especializado.

En noviembre del año pasado se celebró en Barcelona un simposio de tecnología, donde se habló de IA –Inteligencia Artificial– y cómo sería el mercado laboral en un futuro próximo, y frente a la visión algo catastrófica que a veces se dibuja, responsables de la consultora Gartner aseguraron que “de aquí al 2020 se perderán 1,8 millones de empleos, pero se crearán 2,3 millones de nuevas oportunidades laborales”, afirmando además que la IA creará un negocio de 2,9 billones de dólares.

Ahora bien, la situación actual es el paso del ecuador, el momento de tránsito, la etapa intermedia entre lo que fue y lo que será, el recuerdo de cuando había miles de puestos de trabajo tanto en la industria y las manufacturas como en los servicios y las oficinas y ahora presenciamos un constante proceso de fusión de grandes empresas, transformación digital e industria 4.0 que supone mayor productividad y competitividad en un mercado global y también empleos de mayor calidad, no sólo en cuanto a remuneraciones sino a nivel de trabajo físico. Paulatinamente los trabajos más duros y sacrificados, aquellos que requieren repetición y esfuerzo, los realizan máquinas creadas y gestionadas por humanos, formados y preparados para hacer las cosas de manera más eficaz y vivir con mayor calidad de vida.

Probablemente, y por lo que muchos expertos en el campo de la IA auguran, aún quedan años, incluso décadas para que esa implantación de las máquinas en muchos sectores y empleos que siguen desarrollando humanos sea una realidad. Por ello los jóvenes y las nuevas generaciones deben formarse y especializarse en las carreras que más demanda tendrán, las conocidas (por sus siglas en inglés) como STEM –Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas–, y habrá empleos como conductor de nanorobots o controlador aéreo de drones, aunque nos suenen ahora a un hobby o afición. De hecho, según el Observatorio para el Empleo en la Era Digital, la mayoría de trabajos que desempeñarán los jóvenes de 20-30 años, aún no existen plenamente o están gestándose.

En una sociedad democrática nos enorgullecemos de tener entre otros muchos derechos, el de la manifestación para mostrar apoyo, repulsa o reivindicación sobre diferentes aspectos, algo que suele ir unido a la crítica y la denuncia. Aunque los tiempos nos exigen también prestigiar el derecho a la educación, y potenciar valores como la disciplina y el esfuerzo para alcanzar la excelencia como personas que nos facilite pilotar los cambios, adecuarnos a las innovaciones tecnológicas y crear puestos de trabajo que probablemente ayuden a la calidad de vida y a la deseada conciliación. Y parece que por muchos motivos, la Comunitat Valenciana puede ser un espacio privilegiado para ese mundo futuro (y presente).

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