opinión

Una cumbre del G20 en medio del proteccionismo y la guerra arancelaria

El analista de XTB opina que la tensión está afectando más psicológicamente que económicamente al menos por el momento, pero conviene estar muy atentos

21/07/2018 - 

MADRID (EP). La reunión del G-20 en Buenos Aires en medio de los crecientes problemas ante el aumento de niveles arancelarios no ha servido para solucionar los crecientes conflictos existentes y han surgido nuevas preocupaciones donde la magnitud del conflicto podrían desencadenar en una repercusión global. La dimensión  de este conflicto podría ser devastadora para Estados Unidos y China. A pesar que el crecimiento económico mundial está listo para repuntar este año, las alarmas sobre el comercio global son cada vez más fuertes.

Este es el escenario de fondo para los bancos centrales y los ministros de finanzas del grupo de los 20 países que se han reunido en la capital argentina. Es la primera congregación del club que supervisa el 85% de la economía mundial desde que el presidente Donald Trump impuso aranceles a China y a la Unión Europea, desatando represalias en la creciente guerra comercial global. Los financieros y los líderes empresariales de las naciones del G-20 han advertido sobre las repercusiones de un mayor proteccionismo. El presidente de la Reserva Federal estadounidense, Jerome Powell, dijo  que “las barreras comerciales amenazan la productividad y los salarios”.

El crecimiento mundial alcanzó un punto óptimo pero con indicios de que en la escalada de la guerra comercial entre EE UU y China se están empezando a interrumpir los negocios y la inversión. Por el momento esa suspensión aún no ha hecho mella en el crecimiento mundial, que está listo para aumentar hasta el 3,9% durante este año. Se trata de la expansión más rápida de los últimos siete años, de acuerdo con las últimas proyecciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La situación arancelaria puede mermar la confianza y eventualmente dañarán la inversión empresarial y el gasto del consumidor. La tensión actual está afectando más psicológicamente que económicamente, al menos por el momento, por lo que la situación es impredecible. Los aranceles están perjudicando a las cadenas de suministro e impulsando al alza los precios justo cuando algunas economías importantes muestran signos de desaceleración. Si bien los números apuntan a una modesta desaceleración, el choque comercial con los Estados Unidos apenas ha comenzado, por lo que la guerra comercial acaba de iniciarse.

Jorge López es analista de XTB

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