Panorámica aérea del puente de Castellar.VALÈNCIA. El estado del puente de Castellar es “crítico”, según reza en la documentación que analizará este viernes la Junta de Govern del Ayuntamiento de València. La voz de alarma saltó tras una inspección visual realizada después del temporal de lluvias del pasado noviembre por técnicos municipales. Estos acudieron el 22 de noviembre al puente que cruza sobre la V-30 y el nuevo cauce del Turia, entre las vías Carrera de la Font d’En Corts y la Avenida del Doctor Ruiz y Comes, el que da acceso a la pedanía de Castellar.
Un posterior informe del Servicio de Coordinación de Obras en la Vía Pública y de Mantenimiento de las Infraestructuras, fechado el ocho de enero, advertía sobre el estado de conservación de la estructura en las zonas de las pilas afectadas por la carrera de marea. “Tras ser inspeccionada presenta un estado crítico desde el punto de vista estructural”, indicaba el texto.
Es por ese motivo que este viernes el órgano de gobierno del consistorio valenciano tiene previsto declarar la tramitación de emergencia para proceder a la reparación inmediata y de refuerzo del puente, “debido al deterioro causado por los procesos marinos no estabilizados que ponen en riesgo la seguridad, así como consolidar y estabilizar la zona afectada”.
La propuesta de acuerdo incluye encargar como contratista por vía de emergencia a Pavasal, que es la titular adjudicataria de la contrata global de las obras de reparación, renovación y mantenimiento de las calles y caminos de la ciudad de València. Esta empresa será la encargada de ejecutar los trabajos necesarios, con el apremio de que presente “a la mayor urgencia” un presupuesto y una Memoria Técnica.
Desde la delegación de Desarrollo Urbano advierten de que esa situación “crítica” no implica que haya peligro inminente de derrumbe, pero sí la necesidad de actuar lo antes posible. “No sabemos lo que puede durar, si seis meses o años”, explicaban este jueves fuentes de la Concejalía, “pero no hay en principio problemas para que siga abierto unos días más”, añadían invocando a la tranquilidad.
En aras de garantizar las condiciones de seguridad y durabilidad necesarias, reza la documentación, se encargarán de manera inmediata los estudios “para poder determinar y valorar las actuaciones de reparación”. Para la inspección el Ayuntamiento tiene previsto recurrir a buzos que trabajarán en las zonas sumergidas y realizarán ensayos para determinar la resistencia real del hormigón en las zonas degradadas.
Con todo, la documentación que analizarán este viernes los concejales del Govern de la Nau recalca que “es imprescindible iniciar un expediente de reparación por la vía de emergencia de las zonas degradadas”. Se trata de una modalidad excepcional, admite el informe, pero a la que procede acudir según se desprende de la inspección, “ya que los daños estructurales descubiertos en la estructura del puente suponen un grave peligro para la seguridad de sus usuarios”.
