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La empresa, que cumple 40 años, exporta a Latinoamérica, Europa y África 

Vijusa, el viaje de dos hermanos por medio mundo con sus productos de limpieza

22/03/2021 - 

VALÈNCIA. Hace más de 40 años el destino quiso que Juan Carlos Cebriá dejara sus estudios de medicina para embarcarse en la aventura de levantar, junto a su hermano Vicente, su propia empresa, Vijusa. Y lo hizo para adentrarse en un sector que por aquel entonces desconocía: los productos de higiene y limpieza industrial. Cuatro décadas más tarde, la compañía roza una facturación de 10 millones de euros y exporta a medio mundo sus productos, con varias filiales en Latinoamérica. Además, durante muchos años, su nombre estuvo ligado al mundo del fútbol sala, como patrocinador del principal equipo de València.

Actualmente, Juan Carlos Cebriá está al frente de la firma, que se encuentra en pleno proceso de crecimiento tras el 'boom' que experimentó en la pandemia. Y es que, en medio de la vorágine y necesidad de extremar las medidas de limpieza, la compañía se encontró ante un aluvión de peticiones de productos en un momento en el que el stock de materias primas escaseaba en España. "Fue una absoluta locura", reconoce Cebriá, su CEO y fundador. Pero se las ingeniaron para encontrar soluciones, aumentar la producción, especialmente de geles hidroalcohólicos, y lanzar nuevos productos que ya forman parte de su portfolio. 

Con un ADN exportador, Vijusa fue fundada en 1981 por los hermanos Cebriá y arrancó su actividad en dos pequeños bajos del barrio valenciano de Benimaclet. "La verdad que fue todo por casualidad. Mi hermano era comercial y una persona le habló de este sector. Yo por entonces le ayudaba con algunas cosas, aunque estaba acabando mis estudios de Medicina en la universidad. Me resultó muy interesante ese mundo de la limpieza y la higiene y ambos empezamos a investigar", rememora. El oficio les sedujo y Juan Carlos decidió abandonar sus estudios para montar una compañía que este año celebra su 40 aniversario. "Para mi padre, que dejara mis estudios fue un palo muy duro. Fue un susto tremendo el día que le dije que me dejaba la carrera", sonríe.

Foto: EDUARDO MANZANA

En sus inicios, se centraron en una gama de productos básicos, como desengrasantes, ambientadores, geles de manos o friegasuelos para uso industrial, en un momento de profunda transformación en España. "Por aquel entonces había mucho que limpiar. El país estaba cambiando y empezaba a abrirse al mundo. Entrabas a un baño público y te espantabas. El jabón era una pastilla con agujeros y negra, poco a poco se empezó con los dispensadores. Había locales que no habían visto un desengrasante nunca y cuando lo utilizabas salía una suciedad... Por eso tuvimos que sacar productos básicos que fueran muy enérgicos y eficaces para minimizar el trabajo", explica. 

De hecho, recuerda que sus hijos le llegaron a preguntar si los restaurantes eran suyos al ver el anagrama de Vijusa en los baños de los negocios. "Papá, ¿este bar también es nuestro? Era una pregunta que uno de mis hijos me hacía cuando era más pequeño. Se pensaban que teníamos bares porque veían el dosificador de Vijusa", rememora. Con el tiempo, ampliaron su gama de productos porque así se lo pedían sus clientes, desde hoteles y restaurantes, hasta discotecas o gimnasios. "Todo se fue profesionalizando. Hoy en día puedes comer si quieres en un baño de una gasolinera porque están impecables", bromea. Entre sus clientes se encuentran los centros deportivos Metropolitan, la cadena Ayre Hoteles o la franquicia Pans and Company. 

Aunque arrancaron desde cero, Cebriá asegura que en aquellos años no había mucha competencia en un mercado "ansioso de productos que facilitaran el trabajo de limpieza". De hecho, con el paso de los años, se trasladaron a unas naves más grandes, cerca de la zona del puerto de València, para dar cobertura a la red de distribuidores que poco a poco iban sumando y potenciando. 

Foto: EDUARDO MANZANA

También diversificaron sus productos y entraron en el sector de la lavandería profesional para restaurantes, hoteles y hospitales. Tras la crisis de 2008, vieron una oportunidad de entrar en el segmento alimentario para limpiar y desinfectar empresas cárnicas, de embutidos, conservas o vinícolas. "El canal Horeca se iba a estancar por la situación económica, pero la gente no iba a dejar de comer, así que vimos una oportunidad de desarrollar una nueva gama y abrir una nueva división", señala.

Marcado carácter exportador

Sin duda, si algo caracteriza a Vijusa es su marcado carácter exportador. Los hermanos Cebriá siempre tuvieron claro que su negocio podía funcionar en otros países. Y así comenzó una fuerte vocación de llevar sus productos más allá de València, lo que les ha permitido alcanzar más de una veintena de países, con una importante red de filiales, especialmente en la zona del Caribe.

Su primera aventura exportadora fue en 1991 a Venezuela, donde crearon una joint venture junto a un socio local. Se construyó una planta química y se creó Vijusa Caribe. Una próspera alianza que en tan solo cuatro años se replicó en México y República Dominicana, también con fábricas propias. "Esos fueron nuestros primeros pinitos", asegura. Más tarde, llegaron a Brasil, Guatemala, Argentina y Bielorrusia, a lo que sumaron una amplia red de distribuidores en Portugal, Panamá, Francia, Polonia, Lituania, Reino Unido, EEUU o Argelia, entre otras.

Foto: EDUARDO MANZANA

"La internacionalización y la extensa red de filiales obedece al hecho de que en la exportación hay problemas de aranceles y de costes en el transporte y resultaba más ventajoso tener empresas en los países de origen", explica. Y ahora, para Vijusa, la exportación supone una parte importante de su negocio, al concentrar el 45% de su facturación. Los viajes han sido una constante en la vida de Cebriá, que se ha recorrido medio mundo haciendo demostraciones de sus productos.

Con una clara visión de futuro, encaminado hacia la sostenibilidad, la compañía se centra en los concentrados para reducir el uso de plásticos y cartón. Además, desde hace diez años cuentan con una gama de productos ecológicos. "Tenemos que dejar un futuro mejor para nuestros hijos", recalca. Por ello, en el laboratorio de la firma se buscan diariamente nuevas fórmulas eficaces y más respetuosas con el medio ambiente y las personas. 

A contrarreloj por la pandemia

Como la mayoría de empresas, la pandemia transformó todos los planes de la firma. Al ser una industria de productos de limpieza, su producción se disparó y tuvieron que contratar más personal. "Fue una auténtica locura. Aunque no nos pilló con el paso cambiado, porque fuimos previsores e hicimos acopio de material para nuestros clientes, no imaginábamos la que se venía", recuerda. Llamadas diarias de proveedores, planificación de pedidos y más de 12 horas de trabajo diario. Así resume Cebriá los primeros días del estado de alarma declarado hace ahora algo más de un año.

Foto: EDUARDO MANZANA

"Nos hacían peticiones que eran imposibles de asumir y había que ir distribuyendo. Así todos los días", rememora. Y es que, hasta la llegada de la covid, su producción de gel hidroalcohólico era de 30.000 litros al año, pero durante el confinamiento pasaron a fabricar más de 100.000 al mes. Pero, además del trabajo a contrarreloj y sin descanso, se encontraron con el problema de la falta de materias primas. "En España dejó de haber alcohol, botellas para los geles y hasta pulsadores. Nosotros, con el permiso del Ministerio, pudimos importar de China. Al final, el Gobierno permitió el uso del bioetanol, un tipo de alcohol que dio bastantes dolores de cabeza, porque a mucha gente no le gustaba su olor, pero en ese momento era lo único que había", detalla. 

La falta de información de entonces sobre el nuevo virus llevó a la sociedad a extremar las precauciones limpiando cualquier producto que entraba en los hogares. Zapatos, paquetes, bolsas de la compra... Una situación que llevó a Vijusa a lanzar nuevos productos para la desinfección de superficies. De hecho, en 2020, la empresa facturó 9,6 millones de euros, un 35,2% más que en el ejercicio anterior. Además, comercializó un total de 989 toneladas de productos de higiene personal, frente a las 90 toneladas del año anterior. "Para nosotros, esta pandemia ha tenido un sabor agridulce. Hemos tenido negocio y trabajo por estar en un sector que no siempre se valora, como es la limpieza y la higiene, pero en una circunstancia no deseada, con gente muriéndose", lamenta.

De cara al futuro, Vijusa se plantea un próximo relevo generacional y mantiene la mirada puesta en la exploración de nuevos mercados. "Me gustaría hacer una marca global y llegar a vender en 50 países. Ese es el reto para las futuras generaciones", señala. El crecimiento también está en sus planes y, para ello, la compañía tiene previsto construir una planta automatizada anexa a sus actuales instalaciones en Cheste, que contará con 1.500 metros cuadrados. Y es que uno de los anhelos de Cebriá es dar el salto con sus productos de limpieza al sector del retail y entrar en los hogares españoles, aunque reconoce que es difícil por la gran competencia que existe en el mercado. "Lo que hemos procurado durante 40 años es que la marca fuera respetada y tuviera prestigio", resume su fundador. Serán las nuevas generaciones las que tendrán que seguir el camino emprendido y seguir creciendo.  

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