Hoy es 5 de octubre
VALÈNCIA. El nuevo proyecto hotelero que estaba previsto que se desarrollase en una de las antiguas sedes de Banco de Valencia, concretamente entre la avenida del Puerto y la de Cardenal Benlloch (en el barrio de Mestalla), no será posible finalmente. El Ayuntamiento de València ha rechazado finalmente la concesión de la licencia a la empresa promotora por incompatibilidad urbanística.
La Concejalía de Actividades enumera hasta cuatro razones para denegar el permiso de obra y licencia ambiental que había reclamado la firma madrileña Bancalé Servicios Integrales SL para rehabilitar y ampliar el inmueble para uso hotelero: la altura de cornisa no cumplía con las normas urbanísticas, la distancia de suelo a techo en la planta ático tampoco lo hacía y el número de aparcamientos proyectados -siete- era insuficiente, según la normativa.
Según el Plan General de Ordenación Urbana, en los usos hoteleros se debe dotar, como mínimo, "una plaza de aparcamiento para automóvil por cada 100 metros cuadrados construidos de local o por cada 3 habitaciones si resultase número mayor". El proyecto constaba de más de 8.100 metros cuadrados y 86 habitaciones. Junto a estos tres motivos, además, Actividades también señala que el proyecto incumplía la normativa con la prohibición de que en las plantas de sótano o semisótano se instalaran piezas habitables.
En la planta baja, estaba previsto que se ubicasen los vestíbulos, el hall principal, la recepción y la cafetería. Mientras el primer sótano, albergaría espacio de aparcamiento para siete coches y otro parking de bicicletas, además de las cocinas del hotel.
Pero el proyecto también sumaba un segundo sótano, que actuaría como la gran zona de recreo del complejo: esta tendría una sala de actos, sala de trabajo, sala de música, gimnasio e incluso una zona gaming. Por su parte, el edificio anexado de planta baja que se levanta justo al lado del edificio hubiera contenido un bar-restaurante, al que se podría acceder directamente desde el hotel.
La iniciativa presentaba una inversión de más de cinco millones de euros. Las habitaciones se hubieran ubicado en las plantas de la 1 a la 6: las comunes, tendrían un tamaño de 14 metros cuadrados y estarían dotadas con baño privado. Pero otras tendrían formato de aparta-hoteles, con 18,5 metros cuadrados, baño y una pequeña cocina. Todas ellas hubieran tenido capacidad para dos personas y, además, estaba previsto que algunos pisos disfrutaran de cocinas comunitarias para los huéspedes.