CASTELLÓ. La crisis inflacionaria, la subida de los tipos de interés y el parón del sector de la construcción está pasando factura, y no solo a la cerámica española. También a la italiana, cuyas ventas cayeron un 19,3% en 2023 respecto al año anterior. Caída que es especialmente destacable en las exportaciones y, aunque el mercado interno del país transaplino consiguió aguantar mejor el tipo, lo cierto es que el sector del pavimento cerámico del país vecino sigue una tendencia similar al del español y no espera levantar cabeza hasta al menos la mitad de año.
Los datos recopilados por la patronal del sector Confindustria Ceramica muestran una notable contracción en la producción y las ventas. La producción del sector experimentó una marcada disminución, estimándose en 341 millones de metros cuadrados, lo que representa una caída de 90 millones de metros cuadrados en comparación con 2022, una merma de casi el 21%. Caída que se refleja también en el volumen de producto vendido, disminuyendo de 449 millones de metros cuadrados a 362 millones (-19,3%).
Según el destino de las ventas, las exportaciones fueron las principales afectadas, registrando una disminución del 22,1% y pasando de 356 millones a 277 millones de metros cuadrados. Y la contracción afectó a todos los principales mercados del mundo y, en particular, a Europa occidental y América del Norte. En el ámbito nacional, las ventas internas fueron las que, de algún modo, 'salvaron' el año, pese a descender de 93 millones a 85 millones de metros cuadrados: el descenso en este caso fue del 8,7%.
Lo cierto es que el panorama que dibujan los datos en Italia permite establecer algunos paralelismos con el sector español, que ha experimentado una contracción de la producción del 21,2% según los últimos datos -el peor registro desde 2009, huelga resaltar-. Y también en cuanto a las exportaciones, pues Ascer cifra en el 22,6% la merma de los envíos al exterior entre enero y noviembre, a falta de los datos del cierre del ejercicio, y la pérdida de 2.300 empleos en el último año y medio en las firmas azulejeras.
La parálisis del sector de la construcción es uno de los factores a tener en cuenta. Según los datos del grupo de análisis Euroconstruct, la contracción en dicho sector en 2023 fue del 1,3% tras el efecto rebote de los dos años anteriores tras la pandemia de coronavirus. En Italia, el descenso de la actividad fue del 0,7%. En 2024, se prevé que se siga contrayendo en Europa un 2,1%, y en italia, un 7,3%.
Distorsiones en el mercado energético
El panorama del azulejo italiano, que tiene unos 6.000 empleados en ERTE, se entiende -según la patronal del país transalpino- desde el frenazo del sector de la construcción, el alza de los tipos de interés y un ecosistema inflacionario que ha derivado en una crisis de demanda notable. Por ello, el presidente de Cofindustria Ceramica, Giovanni Savorani, explicó al cierre del ejercicio que el sector tuvo durante Navidad "una parada bastante generalizada hasta después de mediados de enero" y que existía el riesgo de que, en algunos casos, se alargara hasta semanas más tarde "para no sobrecargar demasiado los almacenes" con stock al que no se le pueda dar salida.
La patronal italiana, en este sentido, valora "positivamente" las medidas tomadas para hacer frente al alza de la energía -a diferencia del sector español con el Gobierno central por poner en marcha ayudas "insuficientes"-. "La competitividad del sistema nacional mejora gracias al Decreto de Seguridad Energética", reconoció la patronal, pues esta regulación "confirma las dos medidas estructurales nunca aplicadas hasta ahora en favor de los sectores intensivos en energía, como el gas metano nacional Realese y el eléctrico".
Ahora bien, también señaló una "preocupación" respecto a la voluntad de países como Alemania y Francia de "definir un precio limitado de la electricidad para las empresas de gran consumo energético a medio y largo plazo". "Es algo que estos países pueden hacer porque tienen presupuestos con capacidad fiscal y propiedad pública de las centrales nucleares, pero representa una grave distorsión de la competencia que esperamos se supere mediante la creación de un mercado único y común de la energía, con los mismos precios para todas las empresas del continente"
Asimismo, además de confirmar su apoyo a la agenda europea medioambiental, apostilló que el régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea (EU ETS) "debe reformarse profundamente, empezando por la eliminación de las sanciones a la cogeneración y también incluyendo al sector cerámico entre los que pueden optar a la compensación de costes indirectos".