Tascas

Bar Ricardo 

Ricardo Mirasol y Susana

Corría el año 1947 cuando la calle Dr. Zamenhoff asistía al nacimiento del que iba a ser uno de los más grandes bares de toda la ciudad de València. 

Bar Ricardo lo llamaron, mientras vendían vino y licores, sin saber que 77 años después y en manos ya de la tercera generación, su barra iba a formar parte de la historia de la ciudad, tanto como las torres de Quart. Y permitidnos la licencia, porque el Ricardo es todo un monumento, una oda a la gastronomía de calidad, en la que se rinde homenaje al producto fresco y a las elaboraciones sencillas.

Richard y Susana, nietos de los fundadores, siguen despachando con alegría en este espacio que es bar de barrio y templo de materia prima a la vez. La carta es para repasarla de arriba abajo y, por qué no, para comérsela entera en varias visitas. Sus bravas no tienen rival, pero es que también bordan la sepia con mayonesa, la ensaladilla rusa, los sepionets de playa a la plancha y tapas que ya es difícil encontrar, como el all i pebre o los caracoles. Y cómo no perderse frente a su vitrina, donde exponen, cual joyería, mariscos de primera, desde almejas
de Carril a cañaíllas, pasando por gamba roja, percebes y hasta angulas
en temporada. No cesa ahí la cosa, siguen con la calidad por bandera con salazones, revueltos, bandejas a modo plato combinado y montaditos de casi cualquier cosa que puedas imaginarte. Alcemos la copa y brindemos por los 77 siguientes años.



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