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VALÈNCIA (EP). El Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunitat Valenciana (COIICV) ha distinguido con el primer premio de los TFM un prototipo de bajo coste que detecta la somnolencia en la conducción a través de Inteligencia Artificial y el reconocimiento de expresiones faciales como la pesadez de párpados o los bostezos, incluso con gafas de sol o mascarillas.
Su viabilidad económica y aplicación es elevada ya que, con un coste de producción de 150 euros, "podría aplicarse como equipamiento básico o extra en vehículos, y evitar un gran número de accidentes de tráfico debidos a cansancio y sueño", según ha informado la entidad en un comunicado.
Su autor, el ingeniero industrial Julio Cano explica que "es muy viable e incluso se puede aplicar, más allá del ámbito del sector automovilístico, como pueda ser el industrial y ámbitos en los que una persona se dedique a manejar maquinaria pesada en una línea de producción donde se realizan tareas peligrosas que exigen que se esté concentrado".
Como segundo premio, el COIICV ha destacado al ingeniero industrial Sergio Vivó por su trabajo, centrado en el ámbito de la logística y el medio marítimo que es responsable del 90% del comercio mundial, de ayuda a los operadores de las terminales portuarias para que aumenten su rendimiento y optimización de tiempos y grúas en las terminales. El proyecto ha sido implementado a través de un modelo matemático en una herramienta de simulación de procesos.
"Está enfocado en la implementación de un modelo matemático que permita la planificación de atraques y designación de recursos de manera óptima", ha destacado Sergio Vivó, ya que "uno de los problemas más importantes en este sentido es la replanificación de recursos. Se hace a través de personas que tienen mucha experiencia en el sector y, en ocasiones, ellos mismos no saben si la planificación es la óptima. La verdad es que ha sido un reto porque se pueden contar con los dedos de la mano las medidas que se han intentado implantar en este sentido en un entorno real", subraya.
Los galardones, que en la actualidad se encuentran en su XII edición, cuentan con un primer premio dotado de 1.200 euros y otro segundo de 800 euros. Pretenden, por una parte, reconocer el talento de los ingenieros más jóvenes así como ayudarles en el comienzo de su carrera profesional. Y, por otra parte, servir de trampolín para visibilizar los mejores proyectos fin de máster a la vez que se mejora y se apoya la empleabilidad del alumnado con un reconocimiento a la calidad de sus estudios.
Además, en esta edición, por segundo año, se ha destacado la figura de los tutores de los premios TFM con un obsequio por parte del COIICV que ha sido otorgado a los profesores Eduardo Quiles y Carlos Roldán, en el caso del ingeniero industrial Julio Cano. Y también a Javier Andrés y Carlos Andrés, en el caso de Sergio Vivó. En ambos casos, los tutores han destacado la brillantez de los trabajos de estos ingenieros industriales y han remarcado que ellos han ejercido de guía pero los verdaderos protagonistas son los ganadores.
En definitiva, según explica el decano del COIICV, Salvador Puigdengolas, estos premios TFM "son una apuesta decidida del COIICV para fomentar la unión entre Universidad y Colegio y una base sólida para que los jóvenes ingenieros consoliden su preparación y su futuro profesional".
El acto de entrega de los premios TFM, además de con la presencia del decano del COIICV, la presidenta del COIICV-Valencia, Nieves Romero y el presidente de la Comisión de Colegiación, Julio Bel, y el director de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de la UPV, Jorge García-Serra.
En este sentido, durante su intervención ha destacado que estos premios "son un elemento motivador importante para el trabajo del alumno. El TFM es el último requisito académico y los premios dan a conocer la calidad de nuestros egresados a través del trabajo desarrollado. Y también de su formación multidisciplinar, que abarca aspectos de los diferentes ámbitos existentes en la Ingeniería".
En total, a estos premios, se han presentado 12 trabajos de los que dos han sido distinguidos. Sin embargo, Nieves Romero ha subrayado la calidad de los proyectos que se presentan año a año. "El objetivo del COIICV con estos premios es distinguir los trabajos más brillantes en cuanto al grado de innovación, nivel de dificultad, aplicabilidad práctica, presentación y calidad de los documentos, la originalidad del mismo y su contribución al desarrollo tecnológico", ha explicado.
Durante su intervención, Julio Bel ha incidido en la "visibillización" en el mundo de la Universidad que suponen estos premios, ya que "permiten que los más jóvenes conozcan que existe una puerta abierta para todos y que se perciba que el Colegio también es su casa y que está para ayudar y asesorar al estudiante y futuro ingeniero".