VALÈNCIA. Ha transcurrido casi ya un mes desde que concluyó el plazo inicial que Compromís se marcó -12 de noviembre- para cerrar sus alcaldables en los municipios en los que lo hiciera por consenso. No obstante, a pesar de que ese límite se superó hace ya semanas, son bastantes los casos en los que no se ha cumplido y, por tanto, no existe un cabeza de lista escogido.
La dirección de la coalición, al igual que ha hecho con el acalorado debate sobre la obligatoriedad de suscribir el respaldo a la denominada ´ley trans´, prefiere optar por la laxitud. En la práctica, esto significa que el periodo se alarga, tácitamente, hasta que cada asamblea local lo considere oportuno. En una propuesta política tan descentralizada como la compromisaria el criterio local prevalece sobre el autonómico.
Todo ello mientras no se plante en el 11 de febrero, que es la fecha delimitada por Compromís para aprobar su candidatura autonómica y certificar sus carteles electorales en aquellas poblaciones donde vaya a haber primarias por falta de acuerdos sobre quién será candidato a alcaldía (Gandia o Mislata, por ejemplo).
Esta circunstancia provoca que, aunque según la dirección de la coalición de partidos e independientes, tengan confirmadas 127 listas en la provincia de València -asegura que superará la cifra de 2019- compuesta por 266 municipios, en la práctica se hayan dejado los deberes pendientes en localidades esenciales, en las que además de las alcaldías se juega buena parte de sus opciones para obtener diputados provinciales.
En este caso se encuentran, por ejemplo, Torrent o Paterna, que, junto a Gandia y Sagunt, completan el cuarteto de términos municipales más poblados tras la capital. De este grupo únicamente en la última, la localidad célebre por su castillo y teatro romanos, cuenta Compromís con candidato refrendado por la asamblea. Se trata del concejal Pepe Gil, confirmado con el 75% de los votos internos.
En Torrent, la dirección de la coalición con sede en la plaza del Pilar de València responde, al ser preguntada por su cartel electoral, que carece de información o no puede hacerla pública, mientras que en Paterna buscan un consenso para eludir la pugna interna.
En Gandia no podrán evitar esa cuita, que se resolverá por votación de militantes o, también, de simpatizantes, según qué fórmula salga adelante, entre el vicealcalde, Josep Alandete, y la concejal de Gestión del Territorio y Patrimonio Cultural, Alicia Izquierdo. O, lo que es lo mismo, entre los partidos Iniciativa y Més, las dos columnas fundamentales de Compromís. Hace cuatro años esa brega se resolvió a favor de Alandete.
En otras localidades clave, por su elevada población, para la obtención de diputados comarcales, como Cullera, Requena o Alzira, Compromís tampoco ha definido sus alcaldables. En esta última el anuncio de su retirada, a finales de octubre, por parte del actual primer edil, Diego Gómez, ha obligado a la coalición a sumirse en un farragoso proceso que espera culminar antes de Navidad con una asamblea de militantes que confirme al ingeniero agrícola Alfons Domínguez como aspirante a alcalde.
Compromís ha conseguido extender ese consenso a Aldaia o Massamagrell, donde ha optado todavía por no difundir el nombre de sus candidatos y esperar a ratificación por asamblea (lo mismo que intentó sin éxito en Alzira), o en Ontinyent y Quart de Poblet, donde sí tiene confirmados a Nicolau Calabuig y Rosa María García, respectivamente.
Por tanto, transcurrido casi un mes del final del plazo que se dio para cerrar sus candidaturas locales por consenso, la coalición compromisaria todavía tiene muchas incógnitas por resolver.