VALÈNCIA. "Necesitamos más capital movilizado hacia el emprendimiento de impacto". Así lo considera Margarita Albors, impulsora de Social Nest Foundation, organización que este 24 y 25 octubre organiza The Gap in Between en la Marina de València, en el marco del Valencia Digital Summit. El evento cuenta con el apoyo del Ajuntament de Valencia, a través de Las Naves, y de la Generalitat Valenciana, a través de la Conselleria de Innovación.
También cuenta con financiación de la Unión Europea-Next Generation EU y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, y el apoyo del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y la EOI, enmarcado dentro de la estrategia Spain Up Nation. Un encuentro que también suma la colaboración de partners relevantes como Caixa Popular, Fundación Once, Ashoka, DKV, Repsol, Danone, 4YFN, Invest in Valencia, Zubi Group, Woodea, Hands-on Impact, y otros representantes de diferentes corporaciones nacionales e internacionales.
- ¿En qué va a consistir el evento Gap in Between?
- Este evento persigue que los distintos actores económicos, pero también la ciudadanía, nos reunamos y nos involucremos en cómo podemos dar respuesta a los retos sociales y ambientales que tenemos enfrente usando la innovación, la tecnología, el capital y nuestro talento. Desde que nacemos hasta que morimos hay un espacio de tiempo, ¿qué vamos a hacer con ese gap cada uno de nosotros para conseguir dar respuesta a estas problemáticas?
"Desde que nacemos hasta que morimos hay un espacio de tiempo, ¿qué vamos a hacer con ese gap cada uno de nosotros?"
El evento persigue reunir a todos estos actores - emprendedores, startups, empresas, inversores, administraciones, tercer sector, la academia y la ciudadanía- para debatir, para inspirarnos y para proponer cosas que den respuesta a todo esto.
- ¿Cuáles son los temas centrales que va a tener el evento?
- Hemos dividido el contenido en cinco tracks. El primero tiene que ver con la transición hacia la economía net zero, toda la parte climática que sabemos que es tan importante y tan urgente. También, aspectos vinculados al impacto social, a la inclusión, a la diversidad y la importancia de que todo el emprendimiento, las ideas, y la inversión también se dirija con esta perspectiva de diversidad e inclusión. Además del rol que la tecnología tiene y las corporaciones.
Por otro lado, la parte de alianzas, que también nos parece muy importante y que, si al final queremos dar respuesta a esto, debe darse una colaboración entre los distintos actores, además de la colaboración público-privada, que es fundamental.
- ¿Qué actividades habrá alrededor?
- El día 24 habrá acciones, actividades en formatos más pequeños y por invitación en función de la actividad. Organizaremos un encuentro para inversores dentro de Fi, que es nuestra iniciativa en la que trabajamos con inversores de distinto tipo para acelerar la movilización de capital hacia el impacto.
El día 24 organizaremos uno de estos encuentros para analizar y ver casos de cómo se puede invertir en fases tempranas, en proyectos y en fondos. Y algunos workshops vinculados también a algunas de estas temáticas que comentaba antes. El día 25 es un evento abierto a cualquier persona. Es gratuito. La gente se registra y está abierto a perfiles de cualquiera que tenga interés. Y ahí va a haber contenido por speakers nacionales e internacionales, también locales.
También habrá una feria, donde emprendedores van a poder mostrar los productos que están desarrollando y creando. También stands de startups, sesiones de pitch y sesiones específicas para empresas. Va a haber retos ciudadanos, y mucha actividad alrededor sobre estos temas.
- Se empieza a hablar mucho de emprendimiento de impacto. ¿Se están confundiendo emprendimientos que quieren hacerse pasar por impacto cuando no lo son?
- Todo tiene impacto. Con tu actividad, generas un cambio en algo. Cuando hablamos de emprendimiento de impacto, estamos hablando de emprendimientos, de proyectos que nacen con el objetivo de dar respuesta a una problemática social o ambiental y que esa es la razón de existir y de su modelo. Es verdad que cada vez más todos estos aspectos de sostenibilidad de impacto están más en boca de todo el mundo, porque somos conscientes de que tenemos que hacer algo al respecto.
"Cada vez más se está cuestionando más cómo puedo hacer que el impacto de una empresa sea más positivo"
También, en muchos casos, aunque tu emprendimiento, igual que tu inversión, no nacen necesariamente para dar respuesta a un problema social o ambiental, tú tienes un impacto como empresa o como emprendimiento. Y cada vez más se está cuestionando cómo puedo hacer que ese impacto sea más positivo, cómo puedo tener claro cuáles son mis impactos negativos y cómo los mido y los gestiono para que cada vez sean más positivos y menos negativos.
Eso es fantástico, porque al final es la transformación de todo el sistema económico, que es lo que perseguimos en entidades como Social Nest, cuya misión precisamente es catalizar a los actores económicos para dar respuesta a estas problemáticas. Todos esos cambios son positivos, pongamos la etiqueta que le pongamos, mientras al final seamos conscientes de esos impactos, los identifiquemos, los midamos y busquemos que sean más positivos que negativos, pues estaremos contribuyendo a que las cosas vayan a mejor.
- También es momento de plantearse no solo un emprendimiento de impacto, sino de restringir al máximo el impacto negativo de cualquier proyecto.
- Si tú haces vasos pero te planteas todo lo que tiene alrededor, cambia la perspectiva. El cómo haces las cosas, los materiales que usas, la parte logística, la circularidad y tienes en cuenta a todos tus grupos de interés, no es una empresa de impacto porque tu objetivo no es resolver un problema social ambiental, pero sin duda es muy positivo que te replantes todas esas cuestiones, porque ahí vas a contribuir a que el planeta, tus grupos de interés y la sociedad vaya a mejor.
- Y en la parte de inversión, ¿nos podemos fiar cuando pensamos que estamos invirtiendo en un fondo de impacto? ¿Nos podemos fiar de que realmente es impacto?
- Este es uno de los temas más importantes que está teniendo el sector en estos momentos, porque en un momento en el que necesitamos claramente que haya más capital movilizado hacia dar respuesta a los problemas sociales, objetivos de desarrollo sostenible y otras cuestiones, la confianza es fundamental y los inversores, cuando quieren hacer impacto, quieren asegurarse de que con su inversión realmente se está haciendo. Y si eso no se cumple, evidentemente, hay un problema de confianza.
Entonces, desde Europa está regulándose al respecto. La SDFR, que es la dirección europea para que los fondos de inversión clasifiquen sus inversiones en función de una serie de criterios con distintos tipos de artículos, ha buscado precisamente esto. Hay inversiones que se clasifican como A, que son aquellas que intentan evitar daño, excluyen sectores que se consideran que no son buenos o empresas que se consideran que están haciendo las cosas mal.
"La regulación europea, lo que busca es que quede muy claro, en base a los artículos, cómo de impacto es una inversión"
Luego, tu inversión puede ser clasificada como una B, que es beneficiar a los grupos de interés, como comentábamos antes con el vaso. Y luego las empresas clasificadas o las inversiones como C, que son las que contribuyen a soluciones, y es donde está la inversión de impacto más puro. Entonces, la regulación europea, lo que busca es que quede muy claro cómo de impacto es.
Esa clasificación creo que es un paso muy positivo, es verdad que no evita del todo el que pueda haber un poco de impact washing en una inversión, pero sin duda son pasos. Entonces, yo creo que los inversores pueden estar tranquilos de que cada vez esto va a más, de que se va pidiendo más medición y el reporte sobre las inversiones. Es un riesgo que está ahí, que el sector mira muy de reojo para que no pase, que se está regulando y que seguro que va a ir a más.
- ¿Cómo ha evolucionado el emprendimiento de impacto en la última década?
- Ha evolucionado muchísimo. Cuando empezamos con Social Nest en el año 2010 como una entidad pionera en España había emprendimientos sociales y de impacto, pero en realidad no se conocían y no estaban en boca de todos como ahora. Por aquel entonces, se entendía que el emprendimiento de impacto era un perfil muy específico y muy concreto, muchas veces con una componente social o medioambiental muy fuerte, pero sin la componente más emprendedora, de sostenibilidad económica y de negocio.
Eran modelos quizás mucho más pequeños, menos escalables que aún existen y tienen todo el sentido para los tipos de retos que buscan resolver, ya que a veces son cuestiones más específicas, más locales y están bien. Pero yo creo que se ha ido ampliando mucho el espectro de otros perfiles de emprendimientos que no son esos, que son proyectos que tienen una perspectiva más de negocio, quizás más escalables, más de uso de tecnología y que antes no se asociaban tanto con esa posibilidad de generar un impacto y ahora sí.
- A nivel de inversión, ¿cómo se encuentra el escenario?
- A nivel global, se estimó en el año 2021 por la Global Impact Investing Network que ascendía a 1.200 billones de dólares. Pero cuando hablas de inversión sostenible, comparado con toda la inversión que se mueve a nivel global, pues aún es pequeña. En Europa está alrededor de 80.000 millones y en España como unos 2.400 millones de euros. Esto, en realidad, supone un porcentaje muy pequeño respecto a todas las inversiones, aunque está creciendo anualmente al ritmo de un 20% aproximadamente.
"La inversión de impacto está creciendo anualmente al ritmo de un 20% aproximadamente"
Igual que como consumidores sabemos que cuando compramos una cosa u otra estamos tomando una decisión, con el capital es lo mismo. Pensar dónde quiero alinear mi capital. Entonces, la inversión está creciendo, pero aún queda mucho por hacer. También se habla mucho y falta más capital que realmente se movilice, más allá de decirlo.
- ¿El ciudadano está dispuesto a pagar más por productos hechos con beneficio social o ambiental?
- Estamos en un punto en el que la gente sí que es más consciente y busca más productos. Las propias marcas están haciendo una transición y lo vemos en cuestiones como la proliferación de granjas sostenibles o con los ganaderos. Todos los productos que vamos viendo lo van embebiendo en el mensaje, porque evidentemente hay una mayor sensibilidad y yo creo que desde la pandemia todos somos más conscientes de la importancia.
Está claro que el precio es una variable importante, porque no es tan fácil para muchas personas poder tomar esa decisión de decir, voy a por lo sostenible aunque sea algo más caro. Sabemos todo lo que estamos viviendo a nivel económico, en las familias y muchas veces las encuestas dicen que a igualdad de precio, sin duda, prefieren elegir cosas que sean sostenibles porque les importa y porque quieren contribuir.
"Hay cuestiones que repensar, como el modelo de consumo"
También hay cuestiones que repensar, como el modelo de consumo. Si compras un primer producto sostenible, que es mucho más duradero a la larga, económicamente es mejor aunque en el momento de la compra no te lo parezca. Entonces, creo que hay desde el punto de vista del consumo hay una cultura también un poco que transformar.
- Acaba de cambiar el Gobierno, ¿cómo ha sido el avance el emprendimiento de impacto con el anterior Consell?
- El anterior Consell tomó ciertas iniciativas donde los aspectos del impacto social y ambiental eran claros o eran el propósito mismo de determinados programas, líneas o acciones. De una manera muy clara, se impulsaron todas estas acciones que iban en esta línea. Tenía todo el sentido dar esos pasos.
- ¿Y qué le pedís al nuevo Consell?
- Todo esto es un ámbito que no entiende o no debería entender de los cambios políticos o de los signos políticos. Desde que empezamos con Social Nest, siempre he dicho que esto es de sentido común. Si los problemas están ahí, es determinar cómo les damos respuesta. Nosotros formamos parte del consejo asesor en España de inversión de impacto, que forma parte a su vez de una red internacional de más de 34 países de la Unión Europea.
En este sentido, creo que representa muy bien lo que este ámbito es. Al final es una asociación donde hay entidades del tercer sector, fundaciones, ONGs, hay fondos de inversión, hay startups, hay empresas pequeñas, grandes, hay administraciones públicas de diferentes niveles, regional o local. Incluso este año organizamos en el Congreso de los Diputados un encuentro con portavoces de los partidos políticos que forman parte del Consejo de Economía y de Transformación Digital a nivel nacional. Estaban prácticamente todos alineados con esto.
Entonces, lo que pedimos, en cierta manera, es continuar en esta senda de la sostenibilidad, del impacto. Que desde que la administración pública se fomente también todo lo que tiene que ver con la inversión de impacto para canalizar capital catalítico que permita que después inversores privados se puedan sumar.
La colaboración público-privada se ha visto fundamental en este sector, y lo vemos en países vecinos como Portugal, Francia y otros como Reino Unido que llevan muchísimo tiempo. Entonces, invitar a seguir en esta senda y a explorar todo lo que se está haciendo de manera muy innovadora en otros lugares y que podemos también aplicar en nuestra región. Más cuando tenemos también sectores tan importantes como el sector agroalimentario, el logístico o el turismo.
-¿Deberían las ayudas o al menos el dinero público que va hacia fondos de inversión en startups estar más enfocado a esta parte de impacto?
- Se han planteado fórmulas desde Enisa, que tenían financiación para temas de impacto. Ahora, a través de Cofides, se estaba barajando la posibilidad de hacer un fondo de impacto social, un fondo de fondos con financiación europea, que es muy buena noticia para España porque hay otros países, como Reino Unido, que lo llevan muchos años haciendo y que realmente ayudan y contribuyen mucho al desarrollo del sector. Portugal, por ejemplo, también lo ha hecho con fondos europeos, 150 millones de euros que han destinado para después canalizar o crear diferentes tipos de vehículos de financiación.
Entonces, yo creo que este tipo de iniciativas son muy interesantes, primero porque tiene sentido incentivar y fomentar que se creen proyectos. Empresas que tengan en cuenta todos estos criterios que estábamos viendo. Puestos a financiar cosas, pues mejor esto que hace impacto positivo que otras cosas que no. Hay mucha innovación al respecto también. Los bonos de impacto social, donde se une la administración, los inversores privados y entidades sociales, ONGs o empresas sociales, donde se acuerda previamente el impacto deseado y en base a ese impacto se financia y se generan unos retornos.
Es decir, hay mucha innovación que se está generando en torno a todo esto. Y tiene todo el sentido que la administración sea un poco tractor también de ello.
- ¿Cómo se encuentra València dentro de todo este contexto de España?
- A nivel de emprendimiento, creo que la evolución que ha tenido la ciudad es muy potente, y así se ve fuera también, y se reconoce. Se encuentran proyectos interesantes y hay inversores a nivel nacional que están viniendo a Valencia a invertir. Pero, como siempre, nosotros tenemos la mirada de que hace falta más. Incluso en el aspecto de promover el ecosistema de impacto en la ciudad.
The Gap in Between también surge precisamente un poco para esto, como punto de encuentro donde viene gente internacional que nos ayuda a inspirarnos y a ver modelos nacionales. Pero también donde los emprendedores sociales, las entidades sociales, las empresas valencianas se puedan unir, y podamos juntarnos, porque no hay tanto de estas oportunidades.
- ¿Qué objetivos tenéis en Social Nest para el próximo año?
- Desde hace ya muchos años ponemos el foco en temas de emprendimiento, porque creemos que necesitamos esa innovación, esos proyectos, esa tecnología y seguimos impulsándolo. También abordamos la relación con las empresas y corporaciones en innovación. Hemos hecho este año un programa con Danone, de innovación y de trabajar con startups en sectores de interés para la compañía, y creemos que ese tipo de alianzas son muy positivas.
Que las corporaciones, igual que antes hablábamos de administraciones públicas, tienen un rol muy importante, porque son también tractores de otras empresas. Entonces, una de las líneas de trabajo más fuertes de la Fundación para el próximo año es precisamente seguir trabajando con empresas y con startups y la innovación abierta para favorecer un poco la transformación de ambas. Y todo el resto, toda la parte de inversión que tenemos a través de esta plataforma de Fi, que llevamos ya muchos años haciendo cosas, también incluso a nivel internacional, y buscando ser puente entre Europa y Latinoamérica.
También tenemos previsto, en España, hacer un programa para las nuevas generaciones de family offices y personas de alto patrimonio, que tienen interés en alinear patrimonio y valores, para que puedan aprender cómo hacerlo.