Si buscábamos un culebrón del verano, que no fueran los incendios, ya lo tenemos con la operación Medicina, por la cual la Generalitat Valenciana se ha retirado del litigio que mantienen la Universidad Miguel Hernández y la Universidad de Alicante por la implantación del grado de Medicina, que fue aprobado en 2022 por el Gobierno de Ximo Puig. Creo que flaco favor haremos si nos metemos en cuestiones jurídicas. A eso corresponde la labor del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, que, no lo olvidemos, ya le dio la razón a la UA en la petición de la UMH para que suspendiera cautelarmente el inicio del curso en Medicina.
Es de verdad que ahora la Generalitat de Carlos Mazón aporta un informe de la Abogacía que refleja supuestas irregularidades que podrían conducir a la nulidad del acto administrativo. Pero quiero entender que si en su día eso se aprobó también, el Gobierno de Ximo Puig también tendría los avales jurídicos para ello. De haberlo advertido alguien, no se hubiera aprobado. Digo yo.
Lo que queda claro es que detrás de la decisión del Gobierno valenciano de nombrar presidente a Carlos Mazón hay una razón, o quien sí sabe, sí una excusa para el futuro. Empecemos por la excusa: falle lo que falle el TSJ, parece que no va a contentar a ninguna de las partes y cuando suceda, aparecerá de nuevo Mazón repitiendo que la mejor solución es un campus sanitario compartido entre las dos universidades. Así que vistas las posiciones, sólo queda esperar a ver quién tiene razón. Aunque auguro que esto irá para largo y es posible que acabe dirimiéndose en una instancia superior.
Vayamos a la razón que pueda perseguir el Gobierno de Mazón, y a la que todos se han tirado de cabeza a respaldar sin reparar en los detalles: ¿es posible que dos universidades impartan un grado a la vez? ¿Dónde se ubicaría ese campus? ¿Qué estudios lo conformarían? ¿Quién impartiría qué?
Primero. No soy un experto en la matería, pero creo que la legislación española no permite que dos universidades impartan el título de un mismo grado. En todo caso, esa alianza se puede hacer con un campus extranjero, creo. De ser posible, lo primero que habría que saber es quién imparte medicina. Pero insisto, aquí mucha gente se ha tirado al monte sin conocer la viabilidad de ese proyecto. La advertencia de los promotores del plan es que la concesión de Medicina a la UA está mal resuelta y por lo tanto la UMH debería seguir con los estudios.
Segundo. Demos por bueno el argumento de que es posible el campus sanitario interuniversitario. En teoría todos ganarían, se acabaría esa hipotética rivalidad de Medicina (y otros estudios), se ganaría en eficiencia y se evitarían duplicidades, si es posible. Entonces, la pregunta que hay que hacer es ¿por qué solo en medicina? Solo con echar un ojo a la página web de ambas universidades ya se puede ver la duplicidad en varios grados: Derecho, Administración y Dirección de Empresas, Relaciones Laborales y Recursos Humanos; Ciencias de la Actividad Física; Ingeniería Informática o el doble grado de Derecho y ADE, por citar algunos. ¿No merece repensar la oferta de derecho a escasos 25 kilómetros de distancia? ¿O de ADE? ¿O de licenciados en Educación Física? Porque vale, vistas las circunstancias del momento postpandémico, médicos hacen falta unos cuantos, pero ¿lo otro no merece revisarlo? Es decir, si el argumento es compartir y acabar con viejas rencillas, ¿lo mejor no sería la fusión de la UA y la UMH?
Tercero. Está claro que el objetivo es que esto sea una especie de entente cordial para que uno de los dos dé medicina y el otro complete el puzle. Bien. En ese caso, la provincia de Alicante tendría una facultad pública de Medicina, y faltaría saber si con plazas suficientes para la demanda que necesite. Y, ¿entonces qué pasa? ¿Ya puede venir otro operador privado, solicitar medicina y aumentar la oferta? Ese es el modelo de las provincias de Valencia y Castellón. Y cabe recordar que uno de los argumentos de la UA era completar esa oferta que tenían las otras dos provincias a través de una institución propia (la más veterana), asentada y con medicina desde el principio. Recordemos que en el mandato 2011-2015 ya hubo dos intentos, con la UCAM en Sant Joan, y una tal Universidad del Mediterráneo en El Campello. Y no hay que ser un lumbreras para ver que la Universidad Europea calienta en la banda con una oferta de grados relacionados con la salud. Legítimo, por supuesto. Nada que objetar. Pero ¿es necesario desvestir un santo pagado del erario público (y qué ha funciona sin problemas) para satisfacer a una de las dos partes? Ahí lo dejo.
No voy a hacer referencia al pasado. Todos conocemos lo que pasó. Y 28 años después, nadie puede decir que las relaciones entre ambas universidades sean malas. Es más, diría que todo lo contrario. Tanto Juan José Ruiz (UMH) como Amparo Navarro (UA) pueden dar fe de ello, como anteriormente Manuel Palomar. Sobre el grado de Medicina de la UA se ha escrito mucho, cuando comenzó la idea, impulsada por el propio Palomar. Las conversaciones con la Generalitat de entonces, que no era muy partidaria por la cuestión económica, y cómo la pandemia cambió su punto de vista. Además de todo el argumentario en favor de los estudios, también hay que tener en cuenta una cosa: de no haberse aprobado el grado de Medicina en la UA, hubiera sido la primera solicitud de un grado universitario en España rechazada con todos los informes favorables.
Mazón ha sido hábil al proponer una solución a priori pacífica. Y que es posible que pudiera ejercer de calmante después del fallo del TSJ, que tiene difícil ser justo. Pero la historia más lejana y la necesidad (o posiblemente la legislación) actual la hacen inviable. ¿Por qué? El daño por deshacer lo que pudiera estar mal (que no deja de ser una formalidad subsanable) es más grande que la razón que pudieran llevar los denunciantes, siendo el bien final un bien común. Todo lo otro lo dejo para los nostálgicos de los años 90.