VALÈNCIA. Parece que los inversores han cambiado el chip de un mes a otro, una vez las medidas impuestas por parte de las autoridades monetarias. El ahorrador necesita entender mejor lo que hay detrás de estos cambios repentinos y me he tomado la libertad en redactar algunas preguntas que yo en su lugar también me haría. Puede haber muchas respuestas así que intento aquí en este artículo recoger lo que personalmente me parece importante de cara a posibles respuestas.
1) ¿Debo fiarme del repentino optimismo que ha sobrecogido a los mercados durante estas últimas semanas?
Solo en parte. La última recuperación bursátil viene precedida de una ola de ventas masivas, acentuada por una parte como efecto colateral de productos derivados; y, por otra parte, por la eliminación completa de los márgenes en un gran número de créditos lombardos que se facilitan para la compra de valores mediante colchón de seguridad. Si este colchón de seguridad se esfuma, la venta de los valores es obligada. Los paquetes de ayuda acordados por países y bancos centrales finalmente han despertado de nuevo algo de optimismo y ha hecho que los mismos actores que vieron ventas forzadas el mes anterior se hayan replanteado reconstruir sus posiciones. La recuperación se ha producido en un entorno de mercado muy polarizado con el 'motor' de las grandes tecnológicas y multinacionales americanas. Si nos acogemos a la realidad económica no parece una situación muy propicia para que valores cíclicos puedan ir recuperando como lo han hecho durante estos días. Al menos es lo que nos indica el sentido común.
2) ¿Qué es lo que estaría descontado en las valoraciones y qué no?
Con la fuerza de las caídas de marzo se puede interpretar que estaría descontado una fuerte recesión económica. Lo que sabemos es que los datos del segundo trimestre serán horribles. Si todo este drama está bien descontado en los precios, no sería fuente de preocupación. Lo que en cambio gusta menos es que parece ser que un buen puñado de inversores espera también un rápido incremento de los beneficios corporativos con la vuelta a la actividad. En este sentido discrepamos. En la última crisis de 2008, los beneficios corporativos necesitaban 2-3 años para volver a niveles precrisis. Cierto que no todas las crisis son iguales y puede que en esta tal vez al principio haga amago de rápida mejora; pero hay sectores tan importantes -como por ejemplo el turismo-, que dependen de muchos factores. La vuelta a la normalidad para viajar por un mundo globalizado probablemente necesitara más tiempo. Si luego los resultados se quedan cortos con respecto a expectativas poco realistas, la decepción en bolsa está servida y este es solo uno de los ejemplos que puede haber.
3) ¿En qué me puedo fijar para mejor interpretar el escenario económico en cada momento?
La evolución o fortaleza del dólar americano suele ser un buen indicador de expansión económica. Si pierde fuerza con cierta constancia es una buena manera de interpretar que el ciclo económico se encuentra en recuperación. También el oro -activo de refugio por excelencia- puede ser un buen indicador en este sentido. Cuando menos se demanda el metal, menos preocupación y mayor optimismo se desprende. Lo mismo con respecto a valores cotizados. En momentos de incertidumbre, los inversores buscan compañías grandes de calidad. Cuando cambiamos a modo crecimiento, la exposición a pequeñas y medianas empresas cotizadas gana fuerza.
4) La FED ha triplicado en esta crisis el volumen de paquete de los anteriores programas conocidos como 'Quantitive Easing' ¿No alimenta esto el riesgo de una avalancha inflacionista poco deseable?
En el medio plazo no porque la situación en los tipos de interés esta tan reprimida que hasta se habla de la posibilidad de tipos negativos en EE UU. Así en los próximos dos años es poco probable que alcancemos escenarios inflacionistas poco deseables. Si la recuperación resulta ir a buen ritmo sostenido -y parte de las inyecciones monetarias acaban en los bolsillos de los consumidores para que estos luego lo vayan gastando-, en este caso no se puede descartar que veamos tasas de inflación algo superiores a precrisis. A partir de ahí, comentar que primero tendría que darse esta situación, que ya veremos, y luego será probablemente el gran reto de las autoridades monetarias de ir retirando paulatinamente las grandes cantidades que se encuentran en el sistema en momentos que ya no se justifican; para así no ir alimentando al monstruo de la hiperinflación.
Christian Dürr es socio-director en ETICA Patrimonios EAF