VALÈNCIA. Democratizar la arquitectura y el diseño y demostrar que otra forma de construir es posible. Esa es la vocación del arquitecto valenciano Fran Silvestre con NIU Houses, su nueva compañía que promueve la construcción de viviendas a través de procesos sistematizados para lograr mayor agilidad en los tiempos, precisión y calidad en los acabados. Un proyecto que en breves será una realidad en Godella, donde ya se montan varios prototipos en lo que será un museo a tamaño real para exhibir su visión de lo que tiene ser la arquitectura del futuro.
Y es que NIU Houses nace con la vocación de innovar y dar una respuesta a las nuevas demandas de los clientes. De esta forma, a través de procesos constructivos sistematizados consigue ofrecer en su propuesta residencial una gran calidad ya que las piezas llegan ya conformadas y únicamente se montan. Además, una de las principales ventajas es que se acortan los tiempos de la obra a solo tres meses entre la configuración de la vivienda y su entrega definitiva tras el montaje.
"El objetivo es democratizar la arquitectura y el diseño. Esto no es más caro que una vivienda tradicional de ladrillo porque al final este sistema es escalable y eso es lo que queremos demostrar. Es una revolución tranquila que hemos iniciado en la construcción y que es el camino a seguir en los próximos años", subraya el arquitecto.
El proceso de trabajo de NIU Houses integra todas las fases: desde el proyecto arquitectónico –incluyendo la gestión con la administración y la coordinación de todos los agentes que intervienen en la construcción– al diseño e interiorismo, incluso el equipamiento completo de la vivienda. "La sistematización rigurosa de todas las operaciones garantiza el éxito en la materialización de nuestras casas", señala.
Y, para exhibir su concepto, el arquitecto adquirió una parcela en la urbanización Campolivar en Godella (Valencia) en el que está levantando un showroom con sus creaciones. Aunque las dimensiones permitirían la construcción de 15 viviendas, ha dispuesto las 8 tipologías de unifamiliares que ofrece y que se podrán visitar, cada una con diferentes acabados y completamente amuebladas y equipadas.
Viviendas con diseños sencillos y funcionales en los que la luz es el gran protagonista, pero siempre con la mirada puesta en el cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad para maximizar los consumos. Y es que una de las ventajas de esta forma de construir es precisamente que las piezas ya vienen diseñadas y se ensamblan in situ sobre el terreno, lo que evita desperdicios. Además, los materiales son de proximidad de proveedores locales y todas las viviendas contarán con cubierta de paneles solares.
"Lo que buscamos en Campolivar es hacer una exposición a tamaño real de lo que será la nueva arquitectura y sus materiales para que la gente compruebe que es posible. No es lo mismo ver un imagen que una casa ya construida y en un entorno como este. También, queremos poner en valor que la mayoría de nuestro mobiliario y equipamiento son de fabricantes valencianos como Porcelanosa o Viccarbe", sostiene.
En estos momentos, la maquinaria trabaja a pleno rendimiento para poder inaugurar el próximo mes de mayo. Cada inmueble se encuentra en una fase constructiva diferente, algunos más avanzados que otros, pero siguiendo la misma forma de trabajo. "Para montar una casa así se necesitaría un equipo de cuatro personas en estructura, cristalería, cerramientos e instalaciones y en tres meses estaría la obra acabada. Sin embargo, si tienes un encargo más grande puedes buscar especialistas para labores más concretas como las cocinas. Al final, se trata de aportar valor añadido", expone.
El sistema constructivo es sencillo: se montan unas estructuras metálicas que se forran con chapas y sobre ellas se introduce la cristalería de las ventanas y las instalaciones eléctricas. El techo es a base de un textil tensado muy resistente que se retroilumina, por lo que si hay algún problema en la instalación se destensa y se vuelve a colocar.
En su caso, dos equipos trabajan de forma simultánea en el proceso: uno se ocupa del interior de la vivienda para los trabajos de tabiquería, armarios, puertas y cocinas y, el otro, en la parte exterior. Para lograr una mayor precisión, el estudio lleva tres años formando al personal para que todo salga todo al milímetro. "Ha sido prueba y error montando y desmontando las viviendas en una nave industrial hasta lograr la forma más ágil y eficiente de hacerlo. Ahora ya todo es mecánico. Gran parte de los actuales oficios de la construcción se van a reconvertir en esta línea", puntualiza.
Y es que una de las ventajas de este sistema es la reducción de plazos a una tercera parte que con los procesos tradicionales. NIU Houses construye en seco, no hay fraguados, y los elementos están pensados de antemano para ser montados, por lo que no es necesario medir ni cortar, puesto que las piezas vienen ya conformadas. De esta forma, el sistema permite estocar elementos que se repiten en obra y la entrega de las casas se garantiza en un plazo de tres meses desde la fecha de compra.
Además, la simplificación y optimización de los procesos garantiza que la cadena de fabricación sea muy eficiente y que la ejecución de cada una de las viviendas se realice de manera programada y sin desperdicios. Así, se consigue ajustar los precios y cerrar un presupuesto desde el inicio.
La sostenibilidad es otra de las claves y una de las señas de identidad del arquitecto. De esta forma, los inmuebles están diseñados para que tengan el mínimo consumo energético y cuentan con sistemas de generación de energía renovable. Además, desde el propio proceso de fabricación de la casa, la huella de carbono se reduce al evitar los escombros propios de la construcción tradicional. "Estas casas se reciclan al 100%. El concepto es cero desperdicios porque no construyes, sino montas. Por tanto, tampoco derribas, sino que desmontas y estos materiales los vuelves a usar generando economía circular", destaca.
Actualmente, la compañía ofrece ocho tipologías de unifamiliares para abarcar las diferentes necesidades de público, todas ellas con piscina. La más sencilla va desde los 75,6 metros cuadrados y cuenta con una planta con una habitación y un baño, mientras que la más grande roza los 322 metros cuadrados de superficie, distribuidos en dos plantas con cuatro estancias y tres baños. No obstante, Silvestre asegura que en un futuro podría ampliar el catálogo si así lo precisa algún cliente.
El proyecto en Campolivar está dirigido principalmente a promotores para, a partir de ese momento, comenzar su comercialización y venta. No buscan exclusividad con ninguna compañía, sino llegar al máximo público posible y, por el momento, cuentan ya con 3.500 peticiones. De ahí, que el arquitecto haya querido montar su obra para que se pueda comprobar su resultado final. Incluso, señala que no descarta que los promotores interesados puedan pasar unos días en algunas viviendas para vivir "la experiencia de NIU Houses".
"En principio queremos estar dos años en España enfocados en las viviendas unifamiliares para después dar el salto a la plurifamiliar. El objetivo es transformar un servicio en un producto, es decir, la artesanía en sistematización para mejorar la vida de las personas y mejorar la calidad de la arquitectura", defiende. Y, a su juicio, esa transformación y modernización solo puede pasar por la repetición en el proceso para optimizar recursos y ser más eficiente, algo que han conseguido con su propuesta.