Si hay otra gastronomía en el mundo que adore como la nuestra el arroz y las anguilas es la japonesa. Saben que su unión no resulta en paellas, ni falta que hace, mucho mejor apostarlo todo a una salsa inolvidable.
En el restaurante Chef Amadeo no solo tomarás una de las mejores fideuàs de Gandia sino que lo harás en un restaurante repleto de personalidad y autenticidad
Esta es la típica elaboración que se le ocurre a un chef italiano que lleva viviendo mucho tiempo en España.
Desde que probamos en Nómada esta especialidad clásica de pasta fresca artesanal, no hemos podido quitárnosla de la cabeza.
¿Qué hace que un cocinero abandone uno de los proyectos gastronómicos con más empuje de la ciudad para montarse un rincón (literalmente) en el borde de la calle del Mar y ponerse a servir pasta como un descosido? Qué va a ser: la pasión. Provocadora de caminos imprevistos y también de sorpresas gratificantes.
La milanesa Napolitana es tierna, sabrosa y creativa, una delicia argentina que se saborea mejor si se comparte
Monte, humo, tierra… una combinación idónea para dar paso al otoño.
Bien de hedonismo en Manaw: Nikkei sin complejos, sabores intensos, umami a cascoporro, cócteles sobre la mesa y ganas de pasarlo pirata. Digo sí.
Toparte con las croquetas de Cañitas Maite (Albacete) en Alicante, la mejor de las serendipias.
Posiblemente la ensalada que mejor acompaña a los principales
El matrimonio perfecto del que Hemingway estaría orgulloso
¿Qué ocurre si combinas el solomillo de un buey madurado durante 365 días con una lata de 30 gramos de caviar?
Desde hace pocas semanas, en Joaquín Costa, en un Eixample con cierto regusto eufórico, abrió Travieso Bar.
Un bocado mediterráneo y marino, cálido y salino, acogedor y adictivo.
Como convertir una pequeña taberna en el centro de Ruzafa en una gran Izakaya nacional.
Elaborada con masa de anís rellena de boniato y mascarpone, es un bocado pagano para una noche especial.
Yo quería la de chocolate –como siempre–, pero insistieron. Y fue una de esas revelaciones que certifican lo bueno que es abrir la mente.
A los siete años Laia ya pedía callos, los de Mas de Picando. Me llevó a esta masía del término municipal de Les Useres y el único requisito era pedir los callos.
