VALÈNCIA. Como tantos valencianos nació en la Cigüeña, toda su vida está vinculada al casco histórica y en concreto al Palacio de Malferit, casa familiar y sede del museo que dirige. Alejandro Noguera explica con detalle y profundo conocimiento la historia: “La casa está donde antes de la conquista de Jaume I había una alquería y su huerto, la calle se llamaba de San Nicolás por la Iglesia. La edificación tiene elementos del gótico valenciano como la escalera y ha sufrido modificaciones como la fachada en el s. XIX”. Pero el respeto por la historia de nuestro protagonista es total y admirable.
En ese Palacio está la sede del Museo l’Iber de Soldaditos de Plomo, el más importante del mundo y nos cuenta el origen: “Mi padre, Álvaro Noguera, tenía una colección de soldaditos y en 1985 decide que la quiere musealizar y mostrar a la ciudadanía”. Y así desde 1992 se creó el museo L’Iber que contiene más de un millón de miniaturas históricas.
Alejandro estudió Historia en la Sorbona en París, recuerda aquellos años con una amplia sonrisa y confiesa “era aplicado y también disfrutaba, volvería ahora mismo”. Actualmente es Cónsul de Francia en Valencia. Ha vivido en Nueva York y Atenas, pero sin duda considera que Valencia es el mejor lugar para vivir. Y revindica “los mercados y los cementerios que nos sirven para medir el pulso de una ciudad”.
El valenciano Diego Coleto estudia el arte de lo feo en _GLY, un proyecto que engloba un podcast a modo estudio y una publicación en la que aúna su investigación sobre un estilo (por lo general despreciado) que ahora está ganando terreno entre las nuevas generaciones