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muchos destacan la falta de medios para vigilar el cumplimiento de la medida 

Los municipios confinados consideran que el efecto del cierre perimetral ha sido muy moderado

23/01/2021 - 

VALÈNCIA. Esta semana se ha levantado el cierre perimetral que pendía sobre 29 municipios valencianos por su alta incidencia de covid-19. Una decisión que anunció el president de la Generalitat, Ximo Puig, el mismo día en el que también daba a conocer el endurecimiento de las restricciones a nivel autonómico. Así, con las nuevas medidas en marcha, las autoridades sanitarias no han considerado que sea necesario el cierre localizado de algunos núcleos urbanos. De hecho, la propia consellera de Sanitat, Ana Barceló, llegó a lamentar que el confinamiento no había sido tan efectivo como se esperaba, puesto que las cifras de la pandemia habían seguido en aumento en la inmensa mayoría de las localidades, sin que las prohibiciones de movilidad hubieran surtido el efecto esperado.

Ahora, son los alcaldes de estos municipios quienes hacen balance de esta situación, y explican qué es lo que ha podido fallar (o no) en el cumplimiento del cierre perimetral. Por ejemplo, el primer edil de Cheste, el socialista José Morell, ha considerado que las medidas que acompañaban al cierre perimetral han sido más efectivas que el confinamiento en sí mismo. Cabe recordar que, junto con el bloqueo de los accesos, también se decretó el cierre total de la hostelería -cuando todavía seguía activa hasta las cinco de la tarde en toda la Comunitat- y la cancelación de eventos en espacios públicos. "Lo que verdaderamente ha funcionado aquí ha sido la reducción de los contactos sociales y la eliminación de los espacios y eventos donde podía haber aglomeraciones", ha afirmado con total seguridad.

Sobre el cierre de los accesos, Morell ha comentado que, desde el primer momento, sabía que un confinamiento hermético iba a ser prácticamente imposible: "Las autoridades pusieron a nuestra disposición todos los materiales que pudieron. Incluso nos cedieron algunos bloques New Jersey para poder bloquear ciertos caminos, pero tener todas las entradas vigiladas en todo momento era poco probable. El sellado absoluto era muy complicado". Por todo ello, tiene fe en que las medidas a nivel autonómico sean más efectivas que las que se decretaron inicialmente de manera localizada: "Es mucho más sencillo que vayamos todos a una y tengamos las mismas restricciones que ir viendo pueblo por pueblo qué es lo que tenemos que hacer", concluía al respecto. 

En cuanto a la efectividad global de las restricciones de estas dos semanas, el alcalde se ha pronunciado con positividad moderada: Nuestras cifras siguen siendo altísimas, porque estamos en torno a los 1.000 casos por cada 100.000 habitantes. Pero al inicio del cierre perimetral estábamos en 1.500, así que un poco sí que hemos mejorado desde entonces", explica. En este sentido, Cheste fue uno de los municipios pioneros en pedir medidas más estrictas a la Generalitat Valenciana, ante la imposibilidad de contener el virus. 

Jorge Rodríguez, alcalde de Ontinyent. Foto: KIKE TABERNER

Por su parte, uno de los alcaldes más críticos con la efectividad del cierre perimetral ha sido el de Ontinyent, Jorge Rodríguez. Y es que, considera que las medidas aplicadas de manera localizada no tienen ningún efecto notable sobre las cifras de la pandemia. Por eso, justo el mismo día en el que el municipio salía del confinamiento, resaltó la importancia de "aplicar medidas generales y no locales". "No existe una receta infalible, pero yo creo que es mucho más eficaz avanzar el toque de queda a las ocho de la tarde para que todo el mundo esté en casa a la misma hora". Una ventaja que no solo es sanitaria sino también logística, puesto que vigilar en todo momento las salidas para garantizar un cierre hermético no era viable.

"Hemos hecho todos los esfuerzos que hemos podido, la Policía la Guardia Civil han doblado incluso turnos si era necesario. Pero, al final, controlar los movimientos de una manera tan localizada era prácticamente imposible. Además, la ronda de Ontinyent también sirve de vía de acceso para otros municipios, por lo que mucha gente podría haber declarado que iba a otros pueblos cuando en realidad, una vez dentro, podía venir a Ontinyent perfectamente", explican desde el consistorio. "Confinar ciudades grandes se ha probado imposible, porque tienen muchas entradas y da igual cuántos controles aleatorios pongas: al final alguno siempre se queda libre", lamentan. 

"Las medidas se tendrían que haber tomado antes"

"Con la que está cayendo, todas las medidas son insuficientes. Si el día 30 de diciembre lo hubiéramos cerrado todo, ahora mismo estaríamos hablando de otra cosa". De esta manera tan tajante se ha pronunciado el alcalde de Llíria, el socialista Manolo Civera. "Aun habiendo cierre perimetral hemos contabilizado una barbaridad de contagios, así que la pregunta no es si ha sido efectivo o no. Lo que realmente cabe cuestionarse es, ¿qué hubiera pasado si no lo hubiéramos tenido? Empezamos el confinamiento con unos 500 casos por cada 100.000 habitantes y lo hemos acabado con el doble". "El cierre no ha ayudado a rebajar las cifras, pero yo creo que podría haber sido mucho peor", lamenta.

Con respecto a las restricciones generales y el momento en el que se han decretado, añade: "Las medidas se han tomado para bien, pero ahora estamos viendo que han sido totalmente insuficientes. Estamos desbordados", sentencia al respecto. Aunque tampoco deja escapar la oportunidad de recordar que el avance del virus es una responsabilidad colectiva. "Claro que no había bastantes agentes de Policía o de Guardia Civil para vigilar el cierre perimetral, pero es que todo eso ya lo sabíamos de antes. El problema no es ese. El problema es que parece que necesitemos a un policía siempre encima de nosotros para que nos vigile y no debería ser así. El cierre perimetral era realmente un aviso, una manera de hacer ver lo mal que estábamos. Y deberíamos haber contado con la responsabilidad suficiente como para que nadie tuviera que obligarnos a cumplirlo", ha declarado Civera. "No tenemos educación colectiva". 

Manolo Civera, alcalde de Llíria. Foto: KIKE TABENER

También el alcalde de Alfafar, el popular Juan Ramón Adsuara, opina que las restricciones han llegado un poco tarde: "Personalmente sí que pienso que deberíamos haber actuado antes. Antes, y más drásticamente. No estoy en la piel de quienes toman las decisiones, pero en marzo actuamos con contundencia y eso fue lo único que nos permitió aplanar la curva y vivir un verano más o menos normal", ha considerado. Con respecto al cierre perimetral, también ha destacado algunos fallos en el dispositivo: "El primer fin de semana fue un poco caótico porque las Policías Locales se vieron solas controlando los accesos. El resto de cuerpos estaban principalmente destinados a los lugares donde Filomena había azotado con más fuerza. Luego sí que es cierto que la cosa se normalizó y pudimos hacer un cierre más hermético del municipio, especialmente en las zonas comerciales".

En cuanto a la efectividad del cierre perimetral, matiza que todavía no hay datos suficientes como para poder hacer una valoración: "Es cierto que empezamos con una incidencia de 850 casos por cada 100.000 habitantes y luego hemos bajado a alrededor de 750. Pero esos datos son realmente de hace 14 días, de las Navidades. Para saber si todo esto ha servido para algo, tendremos que esperar al menos un par de semanas y ver cómo son los resultados". Sobre si se debería haber alargado el confinamiento, opina lo mismo que el resto de sus compañeros: dadas las circunstancias actuales, no es una medida efectiva. "No tiene sentido que cierres Alfafar y luego los municipios de al lado empiecen a desarrollar incidencias más altas. La situación ha llegado a tal punto que solo las medidas globales pueden tener algún efecto". De este modo, se suma a la corriente de opinión que considera que las restricciones generales tendrán mayor impacto que los cierres puntuales.

Juan Ramón Adsuara, alcalde de Alfafar. Foto: EVA MÁÑEZ

"Era inviable cerrar el pueblo con los medios que había"

En el caso de los dos municipios confinados de la Ribera, Sollana y Guadassuar, la falta de recursos materiales y personales ha limitado el efecto del cierre perimetral. Se trata de localidades que tienen entre 5.000 y 6.000 habitantes y, según los respectivos alcaldes, los efectivos policiales no eran suficientes como para controlar los numerosos accesos a los núcleos urbanos. "Sanitat nos impuso un cierre perimetral, pero tenemos cinco o seis entradas principales, además de las secundarias, y solo contamos con dos patrullas de Policía Local por turno", critica el alcalde de Sollana, Vicente Codoñer. Pese a contar con el apoyo de la Guardia Civil, el primer edil popular asegura que "era inviable cerrar el pueblo con los medios que tenemos, era materialmente imposible".

Aun así, las dos semanas de cierre perimetral han conseguido reducir las cifras en Sollana. Cuando el Consell limitó las entradas y salidas al municipio salvo por causa justificada, la localidad tenía con una incidencia acumulada de 1.549 casos por cada 100.000 habitantes. Ahora, la tasa ha bajado hasta los 909 contagios. "El confinamiento perimetral en Sollana ha ido bien, pero gracias a los vecinos que han sido muy responsables y durante estas dos semanas han reducido los contactos sociales y se han limitado a salir únicamente por cuestiones necesarias", defiende Codoñer.

En Guadassuar, lamentablemente, la situación epidemiológica no ha mejorado tras los 14 días de cierre perimetral. El municipio fue confiando con una incidencia acumulada de, aproximadamente, 1.300 positivos por cada 100.000 habitantes y, según las últimas cifras que ha trasladado el ayuntamiento, la tasa ha escalado hasta los 2.895 casos. Ante este escenario, el alcalde de la localidad, Salvador Montañana, es claro: "No ha funcionado". El primer edil de Compromís achaca el fracaso de la medida a que cuando les confinaron perimetralmente, la expansión del virus en la localidad ya era elevada. "Las fiestas navideñas ya habían pasado sin confinamiento, y cuando nos cerraron perimetralmente los contagios continuaron creciendo porque se habían producido durante la celebración de Fin de Año y del Día de Reyes", explica el alcalde.

Roger Cerdà, alcalde de Xàtiva. Foto: EVA MÁÑEZ

En cambio, para el primer edil de Xàtiva, Roger Cerdà, el cierre perimetral no ha ido tan mal como expresó la consellera de Sanitat el pasado martes: "El balance que hacemos no es negativo". Esta apreciación del alcalde de la capital de la Costera se debe a que el aumento de casos en la ciudad no ha sido tan acusado como en otras localidades cercanas. "Hemos conseguido que no se acelerara el crecimiento de los contagios en nuestra ciudad de la manera que lo ha hecho en otros municipios del alrededor", relata el dirigente socialista.

Hay que recordar que cuando se decretó el confinamiento perimetral en Xàtiva, la incidencia acumulada rondaba los 950 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que ahora, tras dos semanas con restricciones de movilidad la tasa es ligeramente superior, "alrededor de los 1.000 puntos", concreta el alcalde. Por ello, ante la posibilidad de una prórroga del cierre perimetral, el primer edil socialista considera que hubiese sido "injusto" que la ciudad continuara cerrada con una incidencia menor que otros municipios del entorno que no estaban confinados y que "duplican o triplican la incidencia acumulada de Xàtiva".

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