VALÈNCIA. La falta de regulación del sharing en la ciudad de València continúa levantando expectación entre el sector, especialmente en el campo del carsharing, el servicio de alquiler de coches compartidos. De hecho, el Ayuntamiento ya está estudiando poner en marcha un proyecto piloto de este estilo, si bien permanece en el aire debido al parón por las elecciones y la formación de gobierno.
Mientras, otras empresas se interesan en la ciudad para empezar a operar. Es el caso de Car2go, filial de la multinacional Daimler. Ya funciona en numerosas ciudades de Europa, como Berlín, Munich, Viena, París, Roma, Milán o Amsterdam; y de América del Norte -Montreal, Vancouver, Chicago, Nueva York o Washington-.
Así lo explica David Bartolomé, el Director de Desarrollo de Negocio de Share Now, la denominación actual de Car2go, quien asegura estar a la espera de que el consistorio valenciano apruebe la regulación para aterrizar en la capital del Túria. "Hay que estudiarlo y hablarlo con la ciudad para que ésta entienda el sistema y le pueda dar cabida", asegura.
La intención es ponerse en contacto con la delegación de Movilidad del Ayuntamiento, si bien ya han existido contactos informales en eventos sobre este campo. Sin embargo, el parón por las elecciones municipales había dejado en standby la regulación, y ahora se pretende intensificar las conversaciones de cara a abordar la nueva normativa, que todavía está en ciernes.
La concejalía de Hacienda ya había preparado las tasas a cobrar a las empresas operadoras, que en el caso de los vehículos ascenderían a 715 euros anuales por unidad si se les eximiera del pago de la zona azul, y a 1.028 euros anuales si no fuera así. Tasas que el sector ya ha criticado y que, por el momento, el edil de Movilidad, Giuseppe Grezzi ha decidido mantener en revisión. Pero además de las tasas, también se debe diseñar una normativa especial para esta nueva forma de movilidad, cuyo estado se desconoce.
Ahora bien, en Madrid, donde ya está operando Car2go, el consistorio no ha fijado ningún impuesto para los vehículos eléctricos. "Es impensable pagar una tasa con vehículos eléctricos; sí se hace con los de combustión interna en otras ciudades", dice. "La regulación de Madrid es un éxito a nivel mundial, lo dice todo el mundo", asegura, "porque deja a las empresas fijar el número de vehículos sin ningún tipo de restricción". Y el resultado, insiste, es "muy positivo".
El modelo de Car2go es similar al de servicios de sharing de otro tipo de vehículos, como los patinetes eléctricos. Los coches se localizan a través de la aplicación y los precios se marcan por minuto. En ciudades como Madrid éste varía dependiendo de la demanda existente, como ya ocurre en otros modelos como Cabify.
En la capital empezaron con una flota de 350 coches, que ampliaron hasta los 500 a los pocos meses. Tres años después la incrementaron hasta los 800 vehículos ampliando áreas para prestar el servicio y llegando a tocar el área metropolitana. "Tener un servicio de carsharing con un número de coches pequeño no se puede", apunta, y asegura que la flota se define en base a estudios técnicos. "La intención es sustituir al coche privado en la ciudad y para eso tenemos que prestar un buen servicio".