MURCIA (EFE). El acuerdo entre PSOE y ERC para la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno tiene entre sus puntos destacados la condonación parcial -en 15.000 millones- de la deuda de Cataluña con el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), una medida que ya ha levantado ampollas en algunas comunidades y partidos políticos.
Estas son algunas de las claves de la medida pactada entre ambas partes:
El FLA o Fondo de Liquidez Autonómico es un mecanismo de provisión de liquidez que el Estado puso en marcha en 2012, en plena crisis de deuda soberana.
Por aquel entonces el grueso de las comunidades vieron cerrado su acceso a los mercados de deuda y el entonces conseller de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell, reclamó al Estado la creación de los llamados hispabonos, es decir, que el Estado avalara deuda de las autonomías.
Finalmente, el Estado acabó aceptando la creación de un fondo por el cual se prestaban recursos a bajo interés a las comunidades interesadas en adherirse a este mecanismo y estas se comprometían a devolver ese préstamo en un plazo de diez años con los dos primeros de carencia.
Según los últimos datos del Banco de España, los correspondientes al mes de junio, Cataluña debe un total de 73.110 millones al Fondo de Financiación a las Comunidades Autónomas.
Ese fondo aglutina el dinero solicitado por la Generalitat a los diferentes mecanismos de provisión de liquidez puestos en marcha por el Estado, entre ellos el FLA.
Durante todos estos años Cataluña ha estado acogida a este mecanismo de provisión de liquidez a excepción de dos años, en 2019 y en 2020, cuando pudo adherirse al llamado Fondo de Facilidad Financiera (FFF), que implica controles más laxos que el FLA.
Con el recorte de esos 15.000 millones pactados ayer, el equivalente al 20% de la deuda de Cataluña con el FLA, la deuda de Cataluña con el Estado se rebaja a 58.110 millones, y esta comunidad se ahorra unos 1.300 millones en intereses asociados a esos 15.000 millones.
La deuda total de Cataluña, también según datos del Banco de España, alcanza los 86.800 millones, por lo que actualmente un 84,2% de la deuda catalana está en manos del Estado, un porcentaje que ha ido creciendo año tras año.
Al restarle esos 15.000 millones de pasivo del FLA, la deuda total de Cataluña también se recorta, en este caso hasta los 71.800 millones, con lo que el Estado seguiría siendo de largo el principal acreedor de la Generalitat, pero rebajaría su peso hasta el 80,9 % aproximadamente.
Según la Generalitat, la deuda contraída con el FLA es fruto simplemente de la infrafinanciación crónica de la administración autonómica.
Según las últimas estimaciones del Govern, que corresponden al ejercicio de 2021, Cataluña sufre un déficit fiscal con el Estado de unos 22.000 millones, equivalente al 9,6% del PIB catalán.
En cambio, otras comunidades autónomas y partidos como el PP achacan esa deuda a la mala gestión por parte de la Generalitat, que ha sido la comunidad que más recursos ha solicitado al FLA en todos estos años, seguida de la Comunidad Valenciana.
La deuda sigue creciendo año tras año, como un efecto de bola de nieve, porque Cataluña, como otras comunidades, recurre al FLA para cubrir vencimientos de deuda, para financiar el déficit autorizado por el Estado para cada ejercicio y porque además cada año tiene que hacer frente a las amortizaciones de deuda del FLA de ejercicios precedentes.
Para hacerse un idea del peso que tiene el FLA sobre la deuda total de la Generalitat, en febrero el Govern aprobó la solicitud formal de adhesión al Fondo de Liquidez Autonómico para 2023, al que pidió prestados un total de 11.822 millones de euros, frente a los 12.447 millones reclamados en 2022.
Del total de la cantidad solicitada para 2023, un total de 9.726 millones corresponden al retorno de deuda asociada a los diferentes mecanismos de liquidez, entre ellos el propio FLA; es decir, que el 82,27 % del total de recursos solicitados para este año se usarán para 'repagar' esos créditos de años anteriores otorgados por el propio FLA.
La Generalitat considera que el pacto alcanzado ayer supone una corrección del déficit fiscal y el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños, apuntó ayer que el acuerdo facilitaba el regreso de Cataluña a los mercados financieros.
Pero todavía es pronto para decir cuándo volverá a emitir deuda el Govern, porque aunque se ha rebajado en 15.000 millones su pasivo, todavía tiene mucha dependencia del FLA y es probable además que la financiación que obtuviera al colocar deuda se acabara obteniendo a un interés mayor que la recibida mediante el FLA.
En los últimos años, la Generalitat ha logrado que la mayoría de las agencias de rating situaran su deuda en el grado de inversión y que dejara por tanto de ser bono basura, por lo que la colocación de deuda -en los últimos años ha sopesado colocar un bono verde- es más una cuestión simbólica para la Generalitat que de ahorro financiero.