VALÈNCIA. Fue en 2005 cuando empezó todo. La familia propietaria del Palacio dels Eixarchs inició los trámites administrativos para ubicar en pleno centro de València, al lado de la iglesia de los Santos Juanes y el Mercado Central, un hotel de lujo. Tres lustros después el aspecto de los palacios y el entorno es el mismo pero más degradado. Los permisos municipales no llegan y no se ha podido iniciar lo primero y más urgente: el aparcamiento subterráneo al que obliga la normativa y del que depende la urbanización posterior de las calles. De ahí que los promotores, pese a entender que es un proyecto "complejo", hayan dicho basta. Calculan las demoras injustificadas en ocho años y reclaman al consistorio agilizar urgentemente los trámites que quedan.
Para el diseño del hotel se cuenta con los palacios dels Eixarchs y dos edificios de nueva construcción. Según explica la propiedad, en el planeamiento urbanístico de esta zona, recogido en el programa de actuación aislada (PAI), se incluyó "a iniciativa del Ayuntamiento" la creación de un aparcamiento en dos plantas sótano, así como la creación de unos pequeños espacios libres -plazoletas- para esponjar la zona "con la consiguiente pérdida de edificabilidad de los propietarios".
La empresa promotora de este pequeño desarrollo es Lova Tres, que al ser la propietaria mayoritaria de los terrenos, adquirió por parte del Ayuntamiento la condición de agente urbanizador. En 2013 se suscribió un convenio en el que ambas partes se obligan a la urbanización del sector y a la construcción del aparcamiento, un documento que, recuerda la propiedad, no tuvo ninguna alegación en contra.
De esta manera, además de las actuaciones en las parcelas privadas, los propietarios tienen la obligación de urbanizar las calles adyacentes. En este sentido, explica el abogado de la familia propietaria, no sólo se construye un hotel sino que "se pretende acabar con el deterioro del entorno de los palacios, que se encontraba muy degradado como consecuencia del abandono de los solares colindantes". No fue hasta 2016 cuando el Ayuntamiento dio luz verde al proyecto de reparcelación presentado en 2014 por la firma donde se recogen todas las modificaciones urbanísticas precisas.
Todo esto ya supuso un considerable retraso, según los promotores, que podría cifrarse en seis años más de lo debido, "con el agravante de que en los años en que se gestionó la reparcelación, apenas se tramitaron otras debido a los efectos de la crisis", insisten en recordar. Pero esto era sólo la primera parte del proyecto, ahora se debían ejecutar las obras. Así, en 2017, tras haber consumado los cambios urbanísticos, la empresa pidió la concesión para el subsuelo público y la licencia de construcción tanto del aparcamiento como de los dos nuevos edificios.
"El Ayuntamiento solicitó que el proyecto se desgranara en cuatro fases", aseguran los promotores, y así se hizo: por un lado la rehabilitación de los palacios, y luego las dos nuevas edificaciones y el aparcamiento. En 2019 se consiguió el permiso de derribo de uno de los edificios que existía en las parcelas donde se va a edificar, pero la autorización para emprender las actuaciones primordiales, las del aparcamiento, previas a la urbanización del entorno, no llegan. En este sentido, según relata la propiedad, el año pasado se mantuvo una reunión con la concejalía de Actividades para acelerar la tramitación, pero se les trasladaron algunas pegas en cuanto al aparcamiento al buscar el Ayuntamiento restringir el acceso de vehículos al casco histórico.
"El aparcamiento no es algo que hagamos porque queremos, es algo a lo que nos obliga la normativa y que además el Ayuntamiento nos obligó a recoger en el proyecto en su momento", relata el abogado. Asimismo, también se buscaba desde el consistorio que una parte de los nuevos edificios se dedicara a viviendas con el propósito de recuperar tejido residencial en el barrio. Colectivos vecinales como Amics del Carme habían vertido críticas sobre el proyecto precisamente buscando el freno a la "turistificación" del centro.
Así pues, con todo, en la obtención de licencia los propietarios calculan otro retraso de dos años. "La solicitud se registró en junio de 2017 y como pronto, tal como está el procedimiento en la actualidad, nunca sería antes de verano", explican. De esta manera, "si contamos con que de media, estos procesos se prolongan un año y medio o como mucho dos, en verano acumularemos dos años más de retraso", concluye la propiedad.
En este sentido, se admite que en el último año se han ido superando diferentes trámites para la obtención de la correspondiente licencia. Recientemente tuvo lugar un nuevo encuentro entre la propiedad y la concejalía para informar sobre los últimos pasos a dar para conseguir el permiso, previo informe de la Comisión de Patrimonio, pero según explica el letrado, el departamento municipal no ha cumplido con el plazo al que se comprometió, lo que ha acabado por soliviantar los ánimos de la familia impulsora de la iniciativa, desde donde se sostiene la insistencia en sacar adelante el proyecto en el apego emocional.
En la concejalía de Actividades recuerdan que la tramitación de este proyecto viene de lejos: "La rehabilitación de los palacios de Eixarchs se ha desbloqueado con el gobierno municipal actual tras más de 25 años; se hizo el pasado mes de julio con la exposición pública del proyecto". Así, explican que "el expediente está tramitándose y continua hacia delante, cosa que no había pasado nunca antes en la ciudad". "Evidentemente el Ayuntamiento de València tiene que cerciorarse del respeto a toda una serie de elementos como la historia del edificio y del entorno ya que somos una administración que cuida de su patrimonio y prioriza hacer las cosas bien a correr mucho, pero eso no es óbice para que el expediente esté avanzando, como así es", subraya el consistorio.
En total, los tres edificios -los dos nuevos y los palacios- ocuparán 7.956 metros cuadrados, y las dos plantas de aparcamiento, 3.886 metros cuadrados. El hotel proyectado, con un total de 80 habitaciones, tendrá la categoría de 5 estrellas, contando con suites y habitaciones adaptadas para personas de movilidad reducida. En el caso de los palacios, los clientes podrán dormir en estancias de alto valor patrimonial, siendo este uno de los atractivos más importantes de este proyecto.
El edificio de nueva planta planteado en Eixarchs-Botellas-Valeriola ofrece las mismas características que las nuevas habitaciones de los palacios. Las 25 habitaciones del hotel-apartamento están concebidas como las de hotel pero con cocina y salón-comedor. Por su parte, el aparcamiento consta de 78 plazas de coche, 9 de motos e incorporará puntos de recarga de vehículos eléctricos. Además, dispondrá de espacios reservados a bicicletas que se adaptan a las nuevas exigencias de movilidad en el centro de la ciudad.