MADRID. La tendencia alcista que comenzó el oro en agosto de 2018 aún perdura a día de hoy. Los últimos acontecimientos y la incertidumbre global están impulsando la materia prima hacia los 1.600 dólares por onza, y vistas las condiciones podría dirigirse hacia los máximos de 2012.
El gran problema del coronavirus está dejando rota a China y a las grandes empresas con fabricación o consumo en el gran país asiático. Casos como Apple, Starbucks, Ikea o Louis Vuitton están cerrando tiendas y oficinas debido a la enfermedad. Además, miles de cancelaciones en vuelos a China están debilitando a compañías como American Airlines o United Airlines. En cuanto a China se refiere, se espera con impaciencia el próximo dato del PIB que se podría contraer entre 1% y 2%.
La zona de los 1.570-1.600 dólares por onza está actuando como resistencia, ya que fue un importante soporte para el precio en gran parte de 2012. La materia prima viene con fuerza para poder romper esta resistencia y el precio psicológico de los 1.600 dólares/onza. En ese caso, podríamos ver un gran impulso alcista hasta un primer objetivo en los 1.700 y un segundo objetivo hacia los 1.800 (una subida del 12%) como zona de máximos en los últimos 8 años.
El índice más importante por excelencia es el Dow Jones, el cual se encuentra en una caída que podría intensificarse este mes de febrero. El índice se encontraba en resistencias de su canal alcista, zona de los 29.300 puntos, para posteriormente empezar las caídas que podrían llegar hasta el soporte de los 27.100 puntos, una pérdida del 7%.
Las bajadas del índice americano conllevarían a caídas globales que ayudarían al oro a superar la zona de los 1.600 como valor refugio e ir a por los objetivos comentados.
Lea el artículo de Adrià Rivero en Investing.com.