CASTELLÓ. El Instituto Cervantes de París acoge a más de cien mil estudiantes al año. Es, en efecto, la mayor institución mundial dedicada a la enseñanza del español. Y por si esto no bastara, se ubica en pleno corazón de la capital francesa, en la avenue Marceau nº11, quedando en medio de monumentos tan representativos como son la Torre Eiffel y el Arco del Triunfo. Su único problema era, hasta ahora, que el espacio en el que se ubicaba, un palacio del siglo XIX proyecto del arquitecto Paul Dechard, estaba completamente desactualizado. Algo que no podía seguir arrastrando un centro que busca divulgar, en todos los sentidos, la cultura española. Fue ante esta necesidad que el estudio Sanahuja& Partners, con base en Castellón y València, terminó dándole una nueva vida al centro, especialmente a su biblioteca. El verano pasado, tras más de una década desde que empezara a gestarse su rehabilitación, el Instituto Cervantes lució por fin renovado.
Pero, ¿cómo termina un estudio valenciano embarcándose en un proyecto de tal magnitud? Fue en 2009 cuando el castellonense Jaime Sanahuja recibió una invitación para presentarse al concurso de rehabilitación de la biblioteca Octavio Paz del Instituto Cervantes de París. Su trayectoria lo amparaba y tras una segunda fase en la que tuvo que mostrar su anteproyecto, compitiendo con otros estudios españoles y franceses, obtuvo el primer premio para el desarrollo de esta actuación que ha contado con la colaboración de MCBAD Architectes, un estudio de París.
No obstante, a partir de este momento, el Instituto Cervantes de París encadenó una serie de infortunios que le impidieron poner en marcha el proyecto. Aunque estaba todo listo para que la reforma empezara en el año 2011, el recorte de inversiones a causa de la crisis económica llevaron al Ministerio de Cultura a paralizar las obras y no fue hasta 2019 que se retomaron, con la mala fortuna que toparon con la pandemia. Todavía hoy queda por incorporar nuevo mobiliario, aunque el grueso de la intervención ya ha sido concluida.
Intervenir un edificio protegido
Reconoce Jaime Sanahuja a este diario que el mayor reto fue "encontrar una solución de funcionamiento" para un edificio que cuenta con protección patrimonial, especialmente, en las partes de mayor interés arquitectónico y ornamental como la escalera principal, el gran salón de los espejos, las salas de lectura o el pasaje de acceso. Aunque la estancia principal que tenían que intervenir era la biblioteca, el proyecto terminó comprendiendo todo el edificio.
"El Instituto Cervantes de París desarrolla numerosas actividades para divulgar la cultura española. Proyecta películas, documentales, acoge exposiciones y presentaciones que están respaldadas por escritores, filósofos y otras personalidades de gran nivel. Es como una embajada cultural. Sin embargo, no había habido ninguna intervención hasta entonces, solo la cubierta unos años antes de 2009", explica el arquitecto.
Por parte del estudio Sanahuja & Partners, estuvieron involucrados en la rehabilitación Jaime y Emilio Cubillos, mientras que desde MCBAD Architectes, fueron Adrián Dumont y María Colomer. Juntos hicieron de la biblioteca un espacio multifuncional, flexible y cambiante. "Actualizamos tanto el almacén como las estanterías y la propia sala de lectura y de estudio".
Con todo, se reformó el ascensor, los baños y la sala de docencia. "También tuvimos que habilitar unas nuevas escaleras de emergencia para tener una segunda salida", señala Sanahuja, quien cree que el punto fuerte de su propuesta fue esta: "Creamos un nuevo acceso que te lleva hasta el patio del Instituto. Los patios suelen ser elementos secundarios, pero nosotros quisimos darle su primacía, que fuera un lugar de encuentro. Tiene el patio un carácter muy mediterráneo. Esto agradó mucho. Así como que el ascensor se integrara en el edificio de manera muy discreta".
De esta forma, se consiguió un mayor aprovechamiento de los espacios y recursos. No solo se reformó la biblioteca, sino que se mejoraron las circulaciones, los accesos y los sistemas de instalaciones que lo complementan.
Lo bueno de trabajar en París
Ha merecido la pena, sin duda, la espera y para Sanahuja & Partners ha sido una experiencia verdaderamente provechosa. "Nos ha servido para conocer cómo trabaja la administración en Francia, que dista mucho a la de aquí", señala el director del estudio, que añade: "Es más fácil conseguir una licencia de obra en París para un edificio catalogado y protegido, que en España para cualquier tipo de intervención. La administración francesa es muy eficaz".
No ha sido, en cualquier caso, el Instituto Cervantes el encargo de mayor presupuesto al que nunca antes se han enfrentado -el del Palacio de Congresos de Castelló lo superaría en inversión y magnitud-, pero sí ha situado a los arquitectos valencianos en la esfera francesa.