VALÈNCIA. Cuenta atrás para que expire el plazo que dio Ford Europa a Almussafes y la planta alemana de Saarlouis para que le presenten un plan de ajuste que decante su decisión sobre a qué fábrica adjudicar sus nuevos modelos eléctricos. Quedan solo 19 días para que concluya el plazo y las negociaciones en la factoría valenciana siguen bloqueadas. El nerviosismo y la incertidumbre en la plantilla es palpable y más si se tiene en cuenta que lo que está en juego es el futuro de la fábrica. Ford lo tiene claro: no hay carga de trabajo suficiente para ambas plantas y solo una se hará con la nueva gama de eléctricos. De ahí que las reuniones entre sindicatos y dirección valenciana se estén sucediendo a contrarreloj con el fin de alcanzar un acuerdo.
El último encuentro se celebró este martes, pero sin avances. El calendario corre y la necesidad de cerrar un pacto apremia si Almussafes no quiere quedarse atrás. Los planes de Ford pasan por producir y vender en Europa exclusivamente vehículos eléctricos a partir de 2030 y la compañía debe decidir dónde se fabricarán los nuevos modelos. En esa competición, Almussafes y la planta Alemana juegan con ventaja y aspiran a hacerse con esos encargos, pero solo lo hará la que presente una propuesta más competitiva de ajustes que satisfaga los intereses de Ford. Y la competencia es dura.
Con este escenario, la multinacional sigue apretando a la plantilla con la exigencia de rebajas salariales y aumento de la jornada laboral para que Almussafes se mantenga 'viva' en esta carrera interna. Los sindicatos se muestran dispuestos a negociar ciertas condiciones de flexibilidad siempre supeditado a la llegada de nuevos coches, pero rechazan revisar los sueldos. Y la compañía mantiene la presión avivando la competencia con advertencias a la plantilla de que otras plantas europeas ya se están 'apretando el cinturón'.
"Los días de vacaciones y las horas trabajadas por año, así como la evolución de los salarios con el aumento del IPC en 2021 cercano al 7% impactan significativamente en nuestra competitividad. Es el momento de apelar a la responsabilidad de todos y cada uno de nosotros para alcanzar acuerdos que nos aseguren oportunidades de futuro. Nuestra competencia ya lo está haciendo", aseguraba Ford en un comunicado remitido a la plantilla horas antes de que se iniciara la reunión. Una comunicación que sentó como un jarro de agua fría entre la plantilla y generó revuelo porque era la primera vez que la empresa expresaba con esa firmeza lo que está en juego.
En el escrito, Ford recalca que se deben "revisar los parámetros de competitividad" en la factoría para poder optar a nuevos modelos y desbloquear la situación. "Hay que aportar ideas que nos posicionen como una opción sólida de futuro. Estas ideas deben centrarse en los tres pilares que entendemos críticos para la competitividad de la factoría: reducción de los costes salariales, extensión de la jornada de trabajo y aumento del número de días de trabajo por año", insistían desde la multinacional del óvalo.
Conscientes de la delicada situación y del negro futuro que tendrá la factoría valenciana si no llega más trabajo, los sindicatos se mostraban dispuestos a negociar cierta flexibilidad laboral. Eso sí, su línea roja es clara: no habrá rebajas salariales ni una renuncia a la subida del IPC que contempla el actual convenio. "La situación es más que delicada ya que los modelos a adjudicar no garantizarán carga de trabajo suficiente para las dos fábricas que optamos a poder producir dichos vehículos", admiten desde UGT, sindicato mayoritario en la planta.
No obstante, recalcan que la solución "no puede pasar por rebajas salariales o no cumplir con lo pactado en materia de IPC". En cambio, sí están dispuestos a negociar cuestiones de flexibilidad como cambios en la jornada laboral o en las horas de trabajo que "puedan valer para resolver este problema", señalan. Pero todo ello estará supeditado a que llegue esa nueva carga de trabajo. No concretan medidas pero aseguran que si se les asignan esos nuevos modelos "no se quedará ningún coche sin producir". En cualquier caso, UGT abrirá una consulta interna para conocer la opinión de los empleados en este sentido.
"Sabemos que nos enfrentamos a una situación a la que a ningún sindicato le gustaría enfrentarse, pues hablamos de la supervivencia de una fábrica. Pero ese es el escenario que debemos afrontar y las posibles soluciones para no sucumbir no serán fáciles", reconocen desde UGT. Y es que el sindicato sabe que se deben presentar unas condiciones "suficientemente garantistas" para para asegurar la viabilidad de la fábrica.
Una premisa que también abandera la multinacional para insistir en la negociación. "Si nosotros no somos capaces de llegar a concesiones en estas áreas será difícil que podamos someter a la dirección un acuerdo ganador que permita a la compañía nominar a València como destino final de fabricación de su nueva gama", señala Ford España.
Una vez tenga esas propuesta, Ford tomará la decisión, previsiblemente en junio. Una decisión que se esperará con mucha expectación porque la planta alemana depende únicamente del modelo Focus, que expira en 2025, mientras que Almussafes tiene cuatro de sus cinco modelos en su ciclo final de vida, por lo que ambas necesitan nueva carga de trabajo.
La próxima reunión en la planta valenciana será el viernes, ya que los sindicatos han pedido a la dirección un receso de 48 horas para consultar con la plantilla los pasos a dar y si ven con buenos ojos su planteamiento de no negociar una rebaja de los sueldos, pero sí otros cambios en las condiciones laborales.
Por otro lado, la factoría valenciana se encuentra en este momento en un nuevo Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) de 15 días durante el primer trimestre del año, que afectará a más de 4.700 empleados de las plantas de vehículos. Un ajuste que no afectará a los cerca de 1.000 trabajadores de motores.
Este lunes UGT y dirección de Ford sellaron el acuerdo del nuevo expediente, que permitirá a los afectados mantener las mismas condiciones laborales que en otros expedientes: el 80% de salario real diario y el 100% de las pagas extraordinarias, de la gratificación especial, de las vacaciones y del complemento de antigüedad.
El ERTE parará la producción de vehículos durante quince días laborables en el primer trimestre, una semana al mes, una medida que se adopta como consecuencia de la inestabilidad producida por la falta de semiconductores y componentes de automoción y que viene afectando a la planta desde hace casi dos años.