VALÈNCIA. Cielo encapotado. Día oscuro, lluvioso, casi como un preludio de la jornada laboral que espera a miles de trabajadores que este martes retoman el trabajo tras dos semanas de parón. Una vuelta muy esperada por los empresarios, pero, a la vez, incierta por ver cómo responde el mercado. Hay mucha incertidumbre. El silencio en los polígonos industriales se rompe, el rugir de los motores regresa a las carreteras y los paraguas se abren paso en medio de la soledad de las calles. La industria valenciana vuelve a arrancar la maquinaria, aunque no todos han podido reanudar la actividad. Muchas persianas siguen bajadas porque varios sectores siguen parados.
De acuerdo con los datos de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV) las ramas primarias, agroalimentarias, químicas, fritas y esmaltes funcionaron casi al 100% y a pleno rendimiento. En cambio, en el sector de la construcción y el juguete el grado de reinicio fue de entre el 50 y el 75%. En el textil, la actividad se retomó en menos de un 50% y en el metal, en un 52%. Más bajo fue la actividad en sectores como el azulejo y madera-mueble que rozó el 25% de la actividad ordinaria.
Otros sectores se mantienen en estado aún de hibernación, como el automóvil y toda su industria auxiliar. La planta de Ford Almussafes mantiene suspendida la actividad productiva hasta el próximo 27 de abril. Una decisión del gigante del óvalo que tiene una importante incidencia en el ecosistema existente alrededor de la matriz y que obliga a muchas compañías a permanecer cerradas.
Un balance que, sin embargo, dibujaba este martes una radiografía distinta. Y es que el tráfico en las salidas de València reflejaba una fotografía diferente a la de las últimas semanas, aunque sin la congestión de un día laborable antes de la crisis sanitaria. Un primer día de vuelta al trabajo a medio gas y con algunos problemas de material de protección para los trabajadores en algunas empresas.
Para garantizar la protección de los trabajadores, desde primera hora efectivos de la Guardia Civil, la Policía Nacional, Protección Civil y las diferentes policías locales repartían de forma masiva 1.118.000 mascarillas en 467 nodos de transporte en las tres provincias. Una protección que, sin embargo, no llegaba a todos. Desde CCOO-PV se advertía de que la falta de materiales en muchas empresas "no era anecdótica", sino una realidad palpable. Explicaban que en algunos sectores "no se dispone de los correspondientes equipos de protección individual o no se han establecido medidas de contención o de carácter organizativo". También desde la patronal del metal Femeval constataban las carencias de Equipos de Protección Individual (EPI) de muchas empresas. Otras, en cambio, en las últimas semanas habían hecho acopio de material con recursos propios.
Una queja que también se hacía desde los polígonos industriales, polos de actividad empresarial a los que no llegaba ese material. En este sentido, la Asociación de Empresarios de Fuente del Jarro (Asivalco) incidía en que la protección para todos los trabajadores no se estaba garantizando "si el reparto se hace sólo en paradas de transporte público". Para la asociación empresarial el reparto de mascarillas a primera hora de este martes en estaciones de tren, metro o autobús, "no tiene la necesaria incidencia para los trabajadores de las áreas industriales".
"Los polígonos no disponen de un óptimo servicio de transporte público, por lo que no hay garantías de que las mascarillas lleguen a los trabajadores", asegura el gerente de la asociación, Joaquín Ballester, quien ponía como ejemplo Fuente del Jarro en Paterna. "Pese a ser de los pocos polígonos que tiene estación de metro, el uso del vehículo privado supera el 95% en circunstancias normales, porcentaje que ahora mismo se ha incrementado", subraya. Y señala que en otras autonomías como la Región de Murcia, Asturias, Galicia, Extremadura, Aragón o Castilla y León se ha repartido mascarillas a la entrada de polígonos. Una petición que ya han elevado a la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana.
La necesidad de ese material ha sido una petición que varias empresas instaladas en el polígono les han hecho llegar. "Han contactado con nosotros para interesarse por cómo obtener elementos de protección para sus empleados", indica Ballester. Un polígono que amanecía este martes con actividad muy dispar, dada la variedad de sectores de las empresas que lo componen. "Tenemos desde empresas de alimentación que no habían parado, incluso han contratado más plantilla por el tirón inicial de la demanda hasta empresas que no han abierto y tardarán en hacerlo porque son más comerciales", explica.
Paulatino y muy estructurado. Así ha sido el retorno al trabajo en Pinturas Isaval. La compañía ha reforzado aún más las medidas de seguridad en todos sus centros. Sin embargo, en algunos de sus departamentos ha mantenido el teletrabajo. "El inicio en fábrica ha sido paulatino, muy estructurado pensando en la salud, seguridad y bienestar de las personas. Las plantillas se han ajustado de la forma más justa y eficiente posible con vacaciones y bolsa de horas teniendo en cuenta la menguante actividad", aseguran a Valencia Plaza.
Todas las tareas y procesos han sido planificados para que la distancia interpersonal sea de al menos dos metros. Para minimizar riesgos y como acciones complementarias, se ha eliminado el servicio de comedor, el acceso a vestuarios ha sido restringido y las zonas comunes y de descanso han sido cerradas. "Nos encontramos en una situación excepcional, caracterizada por la escasez de equipos de protección y la dificultad de adquirirlos, pero en nuestro caso, disponemos para uso interno tanto de mascarillas higiénicas como guantes, que están siendo distribuidos para la protección de todos los empleados y que también se han hecho llegar a todas las delegaciones y centros de trabajo", subrayan.
En esta primera jornada, la actividad se ha centrado en atender pedidos pendientes. Y es que la prohibición decretada por el Gobierno de reanudar las obras en edificios habitados afecta de lleno al negocio. "La distribución independiente también se ha visto afectada. Hay pedidos, pero escasos, la actividad es baja y a eso le sumamos que la exportación se ha frenado en seco ante la rápida expansión de la pandemia a otros países", sostienen. También existe mucha incertidumbre sobre el futuro. "El juego se está poniendo cada vez más difícil", afirma Francisco Vallejo, consejero delegado de Pinturas Isaval, quien, no obstante, es tajante: "Encontraremos el camino y si no, lo crearemos".
El día también ha sido de reorganización en Industrias Saludes, dedicada a la señalización, seguridad vial, movilidad y equipamientos urbanos. Ya desde este lunes, festivo en la Comunitat Valenciana, habían enviado desde diferentes canales -email, WhatsApp y portal del empleado-, indicaciones a sus trabajadores sobre protocolos de actuación y medidas de higiene. También se les indicó que debían acudir con la ropa de trabajo ya puesta para evitar el uso de vestuarios.
Sobre las 6.30 de la mañana, media hora antes del inicio del trabajo, cuando llegaban responsables de varias secciones para organizar la entrada de los operarios y dejar preparado el material de protección para cada uno de los trabajadores. "Los equipos de protección los tenemos garantizados porque los adquirimos hace unas semanas. También hemos incorporado en todas las secciones dispensadores de gel desinfectante y contamos con sprays para limpiar todo el mobiliario. Además, hemos reforzado la limpieza en las zonas comunes con una persona a full time", explica Pablo Villanueva, director general del grupo.
Este martes era el 50% de la plantilla, unos 50 trabajadores, los que acudían a trabajar a la f´brica con la idea de sondear la carga de trabajo e ir progresivamente sumando a más empleados en función de los pedidos. La idea es a partir del jueves estudiar la ampliación de plantilla, explica Villanueva. Y es que el día ha servido para retomar la carga de trabajo que había quedado pendiente con el parón de la actividad. "Hemos empezado con esos pedidos pendientes que nos llevarán entre dos y tres semanas. Ya nos ha entrado carga nueva pero tenemos que esperar para ver el volumen porque nosotros dependemos mucho de las administraciones", indica.
La empresa ha eliminado en su acceso el registro vía huella dactilar para evitar riesgos y, a partir de este miércoles, comenzará a medir la temperatura en la entrada a sus instalaciones. Si una persona supera dos veces los 37 grados de temperatura se le mandará a casa por precaución.
De cara al futuro, Villanueva asegura que es pronto para conocer cuál será la realidad. "Hemos tenido un parón y la situación de indefinición es muy elevada. Mi sensación es que tenemos que activarnos de manera rápida porque hay proyectos pendientes de enero hasta marzo, pero no sabemos qué va a ocurrir a partir de julio porque depende del presupuesto de las autonomías y el Gobierno y cómo vayan a reenfocar la parte presupuestaria acorde a esta situación", concluye.