VALÈNCIA. La crisis del coronavirus ha supuesto una llamada de atención para la economía española. Ahora más que nunca, son muchas las voces que piden una revisión del sistema productivo y, sobre todo, de sus costumbres. Comprar en la otra punta del mundo los productos que ya se fabrican a la vuelta de la esquina es cada vez menos factible, y a esta opinión se adhiere también Joaquín Ballester, gerente de la Asociación de Empresarios de Fuente del Jarro (Asivalco). "Hay quienes siempre hemos dicho que como no tengamos una agricultura y una industria muy potentes, en el momento de una crisis fuerte como esta podríamos vernos con problemas de abastecimiento", asevera.
A la inseguridad de los mercados internacionales ante procesos convulsos, hay que añadir también el impacto ambiental de los transportes innecesarios. Toda una serie de desventajas por las que Ballester insta a la recuperación del tejido industrial nacional: no solo es más eficiente sino que, además, genera riqueza y empleo para el país.
A la luz de todas estas ideas nace Casiopea, un proyecto piloto al que ya se han adherido ocho áreas industriales españolas, incluida Fuente del Jarro. Su objetivo es crear una red de contactos entre las empresas afincadas en ellas, de manera que puedan dar a conocer sus productos y proceder a los intercambios comerciales. Así, se incentivará la actividad nacional y además se ayudará a muchas firmas a salir de la crisis en la que el virus las ha sumido.
Pero para que el desarrollo sea posible, por supuesto, los polígonos necesitan buenas infraestructuras. Y esta es, precisamente, una de las luchas más antiguas que ha protagonizado Fuente del Jarro: la de los accesos. Desde hace décadas, los empresarios de la zona demandan mejores conexiones por carretera, unas reivindicaciones que prácticamente habían sido desoídas... Hasta hace una semana. Y es que, este mismo lunes, el Ministro de Transportes, José Luis Ábalos, anunció la ampliación de la carretera N-220. Una vía que principalmente ha sido pensada para aliviar el tráfico al aeropuerto pero que, al mismo tiempo, trae un importante guiño para el polígono: el ansiado acceso directo a la Fase 2.
"Estamos muy contentos, pero la verdadera fiesta será cuando veamos que empiezan las obras", alega Ballester, quien estima un periodo de entre cuatro y cinco años para poder disfrutar al completo de la plataforma. Mientras tanto, el otro gran frente abierto es el del segundo túnel entre las Fases 1 y 2, una ejecución que corresponde al Ayuntamiento de Paterna: "El acuerdo se firmó en 2002, así que han pasado unos cuantos años. Pero por fin parece que se ha dado el primer paso y se está trabajando en el diseño", explica el gerente del área. Así, Fuente del Jarro avanza hacia la consecución de sus objetivos más persistentes.