VALENCIA (VP). Pese a la política monetaria ultralaxa del Banco Central Europeo (BCE), que llevado a los tipos de interés al 0%, no son pocas las compañías que siguen teniendo dificultades a la hora de financiarse. Y eso que Mario Draghi, por activa y por pasiva, no se cansa de decir que hace todo lo posible porque el crédito llegue a la economía real, es decir, a empresas y ciudadanos.
De hecho, el último número de Cuadernos de Información Económica editado por Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorro, advertía que el acceso a la financiación continúa siendo "uno de los problemas más importantes" para los 3,2 millones de pymes españolas, pese a la política monetaria ultralaxa de la institución financiera. Sin embargo, hay empresas y empresas: las saneadas que no tienen problemas de devolver el dinero y las que más pronto que tarde acaban bajando la persiana con la consabida mora para la entidad financiera en cuestión.
Pues bien, desde hoy el panorama de financiación bancaria hacia las pymes debería cambiar con la entrada en vigor de la Circular 6/2016, del Banco de España. Los objetivos de la conocida como 'Circular Pyme' son mejorar el acceso a la financiación bancaria, definir el contenido y formato del documento Información Financiera-Pyme, así como desarrollar una metodología estandarizada para evaluar la calidad crediticia de las pymes y autónomos con la que obtener una calificación del riesgo. O lo que es lo mismo: que la banca certifique como si de un 'rating' se tratara la capacidad de sus clientes de las pymes para poder hacer frente a sus compromisos financieros.
Este importante documento especifica la metodología de calificación del riesgo contemplada en la Circular citada que viene a desarrollar la Ley 5/2015 de 27 de abril de fomento de la financiación empresarial. La calificación se establecerá teniendo en cuenta la situación financiera del acreditado mediante un análisis de ratios económicos y financieros que se realizará basándose en los estados financieros de la empresa o en la información contable de los trabajadores autónomos.
También se tendrán en cuenta una serie de variables cualitativas como pueden ser la antigüedad del negocio y -como cliente de la entidad crediticia- el sector en el que actúe, el historial del cliente con la entidad… Igualmente se valorará cómo ha sido la vinculación del cliente con la misma a lo largo del tiempo, lo que incluye un estudio de las posibles posiciones vencidas o impagos procedentes de registros como el RAI, ASNEF o inclusive posiciones en mora en CIRBE (Central de Información de Riesgos del Banco de España).
Con todos estos datos, la entidad financiera establecerá una calificación del riesgo del cliente que se categorizará en bajo, medio-bajo, medio alto, alto o sin disponibilidad. Lo que viene a ser una escala de medición de riesgos como las que utilizan las agencias de rating y a partir de ahí será la entidad en cuestión la que decida qué hacer.
Para Gonzalo J. Boronat, director general de GB Consultores, “el informe mejora la transparencia informativa, aunque solo pone por escrito las variables que tienen en cuenta las entidades a la hora de conceder riesgos, algo que si bien era conocido -o asumido- por todos, en estos momentos quedan patentes de un modo genérico para todos los gestores de riesgos”.
La entidad entregará el documento de información financiera bien cuando el cliente lo solicite o cuando el banco decida cancelar o reducir el flujo de financiación. En cualquier caso, la circular establece que la entidad deberá conservar durante seis años la documentación acreditativa de los datos utilizados para la elaboración del documento y los justificantes de que el acreditado ha recibido el citado documento.
También indica que las entidades tendrán que informar a las empresas y autónomos con tres meses de antelación si se va a reducir o cancelar las líneas de crédito que tengan operativas. El objetivo de esta medida no es otro que dar margen de tiempo suficiente a las pymes para que puedan conseguir otra fuente de financiación alternativa (algo complejo si el informe plantea una situación negativa). Además, la entrega de este documento no conllevará coste alguno para el cliente a no ser que sea el propio interesado quién solicite esta información. Quedaría pendiente establecer cuánto cobrará la entidad por la elaboración de este informe de solvencia.
Es en estos dos últimos dos puntos donde la circular crea controversia ya que si bien el objetivo es mejorar el acceso a la financiación bancaria se duda de que con un informe negativo las pymes o autónomos puedan localizar financiación alternativa. “En los últimos años muchas empresas han superado una situación de crisis y han realizado procesos de reestructuración, lo que provoca en muchas ocasiones unas cuentas de resultados negativas y un empeoramiento en sus ratios económicos y financieros", apunta Boronat.
Asimismo, y a su juicio, "probablemente este informe solo refleje su compleja situación actual pero no ponga de manifiesto su situación positiva en un futuro cercano. Echamos de menos una visión hacia delante de la situación de la empresa dado que el mismo tan solo plantea situaciones pasadas sin incorporar sus posibles posiciones de mejora”.
Ahora está por ver ahora que la financiación bancaria acabe llegando de verdad a las pymes, obviamente siempre y cuando certifiquen tener un buen 'rating' para no caer en impagos a la larga y, con ello, elevar el temido ratio de morosidad. Habrá que esperar a ver cómo funciona esta Circular Pyme que forma parte de la Ley de Fomento de Financiación Empresarial aprobada en abril del pasado año. Tiempo al tiempo.