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La familia del médico del SAMU fallecido se querella contra Barceló: "Fue abandonado a su suerte"

13/05/2020 - 

VALÈNCIA. La familia de Vicente José, el médico valenciano del SAMU fallecido por coronavirus, se ha querellado contra la consellera de Sanidad Universal, Ana Barceló, por su muerte ya que considera que "fue abandonado absolutamente a su suerte", no se le realizaron las pruebas de detección hasta que no ingresó en un hospital privado pese a presentar síntomas y no se le facilitó el material de protección adecuado mientras estuvo trabajando.

La viuda, presidenta de la Asociación Plataforma de Afectados por el Coronavirus Covid-19 en la Comunitat, ha presentado la querella ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) por dirigirse contra una persona aforada --Barceló-- y ser competente del caso este órgano. Solicita que se abra una investigación y se tome declaración a la consellera y a varios testigos.

Según recoge la querella, a la que ha tenido acceso Europa Press, la víctima, también oftalmólogo, trabajó desde el mes de febrero de este año, cuando se empezó a extender el coronavirus por la Comunitat, "sin ningún tipo de medidas de protección, sin información ni ningún tipo de formación".

En concreto, el facultativo hizo sus guardias de SAMU en febrero y marzo en las localidades valencianas de l'Alcudia y Llíria. Comenzó a tener síntomas de la enfermedad el 10 de marzo, con fiebre. Previamente, se le envió vía intranet una hoja informativa acerca de cómo ponerse y quitarse un traje EPI.

En relación con el resto de material para hacer frente a la Covid, por ejemplo las mascarillas, se recoge en el texto de denuncia que había alguna quirúrgica FFP3 para uso individual a compartir entre el personal, mientras que las FFP2 se reservaban para el enfermero y otra para el médico "solo para usar en caso extremo". En el hospital no había mascarillas para los pacientes, así que funcionaban con tan solo la quirúrgica, "que no protege".

Tampoco disponían en esos momentos de gafas: "Decían que las traerían. Las gafas estaban dentro del paquete del EPI y no las debías de coger si no gastabas el traje", recoge la querella.

De EPI, había solo tres y para utilizar en caso extremo --uno para médico, otro para el enfermero y otro para el técnico--, y si se gastaba había que justificarlo. "Esa situación se mantuvo hasta el día 10 de marzo", se expone.

Sin ventilación en el espacio

Además, las condiciones de ventilación de las bases en las que estuvo empleado la víctima, tanto de l'Alcudia como la de Llíria, "son precarias": "Habitáculos pequeños sin ventilación y lugares donde fácilmente se pueden contagiar, descansan al mismo tiempo un médico, un enfermero y un conductor-técnico transporte sanitario. De hecho, la base de l'Alcúdia tuvo que ser cerrada y desinfectada, puesta en cuarentena y finalmente trasladada a otro local que cumpliera mejores condiciones de salubridad para los trabajadores.

El médico que relevó el 10 de marzo a la víctima también dio positivo en coronavirus, así como otro enfermero del SAMU de Llíria. El 11 de marzo, la mujer y sus hijos, también médicos, llamaron al teléfono de Conselleria habilitado para estos casos y no lograron establecer contacto porque siempre comunicaba. Ante esta circunstancia, llamaron a una compañera del CICU y su respuesta fue que no cumplía los criterios de infección.

Al día siguiente, la víctima acudió al médico de cabecera, que sí consideró que cumplía con esos criterios, y le tramitó una solicitud a Salud Pública para que se le practicara el test de la Covid-19. "Con la excusa de que estaban muy saturados les dijeron que se fuera a casa y que personal de la Conselleria se desplazaría allí para hacerle el test, algo que no se realizó en ningún momento ni se les llamó por teléfono para hacer actuación alguna", se indica en la querella.

Con el empeoramiento de síntomas, acudieron a un hospital privado donde se le practicó el test, radiografía y analítica y dio positivo en coronavirus. Al día siguiente, la mujer llamó a su trabajo --también empleada del SAMU-- y Sanidad le dijo que se quedara en casa, que irían a realizarle la prueba a ella. "Y todavía siguen esperando", critican.

Ingresado y con paradas cardíacas

A los días, la víctima fue ingresado en el hospital con una afección pulmonar, disnea. El 24 de marzo el paciente empeoró y se le bajó a la UCI y se le intubó. En ese momento sufrió dos paradas cardiacas y quedó conectado a un respirador con constantes relativamente estables. A los días finalmente falleció. La causa principal de la muerte, según consta en el certificado de defunción, fue la neumonía por Covid-19.

En la querella se expone: "En ningún momento Vicente fue atendido por la Conselleria y sus servicios, no se le hizo test alguno, no fue informado sobre las medidas de protección a seguir, no se le facilitó equipo alguno de protección, fue abandonado absolutamente a su suerte e iniciativa de sus familiares. En el SAMU solo existía una mascarilla para su equipo".

Los letrados de la viuda contemplan que entre las competencias de Sanidad está la de "organizar y tutelar la salud individual y colectiva a través de las prestaciones, servicios y medidas preventivas necesarias", con lo que entienden que es "la última responsable" de lo acontecido en este caso. "Vicente fue víctima directa de la carencia de material de protección en el ejercicio de su profesión como médico del SAMU y víctima de la falta de asistencia médica por parte de la Conselleria, cuya última responsable es la consellera", se añade.

 

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