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Planean transferir el suelo educativo infrautilizado a otros servicios más demandados

La València del futuro tendrá menos colegios: la ausencia de niños obliga a repensar el urbanismo

12/10/2021 - 

VALÈNCIA. LA València del futuro tendrá menos niños. Ya lo llevan avisando varios años las pirámides demográficas en casi todas las partes de España, y la capital del Túria no iba a ser una excepción: durante la última década, los nacimientos no han hecho más que consolidarse en una tendencia a la baja. Y es que, según los datos que ha podido recopilar el Ayuntamiento de València, en 2008 se registraron en el Padrón Municipal 8.300 nacimientos. En 2019, la cifra fue de 5.500, después de años decayendo sin tregua. 

La ecuación es fácil: menos nacimientos, menos niños que en el futuro próximo irán a la escuela. Y esto es en cierto modo un problema, porque el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que se redactó en el año 1988 ni siquiera contemplaba esto como una posibilidad. Así, por norma, este plan obligaba a que todos los distritos de la ciudad se reservasen una parcela de suelo dotacional con fines educativos. Es decir, para construir colegios. Una práctica habitual, que se hizo en base a las previsiones demográficas que se barajan en aquel momento.

Pero lo cierto es que, treinta años después, el escenario es muy diferente: no hay tantos niños como se esperaba por aquel entonces, y esos solares siguen yermos y sin construir. Al mismo tiempo, las necesidades de la ciudad han tomado derroteros muy distintos como, por ejemplo, falta de servicios sanitarios y recreativos con los que atender a una población que cada vez se presenta más envejecida. Y, por supuesto, falta de aparcamiento ante el torrente de vehículos que ha inundado las calles.

Todo esto ha llevado al área de Urbanismo a plantearse, ¿y si se utilizan los suelos educativos infrautilizados para cuestiones verdaderamente acuciantes en el panorama actual? Así, la revisión pormenorizada del PGOU que ahora mismo está acometiendo el consistorio ya contempla reducir estos espacios y dedicarlos a otros servicios que presentan carencias.

Foto: KIKE TABERNER

Y es que, se calcula que actualmente hay en València alrededor de 600.000 metros cuadrados de suelo educativo sin utilizar. Así lo explicó hace un año en la Comisión de Reconstrucción José Vicente Gregori, perteneciente al estudio Gregori Arquitectos que está llevando a cabo el proceso de revisión. Ya en aquel momento, el arquitecto defendió que estos espacios cumplirían una función mucho más útil si, por el contrario, se destinasen a parking. Una acción que no tiene otro objetivo sino el de ganar más espacio para el peatón, tarea que en los últimos años el Ayuntamiento se ha marcado como prioritaria. 

Una idea que poco a poco va tomando forma, puesto que en la ley de acompañamiento de los Presupuestos de la Generalitat de este año ya se ha introducido una cláusula que contempla destinar los suelos para colegios a otras cuestiones. Siempre y cuando, claro, se demuestre demográficamente que el entorno no tiene ni tendrá ninguna necesidad de servicios educativos. 

Revisión por sectores

Particularmente en el Ayuntamiento de València, la idea todavía está muy verde. Es cierto que la revisión del PGOU ya está en marcha y tiene como uno de sus objetivos principales el suelo educativo, por la falta de niños. Sin embargo, no es el único que se va a someter al escrutinio del presente, puesto que la función general de revisar el Plan de Ordenación es, justamente, identificar usos desfasados y designar otros más actuales. Pero esta tarea se tiene que realizar muy pormenorizadamente, por sectores o directamente por barrios, para entender no solo cuál es su realidad ahora mismo sino también la proyectará en el futuro.

Y lo mismo sucede con el caso particular de las escuelas. Es cierto que se trata de uno de los puntos más candentes del trabajo, y por ello está recibiendo una atención especial. Pero la idea todavía no es más que eso, una idea. Así, el consistorio aún está estudiando los casos particulares de cada uno de los barrios, para entender su funcionamiento interno y poder determinar de manera definitiva qué suelos quedarán disponibles y cuáles podrían seguir siendo útiles dentro de su categoría.

Pero desde el estudio de arquitectos ya prevén que, probablemente, los nuevos barrios de la periferia serán los que más se tendrán que desprender de suelo, especialmente teniendo en cuenta que en el momento de su construcción se desarrollaron planes urbanísticos parciales pero no pormenorizados. Así, la tarea permitirá también bajar al fondo de la cuestión en estas zonas para entender en qué medida requerirán servicios en el futuro. Por el contrario, es más probable que los barrios del centro presenten menos descompensaciones. Aunque, por el momento, todo son previsiones. 

Foto: KIKE TABERNER

Con todo, cabe estacar que los resultados del estudio serán los que finalmente decidirán a qué se dedicará el suelo que se conmuta, en caso de que finalmente se tome una decisión en este sentido. El de aparcamiento es uno de los más desarrollados, pero en cada barrio podrían surgir necesidades de servicios públicos que cabrían en esta reconsideración: centros de salud, centros de día, o cualquier otro. 

Ciudad en 15 minutos

Aun así, la demografía no será el único criterio a tener en cuenta a la hora de modificar los usos del suelo. Y es que, otra de las principales aspiraciones será conseguir que todos los ciudadanos dispongan de servicios básicos a menos de quince minutos de su casa. Por ello, no se pueden suprimir libremente todas las parcelas tan solo porque no se prevea una gran demanda de atención educativa. 

En este sentido, una de las principales preocupaciones del estudio de arquitectos es encajar todas las piezas para que, de un modo u otro, puedan satisfacer todas las necesidades, y no solo las que tienen que ver con el número de interesados: "Lo que no podemos hacer es enviar a niños a dos kilómetros de su casa", matizan. 

Así, explican que es posible que las grades parcelas que se reservaron en su momento no sean necesarias en su totalidad. Pero eso no quita que no haya que buscar soluciones más creativas como, por ejemplo, centros más pequeños pero más cercanos entre sí. Cuestiones que, por el momento, todavía están en fase de estudio. 

Foto: KIKE TABERNER

Y es que, las tesis sobre la ciudad compacta han ganado terreno con el paso de los años, especialmente en el escenario posterior a la pandemia. Así, el Ayuntamiento también ha puesto el foco sobre el recorte de las distancias que tienen que recorrer los ciudadanos para acceder a sus servicios básicos. Un hecho que no solo repercutirá en la comodidad de las personas, sino que también tendrá un impacto sobre la disminución del consumo de energía y, sobre todo, el uso del vehículo dentro de la ciudad. 

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