Hoy es 8 de octubre
VALÈNCIA. Un anticlinal, o pliegue convexo de la corteza terrestre, es todo un hito rocoso, atractivo incluso para aquellos que no entienden de geología. Un bello ejemplo prácticamente perfecto, en cuanto a características se refiere, puede apreciarse en Sot de Chera, municipio de la Serranía que cuenta con escasos 350 habitantes.
Para la formación de los anticlinales como el que se aprecia en Sot de Chera, entra en juego la tectónica de placas. Estas ejercen una presión lateral que eleva el sector central y dibuja una figura en pico atípica. También influye el paso del mar en la roca. Pese a que la comarca de La Serranía se encuentra en la actualidad a 55 kilómetros del mar Mediterráneo y a 350 metros sobre el nivel del mar, todavía se aprecia el río Sot, afluente del Túria, y su paso por la zona a lo largo de distintas épocas.
El municipio cuenta con sinclinales además de anticlinales, que vendrían a ser plegamientos del terreno, pero cóncavos. Ambos fenómenos están compuestos por materiales antiguos en su núcleo y jóvenes en su superficie. No obstante, cabe destacar que el material joven está datado en
El paraje natural del que forma parte el municipio donde se encuentran estas formaciones rocosas pertenece al Parque Natural de Chera-Sot de Chera, un enclave de 6.451,17 hectáreas declarado como tal en 2007. Mientras que el pueblo de Chera se sitúa en el interior de una fosa tectónica y está rodeado de picos que rebasan los 1.000 metros de altura, a Sot de Chera la envuelven los anticlinales y sinclinales que la caracterizan. Son, precisamente, estos atractivos los que hacen a ambos municipios ser sedes del primer Parque Geológico de la Comunitat Valenciana. Cabe resaltar, por tanto, que el Parque Natural de Chera-Sot de Chera es tierra de contrastes. Las formaciones que se aprecian en la primera de estas localidades se caracterizan por haber sido originadas por fuerzas de distensión, a diferencia de Sot de Chera, municipio donde las fuerzas de compresión han sido las culpables de los anticlinales y sinclinales.
Pero, ¿cuál es el origen de este aspecto? Lo cierto es que el Parque se ubica en el Plegamiento Alpino, orogénesis acontecida durante el Cenozoico, es decir, en un tiempo que abarca desde hace 65 millones de años hasta la actualidad. Es a lo largo de todo este tiempo cuando la roca calcárea acoge la valle de un afluente del río Túria denominado Sot y un desfiladero de unos 400 metros de altura que secciona el término municipal en dos altiplanos. Una de las mejores percepciones de los distintos accidentes y deformaciones de la roca se aprecia, precisamente, a través de la garganta, donde se agolpan capas y capas de pierdas de tiempos distintos.
Además de los atractivos geológicos que presenta el municipio de Sot de Chera, también se encuentran castillos típicos de la época árabe como la Torre del Castillo, declarada Bien de Interés Cultural (BIC). No obstante, por aquel entonces no existía una separación legal entre las localidades de Sot de Chera y Chera. Habrá que esperar hasta 1841 para conseguir la independencia del primero sobre el segundo.
Pero volviendo a la geología, un simple paseo por donde se concentra el núcleo de población permite identificar, en mayor o menor medida, distintos vestigios rocosos. Un ejemplo es El Morrón, de 548 metros de altitud, el cual se aprecia en su totalidad desde las pozas naturales con las que cuenta Sot de Chera.
Más difícil es el acceso hasta las numerosas cuevas con estalactitas y estalagmitas en su interior, además de profundas galerías. En relación a estas, se descubren un total de 85 fuentes a lo largo y ancho del municipio. "Esta abundancia de manantiales se debe a la orografía del terreno, donde los estratos calizos permeables, por los cuales se filtra y circula el agua, descansan sobre otros de arcilla impermeable, lo que hace que ésta se acumule", se incluye en la guía al respecto redactada por la Generalitat Valenciana en 2012.
De hecho, hay diversas rutas que propone la Generalitat a la hora de conocer el paraje de este municipio de escasos habitantes que en verano duplica su población. En algunos momentos puntuales, llegan numerosos visitantes de distintas áreas de la comarca de los Serranos e incluso alrededores, atraídos por el agua que algún ocupó la zona y de la que solo quedan algunos recovecos.
Para visitar el municipio de Sot de Chera no hace falta un largo período de tiempo. No obstante, para descubrir cada uno de los vestigios arquitectónicos y ecológicos que encierra la localidad, hace falta disfrutar de más tiempo detenidamente, en el que atravesar la plaza o sumergirse en el río.
Es, precisamente, a través del río Sot donde discurre una de las caminatas propuestas, de unos 45 minutos a pie e intensidad baja. Sin abandonar prácticamente el casco urbano de Sot de Chera, podremos ver la Fuente del Pocillo, utilizada en el pasado como lavadero. Un poco más adelante, está el famoso Anticlinal, que por presentar una fractura en el punto de máxima curvatura, se podría denominar "Kink Band", nombre que recibe por los cristales micropliegados o curvos motivados por la deformación intracristalina. Unos metros más allá, se encuentra la Fuente Santa María y la Fuente del Tío Fausto, áreas de descanso rodeadas de chopos. A unos 500 metros de esta última, se topa uno con La Canal, una antigua canalización árabe que suministraba agua a los regadíos de Sot de Chera. En la actualidad, aquí se originan pequeñas cascadas.
Otras de las rutas, más compleja por la intensidad (media-alta) y la duración (cuatro horas y media) es la ruta de Los Barrancos, ideal para otoño. Desde la Fuente del Pasillo se continúa hasta el Corral de los Poyales, construcción tradicional realizada en piedra en seco. Desde aquí, se llega hasta la desembocadura de los Barrancos, la cual da paso al río Sot. Durante el recorrido, y más concretamente en el meandro conocido como Vuelta Dorotea, pueden apreciarse los rallos, pliegues de roca verticales. Con una leve desviación, y en pro de contemplar una frondosa vegetación singular de lianas mediterráneas, yace la Fuente del Tío Borreguetas. No obstante, sin desviarse, se llega a la cascada de Las Toscas. Este área es de vital sensibilidad por su formación geológica, de roca frágil que ha tardado largo tiempo en formarse. Otro meandro que se encuentra si se prosigue con la ruta es El Cerratillo, predecesor de la llegada hasta el Anticlinal perfecto, protagonista de todas las rutas.