VALÈNCIA. El Domingo de Ramos marca el inicio de la Semana Santa en varios puntos del territorio español. Gandia es una de las ciudades que lleva a cabo esta conmemoración simbólica y religiosa sobre la pasión y la muerte de Jesús de Nazaret. Se trata de una festividad en la que las procesiones ocupan la mayor parte de la programación, pero en la de la capital de la Safor, el fervor va más allá de los actos tradicionales. Un paso formado por personas en lugar de esculturas; representaciones teatrales y musicales que narran los últimos momentos de vida de Cristo. A lo largo de estos días, el municipio gandiense se convierte en todo un acontecimiento atractivo para creyentes y no tan creyentes. Desde 2019 ha visto reconocido su encanto al ser declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Para encontrar el origen de la celebración en la ciudad se debe viajar hasta siglos atrás. Se tiene constancia de esta ya en el XIX, aunque sus inicios podrían remontarse hasta la Edad Media, siendo los gremios los precursores de las cofradías. En palabras de Emili Ripoll, presidente desde 2020 de la Junta Mayor de Hermandades de Semana Santa (J.M.H.H.S.S.), estas son una "asociación de fieles unidos entorno a una vocación o una imagen santa". Es por esta vinculación sagrada por lo que el desarrollo de la Semana Santa se vio interrumpida durante la Guerra Civil española y los años posteriores. Los gandienses tuvieron que esperar hasta 1951 para poder reanudar los actos y procesiones de nuevo. Desde entonces, se ha desarrollado año tras año sin volver a detenerse.
"En 1955 surge también la idea de crear un estamento que nos coordine a todos; nace la Junta Mayor de Hermandades. Llevamos en crecimiento ya 68 años", indica Ripoll. En el momento de refundación de la Semana Santa en Gandia había únicamente siete hermandades; actualmente el número ha llegado hasta dieciocho. Y es que está festividad tiene ya un fuerte arraigo en la capital de la Safor. Se trata de una tradición que traspasa las creencias y se ha convertido en todo un acontecimiento cultural que atrae tanto a ciudadanía como a visitantes para disfrutar de su programación. "Tenemos dos semanas para vender los tiques de las sillas para ver la procesión. No ha pasado ni una ya está casi todo vendido", ha avanzado el presidente de la J.M.H.H.S.S.
Cuando se le pregunta a Ripoll cuáles son los elementos más distinguidos de la Semana Santa en Gandia se dirige hacia la imaginería religiosa. "Es una de las más ricas como patrimonio histórico. Muchos hablamos de la Comunitat Valenciana, pero yo iría más allá, hasta nivel nacional", responde. La imaginería, hace referencia a esas esculturas policromadas y vestidas con elegantes ropajes y joyas de personajes bíblicos que protagonizan uno de los actos más destacados de esta celebración: las procesiones. Aunque la programación en estas fechas está conformada por muchas de ellas, en la capital de la Safor destaca la del Santo Entierro celebrada el Viernes Santo.
El próximo viernes, a partir de las 19h, la Hermandad Entrada de Jesús en Jerusalén (creada en 1982) abre una procesión que, según cataloga Ripoll, es una de las más completas a nivel litúrgico. "Además de las 18 imágenes de cada hermandad, prácticamente todas añaden otra, por lo que hay alrededor de 30 en total. Se puede ver cada momento de la pasión de Jesús hasta su muerte de manera cronológica", concreta. Por su parte, el que fue presidente de la Junta Mayor entre 2004 y 2012, Jesús Montolío, destaca su carácter multitudinario y participativo. "Es muy bonita, hay mucho sentimiento, pero también resentimiento", añade.
Uno de los momentos más íntimos y solemnes está protagonizado por la Hermandad Cristo de la Flagelación. Representa el momento en el que se golpea a Jesús de Nazaret como preludio a su crucifixión; una escena que llevan en su paso procesional al que acompañan los capuchinos. Tal y como explica Montolío, toda vestimenta tiene un significado. En el caso de esta cofradía, llevan túnica y capirote negros y capa en morada, un color que no tienen los penitentes. Cubiertos todos de negro, su recorrido por el itinerario procesional es sonoro a causa de aquello que arrastran. "Van con cadenas o con cruces de madera que pueden pesar entre 20 o 25 kg", subraya Ripoll.
Arrastrar 25 kg puede ser duro, pero antiguamente había personas que se encargaban de llevar el paso procesional en andas: los porteadores. De hecho, a partir de ellos nace una de las teorías que explica que se repartan caramelos durante la procesión de Semana Santa. "Hay muchos dichos. Se dice que se daban porque sudaban y hacían un esfuerzo; les daban caramelos para que la glucosa estuviera en buenos niveles y no tuvieran problemas", explica Montolío. A pesar de esto, hoy en día los dulces se siguen repartiendo, pero el peso de las imágenes ha recaído sobre plataformas con ruedas que simplemente facilitan el arrastre.
En Gandia, una de las Hermandades escogió este método de transporte desde su creación. Es el caso de la Hermandad de la Santa Cena Viviente (creada en 1976) que, en lugar de escultura, lleva a personas. Sin apenas pestañear e inmóviles, 13 personas se sientan alrededor de una mesa colocada sobre la plataforma de un paso procesional. Estos simulan a los 12 apóstoles y a Jesús en la escena donde Cristo llevó a cabo su comida final antes de su crucifixión. Sin embargo, este es solo uno de los puntos de la programación en el que la cofradía hace alusión a su nombre. Durante el Domingo de Ramos de ayer, cofrades y vecinos de Santa Ana de Gandia interpretaron teatralmente la historia de Jesús desde la última cena hasta su resurrección. Al finalizar anunciaron su próxima actuación, el 24 de marzo de 2024.
Aunque la procesión del Viernes Santo cuente con varios rasgos particulares de Gandia, uno de los que más caracteriza a la Semana Santa en la ciudad es el drama litúrgico "Visitatio Sepulchri". Según detalla Ripoll, la instauración de este se le atribuye a san Francesc de Borgia allá por el siglo XVI. Se trata de una representación musical que se lleva a cabo el Sábado Santo y narra el entierro de Cristo y algunos acontecimientos cercanos a este pasaje. Todo ello bajo las voces del Orfeó Borja dirigidas por Jesús Cantos en la Colegiata de Santa María; una actuación abierta a todo el público, puesto que la entrada es gratuita.
Tal y como señalaba Ripoll, la mayoría de actos acontecidos desde el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección se resumen en procesiones, aunque existen varios tipos, de traslado, encuentros, penitenciales. Pero representaciones como la del Visitatio Sepulchri o el Vía Crucis Viviente demuestran que la Semana Santa gandiense va más allá de procesiones y encuentros. Pero esto es solo durante una semana; el resto del año, la JMH, y las cofradías que la integran, llevan a cabo toda una programación que suele tener un elemento en común: la beneficencia. Las cofradías desarrollan anualmente eventos como el del Día del cofrade, una actividad que destina los fondos recogidos a entidades sociales de la ciudad. Pero además de esto también tratan de promocionar y divulgar la festividad santa gandiense.
"Asistimos a los congresos nacionales de Semana Santa. La nuestra está muy bien considerara. Tenemos una idiosincrasia muy importante", manifiesta el expresidente de la J.M.H.H.S.S. Por su parte, Ripoll destaca la vertiente cultural de esta celebración religiosa: "Hay gente que lo ha heredado de padres a hijos. Eso significa que siempre va a estar en crecimiento". 72 años después de su recuperación, esta festividad no ha parado de atraer a cada vez más seguidores; tanto nuevos cofrades, pero también nuevos y habituales visitantes. Y es que su programación alberga diversos elementos ━el arte de la imaginería; la solemnidad de las procesiones; las interpretaciones teatrales━ que han convertido la pasión de Cristo en una tradición cultural capaz de fascinar también a personas que, aunque no se consideren creyentes, puedan sentir fervor por la Semana Santa de Gandia.