VALÈNCIA. El agua es actualmente la protagonista de muchas rutas senderistas, sobre todo en época estival. Siguiendo el transcurso de los ríos se pueden conocer las fuentes, cascadas o piscinas que ofrece la naturaleza. Más allá del componente de ocio y aventura, el curso fluvial también puede utilizarse para otros fines. Desde los inicios de la agricultura ha servido como fuente de riego. Aunque primeramente se utilizaron técnicas poco desarrolladas, la cultura musulmana legó una red de infraestructuras hidráulicas que, en algunas localidades, se han conservado hasta la actualidad. En este sentido, el municipio valenciano de Potries constituye el paradigma de la comarca de la Safor.
Potries cuenta con una superficie aproximada de 3,07 km² y 1075 habitantes en 2022, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Su característica geográfica más destacada es que, por su parte oeste, está flanqueado por el río Serpis. Desde su nacimiento, a los pies del Carrascal de la Font Roja, transcurre por diversas localizaciones de la Safor hasta desembocar en Gandia.
La proximidad fluvial, junto con unas buenas condiciones orográficas y climáticas, han facilitado a lo largo de los años el desarrollo de la agricultura en la comarca. Actualmente, el riego es competencia de la Comunitat de Regants dels Canals Baixos del Riu Alcoi y funciona a través de goteo, pero antiguamente se utilizaban otras técnicas que requerían un uso controlado del agua procedente del Serpis. En esta línea, para dividirla, frenarla y redistribuirla, se construyó un sistema de acequias, azudes y partidores, entre otras infraestructuras, que todavía hoy se pueden visitar en Potries a través de la Ruta del Agua.
Durante aproximadamente una hora, la agricultura, el patrimonio y la cultura se fusionan a través del recorrido lineal que ofrece el consistorio potriero. Tal y como explica Tania Guerrero, guía del Museo de Potries y de la ruta, es un trayecto accesible para todo tipo de públicos y se puede visitar durante todo el año. El punto de partida es el propio Ayuntamiento, una antigua casa señorial construida por miembros de la familia Borja y que a finales del siglo XIX fue adquirida por el pueblo. Desde entonces ha funcionado también como prisión, escuela, casa del Mestre o, la actual, sede de la administración local.
En la primera parada, se explica este detalle y se aportan pequeños apuntes sobre la Ruta del Agua. Pero, además, se puede observar uno de los elementos más representativos de la histórica red hidráulica: la compuerta del Azud de’n Carrós, una presa que desvía parte del curso natural del río hacia la huerta a través de distintos canales de riego. Según cuenta Guerrero, en el siglo XIX, cinco familias tenían las llaves de la puerta de madera y chapa de hierro situada en la casa del margen izquierdo del azud. "Tiene cinco cerraduras. Para evitar conflictos, tenían que estar los cinco encargados de abrirla presentes", añade.
Tras salir del consistorio, el siguiente punto que contempla el recorrido es el lavador municipal. Es el único que se conserva de los cuatro que existieron el siglo pasado. "La gente, sobre todo las mujeres, lavaban ropa, platos... aquí. Era un lugar de reunión para hablar, cantar", detalla la guía. El agua procedía de la acequia del Rebollet, la cual, a su vez, procede del partidor de la Casa Fosca. Atravesando Potries y la Font d'en Carròs este canal llega hasta Oliva.
El régimen fluvial del Serpis desde el Azud de'n Carrós se deriva hacia la acequia Real de Alcoy, la cual llega hasta un partidor conocido como la Casa Fosca por su cubierta. "Un partidor es lo que distribuye el agua por diferentes acequias o canalizaciones para que llegue a todas las poblaciones. Es una central y de ahí salen varias ramas", explica Guerrero. En su interior, un banco de piedra parte el transcurso del agua en siete huecos, las "puertas". Cinco de ellas se destinan a la acequia Comuna de Gandia y Oliva y las dos restantes a la acequia del Rebollet. De este modo, se controlaba y distribuía de manera proporcional el riego en cada campo de cultivo. Teniendo en cuenta que este sistema es originario del mundo musulmán, se considera que este partidor podría existir desde el siglo XIII.
El otro de los partidores que se pueden visitar en la Ruta del Agua de Potries es el de la Casa Clara, construida en el siglo XVI. Según se ha comprobado a través de un documento del mismo siglo que la describe, su arquitectura se ha mantenido prácticamente inalterable hasta la actualidad. Al contrario que la Casa Fosca, la ausencia de una cubierta le otorga su nombre, aunque su estructura está cerrada por los laterales. El agua, en este caso, procede de la acequia Común de Gandia y Oliva (originada en la Casa Fosca). Desde este punto, continúa por dos aberturas más que se dirigen, cada una, hacia las dos poblaciones: una para la huerta de Oliva y la otra para la de Gandia.
Más allá de los partidores y las acequias, la red antigua red hidráulica también albergaba distintos elementos como los niveladores ━que calculan el caudal de agua en un punto determinado de la acequia━ o infraestructuras como los molinos. "El Molí de l’Alfàs data del siglo XV. Fue propiedad del convento de San Jerónimo de Cotalba. Con la desamortización, se vendió en subasta pública a un propietario particular. Fue un molino harinero y también se instalaron una turbina hidroeléctrica, que se conserva, que lo convirtió en fábrica de luz", explica Guerrero.
Además de la arquitectura del agua, la ruta contempla una parada obligatoria. Entre la Casa Fosca y la Casa Clara, el mirador del Serpis ofrece una panorámica del río y de algunas localidades de la comarca. "Se pueden ver los pueblos de Ador, Palma, Gandia", detalla la guía. Además, según añade, también se puede realizar un recorrido más largo que el que ofrece el consistorio y en el que se puede visitar también el Azud de'n Carrós. Para llegar hasta aquí se puede seguir la acequia Real o la Vía Verde del Serpis", el trazado por el que transcurría el antiguo ferrocarril entre Alcoy y Gandia.
Desde enero hasta mayo de este año, 202 personas han visitado esta ruta guiada organizada por el Ayuntamiento que surgió en 2006. Para poder acceder a ella basta con una reserva previa a través del teléfono o la web. Sin embargo, son varias las asociaciones de senderistas las que realizan por su propia cuenta. "Es interesante para conocer todo el patrimonio hidráulico que tiene Potries. Es milenario. Estamos hablando que existen elementos del siglo XIII. A excepción de alguna restauración, se ha mantenido prácticamente intacta", expresa Guerrero. De este modo, sea más corto o más largo el camino que se decida seguir, la Ruta del agua de Potries ofrece un recorrido por la histórica red que regaba la huerta de la Safor.