El diseño convencional de nuestras ciudades incluye sesgos de género 

Del transporte al comercio, la perspectiva de género se integra en el urbanismo municipal

1/06/2024 - 

VALÈNCIA. En las últimas décadas, la lucha por la igualdad de género ha cobrado un impulso notable en todos los ámbitos de la sociedad. El urbanismo, como disciplina que moldea los espacios que habitamos, no ha sido ajeno a este movimiento. Cada vez más ciudades alrededor del mundo están apostando por un urbanismo con perspectiva de género, que busca crear entornos más seguros, inclusivos y equitativos para todas las personas.

Un aspecto que se ha abordado recientemente en la jornada ‘Avanzando hacia la igualdad. Contratación pública y urbanismo con perspectiva de género en la administración local’, organizada por el área de Igualdad de la Diputación de Valencia y la asociación Mujeres en el Sector Público. Este evento técnico contó con la participación de destacadas expertas en la materia, como Inés Novella y Natalia García, arquitectas urbanistas, y Mª Pilar Batet, jefa del servicio de contratación de la Diputación de Castellón y cofundadora de Mujeres en el Sector Público. La mesa técnica sobre urbanismo feminista fue moderada por Llúcia Imbernón, técnica del área de Cooperación Municipal de la Diputación de Valencia.

El urbanismo con perspectiva de género busca la igualdad y demuestra ser un mecanismo para mejorar la calidad de vida de toda la sociedad. Este enfoque permite dar visibilidad y valor a los cuidados y las necesidades cotidianas de la población. Además, facilita la integración de las mujeres en la economía productiva europea, promoviendo un entorno más equitativo y justo.

Así lo explicaba en su definición Inés Novella, quien definió el urbanismo con perspectiva de género como aquel que “toma en consideración las diferencias entre los géneros respecto al uso, experiencia y necesidades del entorno construido”. La experta subrayó la necesidad de integrar esta perspectiva en todas las fases del urbanismo, desde la elaboración, pasando por su implementación y terminando en la evaluación.

En su intervención, Natalia García, una de las expertas que ha impulsado el proyecto “GenerA (Barri)”, destacó que “la construcción y perpetuación de los roles de género es solo una cuestión social y cultural que incluye lo urbano”. Diseñar espacios que tengan en cuenta las necesidades, experiencias y realidades diversas de todas las personas que los habitan es esencial para evitar desigualdades en el uso del espacio urbano. Ello implica analizar cómo las características físicas de las localidades, como la distribución del espacio público, la iluminación, el transporte o la ubicación de los servicios, varían según el género.

Un caso más de discriminación

El diseño convencional de nuestras ciudades incluye sesgos de género que provocan un impacto directo en la experiencia vital de las mujeres”, explican las técnicas que han participado en proyectos de urbanismo con perspectiva de género. Históricamente, las ciudades tradicionales han perpetuado roles de género y desigualdades, lo que se manifiesta en aspectos como la falta de iluminación en las calles, la mala distribución de los servicios públicos y el difícil acceso a espacios de socialización. Barreras que buscan ser eliminadas mediante un urbanismo con perspectiva de género, con el objetivo de crear ciudades más habitables para todas las personas, independientemente de su edad, género o sexo.

Desde sus inicios, la planificación urbana ha sido un campo dominado por hombres, donde las necesidades y experiencias de las mujeres fueron ignoradas. Las ciudades se diseñaron asumiendo que el usuario base era un hombre, frecuentemente trabajador, desplazándose entre su hogar y su lugar de empleo. Esta visión limitada resultó en espacios urbanos que no consideraban la seguridad, accesibilidad y necesidades específicas de las mujeres.

Uno de los problemas más evidentes ha sido la falta de iluminación adecuada en las calles, lo que incrementa la vulnerabilidad de las mujeres a la violencia y reduce su libertad para moverse por la ciudad, especialmente de noche. Este diseño deficiente no solo afecta la percepción de seguridad, sino que limita las oportunidades de socialización y participación en la vida comunitaria.

La mala distribución de servicios públicos —como guarderías, centros de salud y transporte público—, históricamente destinado al cuidado por parte de las mujeres ha sido otra forma de discriminación. Ellas, a menudo las principales cuidadoras y usuarias de estos servicios, se ven obligadas a realizar largos y complejos desplazamientos que afectan a su calidad de vida y oportunidades laborales.

La situación excepcional española

En las últimas décadas, los avances en estudios de género y urbanismo han permitido aplicar una visión más inclusiva en la arquitectura, la movilidad y la vivienda. Inés Novella reconoce el trabajo de las funcionarias de los años 90 que lucharon por incorporar estas perspectivas en las políticas urbanas actuales. “Pero no podemos dejarlo aquí, hay que seguir avanzando y yendo más allá con políticas como el Pla Obert”, advierte Novella.

En España, mujeres comprometidas, grupos activos y democráticamente involucrados, junto con instituciones que integran la perspectiva de género en sus políticas, han creado una situación excepcional para continuar avanzando. La perspectiva de género tiene una implicación legal en el país, con un fuerte enfoque en el marco legal y la descentralización en las provincias.

Para incorporar efectivamente la transversalidad de género en el urbanismo, es crucial contar con un marco legal adecuado, tanto a nivel nacional como autonómico. Además, es esencial un trabajo previo de sensibilización, formación reglada y continua en género, la presencia de unidades de igualdad en la mayoría de las instituciones y el asesoramiento de expertos en estos espacios institucionales. Sin embargo, queda el desafío de la implementación efectiva.

Pla Obert d’Inversions: “El urbanismo es muy local”

En un esfuerzo por construir una sociedad más igualitaria e inclusiva, la Diputación ha lanzado el nuevo Pla Obert d’Inversions. Esta iniciativa integra la perspectiva de género en el urbanismo y ha captado la atención de diversas líderes femeninas, desde alcaldesas y concejalas hasta arquitectas, técnicas de Igualdad, trabajadoras sociales, presidentas de asociaciones, ingenieras y jefas de servicio de gestión del territorio. Todas ellas han tomado nota de las propuestas urbanísticas con visión feminista presentadas en el plan.

Natàlia Enguix ha destacado varios ejemplos de buenas prácticas en el ámbito del urbanismo con perspectiva de género que se implementarán bajo el Pla Obert. Entre estas iniciativas se incluyen la mejora de la accesibilidad en espacios urbanos, la eliminación de solares o edificios en ruinas y la mejora de la iluminación en zonas oscuras que pueden generar una mayor sensación de inseguridad entre las mujeres.

En el marco del Pla Obert d’Inversions, los proyectos presentados por los ayuntamientos optarán a un premio anual que reconocerá el mejor trabajo de urbanismo o arquitectura feminista. Enguix enfatizó que "la Igualdad es uno de los ejes que vertebran todas las áreas de gestión de la Diputación". Además de fomentar las buenas prácticas, se ha incentivado con un 5% de la asignación total del plan a los ayuntamientos pertenecientes a la Red de Municipios Protegidos contra la Violencia de Género.

Inés Novella subrayó la importancia del Pla Obert por varias razones clave. Primero, porque incorpora el género en las inversiones públicas destinadas a la mejora del hábitat, asegurando que esta perspectiva esté presente de manera explícita y transversal en todas las fases del plan. También destacó la necesidad de impulsar iniciativas complementarias, como la creación de guías y la formación continua, para asegurar la implementación efectiva del urbanismo con perspectiva de género.

Manual de Urbanismo Feminista

Durante la jornada, Inés Novella ha presentado el manual de urbanismo feminista en el que trabaja. Este documento, destinado a ser una herramienta fundamental para los ayuntamientos, está diseñado específicamente para guiar las actuaciones del Pla Obert.

Novella explicó que el manual se ha estructurado de manera sencilla para que sea accesible y práctico. Contiene explicaciones claras sobre lo que significa la perspectiva de género en el urbanismo, junto con recomendaciones y ejemplos prácticos. El objetivo es que las inversiones urbanísticas contribuyan significativamente a la mejora de la calidad de vida de la población.

El manual se presentará en cuatro localizaciones, aproximadamente durante cinco horas en una mañana para introducir los conceptos básicos y explicar la integración de la perspectiva de género en el Pla Obert. Esta presentación busca capacitar a los responsables municipales y otros actores implicados para que puedan aplicar estas recomendaciones de manera efectiva en sus comunidades.

A pesar de los avances, persisten obstáculos y posiciones dispares respecto a la integración de la perspectiva de género en el urbanismo. Desde la desinformación hasta el oportunismo, es necesario continuar trabajando para superar estas barreras y lograr ciudades verdaderamente inclusivas y equitativas. La historia de la discriminación de las mujeres en el urbanismo es un recordatorio de la importancia de considerar todas las experiencias y necesidades en el diseño de nuestras ciudades.


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