Foto: EDUARDO MANZANAVALÈNCIA. La firma valenciana White Investing cambia su estrategia. El auge de los espacios compartidos como el coliving o las residencias de estudiantes y de mayores han llevado a la compañía a redefinir su hoja de ruta para 'aparcar' el residencial para invertir en nuevos segmentos como el de salud y los espacios compartidos o el alquiler, que en los últimos años están despertando con fuerza el 'apetito' inversor. Pero, además, su plan también pasa por crecer en otras plazas más allá de la Comunitat Valenciana como Andalucía, Murcia o Madrid e incluso dar el salto a Portugal.
Fundada en 2015, la firma, presidida por José Solero, está dedicada a convertir proyectos inmobiliarios en vehículos financieros a través de vehículos de coinversión -donde se invierte junto con otros inversores-, o mandatos de gestión, en los que White ejecuta un análisis del activo del inversor y lo desarrolla.
A lo largo de estos años, ha generado alrededor de 30 proyectos con un volumen de inversión de 140 millones de euros, que se traducen en 70.000 metros cuadrados de techo. Principalmente, su foco ha estado en el residencial a través de la promociones de obra nueva y, aunque no va a dejar de lado este tipo de proyectos, sí centrará su negocio en el segmento salud y el de los espacios compartidos para un inversor institucional.
"La compañía está en un proceso de cambio constante. Empezamos en 2015 con vehículos de inversión con una estructura de capital y un producto residencial hasta 2018. Ese año lanzamos 12 proyectos residenciales y empezamos a notar que los ritmos de venta eran cada vez más lentos, por lo que decidimos ir hacia otro tipo de productos de inversión como las oficinas con 'La Centrifugadora' o espacios turísticos. En este momento estamos en un punto de madurez empresarial y en constante crecimiento", explica su CEO.
Y ahora quieren ir un paso más. Así, su nuevo plan estratégico 2022-2025 pasa por centrarse en dos modelos: el living, es decir, proyectos de build to rent, coliving y las residencias de estudiantes, y, por otro lado, en el segmento de la salud a través del desarrollo de centros asistenciales y proyectos de Senior Living. "La realidad es que en este momento el 70% de los proyectos que desarrollamos son terciarios alternativos destinados a la inversión y el 30% residencial", señala.
Por el momento, no tienen pensado abandonar la obra nueva de vivienda, pero únicamente acometer proyectos en tierras valencianas. "En residencial solo queremos movernos por la Comunitat Valenciana porque se requiere de un conocimiento de la idiosincracia y singularidad de cada mercado muy escrupuloso. Aquí lo tenemos, pero en otras zonas es más complicado y preferimos dedicarnos al living y al segmento salud", remarca.
De hecho, White Investing ya se está moviendo por otras plazas españolas como Andalucía, Murcia o Madrid. "Nos abrimos hacia el sector salud y el living porque vimos que eran dos segmentos que tenían una demanda con déficit en la oferta. En el caso de la salud, hay una necesidad en España de 120.000 camas y en alquiler se necesitan un millón de viviendas para entrar en ratios de otros países vecinos como Francia. Además, sólo un 8% de la vivienda está gestionado de manera profesional, cuando en otros países europeos es más del 40%", remarca.
Asimismo, Solero asegura que el capital institucional tiene puesto el foco en estos dos segmentos por las necesidades del mercado. Y es que, aunque admite que en estos momentos existe una contracción de la inversión por la incertidumbre, la demanda de ciertos productos por el déficit de producto hace que el 'apetito' se mantenga. "Todavía hay operaciones porque, aunque hay ralentización e incluso parálisis en algunos segmentos, la inversión no ha desaparecido. Lo que falta son unas reglas del juego claras por la inflación, el alza de los costes de la construcción y la subida de tipos de interés que afecta a la rentabilidad de los proyectos", señala.
Por tanto, a su juicio, una vez se defina el nuevo marco y se estabilice la coyuntura actual, saldrán los proyectos. "Esta es una situación coyuntural y cuando pase, habrá que estar preparados. Puede que el comprador final no aparezca ahora o que esté esperando, pero todavía hay operaciones para poder desarrollar. De hecho, nosotros estamos vendiendo un proyecto en este momento en Cádiz a un fondo institucional y lo estamos capitalizando. También vamos a cerrar un portfolio de dos proyectos asistenciales que vamos a vender antes de final de año. Por tanto, el mercado no ha desaparecido y sigue funcionando, aunque cuesta más", insiste Solero.
De hecho, la compañía valenciana cierra 2022 con un volumen de negocio de 62 millones de euros, cerca del doble que en 2021 cuando alcanzó los 37 millones de euros. Además, este año ha desarrollado ocho nuevos proyectos en València, Canet, Elche, Cádiz o Cullera, entre otras plazas. Uno de ellos ha sido la venta a Batipart del primer coliving de obra nueva en València, que explotará Urban Campus. Un inmueble que albergará 41 estudios y más de 200 m2 de zonas comunes. Y white ya busca nuevas ubicaciones en la Capital del Turia para repetir esta alianza.
Su plan estratégico pasa por llegar a los 170 millones de euros de volumen de negocio en 2025. Para ello, prevén un crecimiento sostenido en estos años y cerrar el próximo año con 97 millones con dos proyectos de Senior Living uno en Alicante y otro en Valladolid; un coliving en Cádiz; y tres centros asistenciales de salud mental: uno en Alicante y otros dos en Castellón. Para 2024, el objetivo es alcanzar los 113 millones.
Los proyectos serán ‘llave en mano’, incorporando operadores especializados e identificando un comprador final. En este sentido, están buscando alianzas con terceros que permitan acelerar el crecimiento de la compañía. "Somos una plataforma y buscamos mandatos específicos de producto para ofrecer a nuestros clientes tanto desde el punto de vista de la inversión como del desarrollo", remarca el CEO de la compañía. Uno de sus aliados es Aznar Patrimonio.
Por otro lado, Solero hace hincapié en la necesidad de desarrollar nuevos suelos en las ciudades ante la escasez existente y que impide la puesta en marcha de nuevas iniciativas. "Hay un debate abierto entre la industria inmobiliaria porque hay una clara falta de suelo en muchas ciudades, especialmente en València. Muchos de los que están disponibles no se pueden desarrollar por ubicación, tipología, normativa o precio y eso provoca subida de precios y frena la inversión", advierte.
En este sentido, remarca que no se trata de generar nuevos sectores "de forma descontrolada", sino de "acometer determinadas actuaciones en ciertas ubicaciones y agilizar su tramitación". "El desarrollo inmobiliario es una industria muy potente en España que en este momento tiene poco producto", subraya.
Además, entre los planes de la compañía para el próximo año también está abrir una delegación en Madrid para generar nuevas sinergías y relaciones con el capital que llega a España a invertir. Por ahora, su eje de actuación, además de la capital y la Comunitat Valenciana, se centrará en el eje mediterráneo en zonas como Murcia y Andalucía.
También, en su punto de mira está Portugal. "Estamos analizando futuras operaciones en Lisboa y Oporto. Aunque allí la fiscalidad, el negocio y el tema impositivo no tiene nada que ver con España, el mercado y el producto es muy similar en cuanto a necesidad. Además, ser una plataforma a nivel ibérico te posiciona muy bien", explica.
Eso sí, por el momento se trata de una fase de "prospección y conocimiento". "Nuestra vocación es ir de la mano de alguna alianza local a nivel operativo o con un mandato de gestión por parte de un inversor institucional. Por el momento, estamos valorando cosas", insiste. Ahora su objetivo está centrado en cumplir la hoja de ruta marcada. "Si cumplimos nuestro plan estratégico seremos una compañía importante en los próximos años. Y si no lo conseguimos, seguiremos con un crecimiento más sostenido porque tenemos mucha salud financiera", concluye.
