VALÈNCIA. Cuando fue escogido presidente del Partido Popular en la provincia de València, en un tórrido día de finales de julio de 2020, Vicent Mompó adelantó su deseo de "hacer lo que esté en mi mano para ganar las elecciones".
No mucho después ya desgajó dos de las claves para lograrlo: unificar el voto de centro y derecha y elegir al candidato que considerara más adecuado y con mayores posibilidades de ganar en cada municipio. Y esto último, como matizó, no tenía por qué implicar que fuera la persona que ocupara la presidencia del PP en la agrupación de esa población, al contrario del método habitual. Con esa predeterminación tuvieron lugar posteriormente los congresos locales populares.
La primera de esas premisas que se marcó la ha ido cumpliendo con fichajes como los alcaldables, en 2019, por Ciudadanos en Cheste (Enrique Peinado) o Rafelbunyol (Asun García), que, como anticipó Valencia Plaza, encabezarán la candidatura del PP en 2023.
La segunda idea la ha empezado trasladando con refrendo de la militancia en Gandia, Torrent y Paterna (tres de las cuatro poblaciones con más habitantes de la provincia junto a Sagunt); aunque corre serio riesgo de encallar en dos capitales comarcales básicas para la elección de diputados provinciales como Alzira y Sueca y en una tercera emblemática -por ser un bastión paradigmático del socialismo metropolitano- como Picassent.
En Gandia logró su objetivo de conseguir un titular de cartel electoral con pedigrí. El presidente local, Víctor Soler, accedió a dar un paso atrás en sus intenciones públicas de ser aspirante a la alcaldía para ceder el testigo de cumplir ese deseo para el PP a Juan Carlos Moragues, a quien le precede su prestigio como gestor solvente y un elevado grado de conocimiento social por sus etapas de conseller de Hacienda y delegado del Gobierno. En el caso de Gandia se cumplió la condición de fichaje estrella.
En Paterna también lo consiguió en gran medida porque la presidenta local, María Villajos, ya había insistido en que no quería volver a presentarse como alcaldable. Mientras en Gandia sobraban candidatos –a Soler se lo podría sumar, por ejemplo, el también concejal Vicent Gregori-, en el populoso municipio de l’ Horta Sud faltaban.
La solución la encontró el equipo de Mompó en Sara Palma. Su nombre no resulta conocido por la mayoría de población; en cambio, su apellido –por la trayectoria empresarial de su padre- es muy identificable. Para incrementar la popularidad de esa candidatura han sumado de número dos, como también adelantó este diario, al presidente del parque empresarial Fuente del Jarro, Santiago Salvador, hijo y niego de alcaldes.
Y en Torrent han encajado un elaborado acuerdo de consenso. La presidenta local, Amparo Folgado, firmemente respalda por el conjunto de la ejecutiva provincial, ha conseguido superar los recelos procedentes de la dirección regional. Para ello ha sumado a su lista, como número dos, a quien fue su derrotado rival en la pugna por la presidencia local, al también concejal Arturo García.
Superados con resolución –y con el respaldo de las agrupaciones locales- esos poderosos frentes en el goteo de nombramientos en grandes ciudades de la provincia que está llevando a cabo el PP, se ha topado en los últimos días con designaciones menos populares entre gran parte de la militancia.
Tras publicar Valencia Plaza que Inmaculada González Martorell será la candidata a la alcaldía de Picassent y que Carolina Torres liderará la candidatura del Partido Popular en Sueca, han surgido voces destacadas en ambas agrupaciones oponiéndose a esa decisión.
Los cuatro concejales de la primera de estas dos poblaciones: Pilar Soria, Miguel Ángel Albert, José López y la portavoz y presidenta del partido, Amparo Crespo, rubricaron recientemente un comunicado oponiéndose, reafirmando a Soria como candidata y criticando que "desde la ejecutiva provincial nadie ha contado con nosotros para buscar una nueva candidatura, ocultándonos que la decisión ya estaba tomada".
En Sueca las quejas y argumentos resultan similares, y en Alzira la militancia ha iniciado una recogida de firmas para pedir a la dirección regional que no sea el asesor laboral José Luis Palacios el alcaldable –tal cómo ha decidido la cúpula autonómica del partido- sino que encabece la candidatura el actual presidente y portavoz local, José Andrés Hernández.
La designación de candidatos en ciudades populosas de la provincia no ha terminado, ni mucho menos, para el PP. Por delante le quedan Mislata, Moncada, Manises, Quart de Poblet, Ontinyent o Burjassot, localidades en las que se puede encontrar con una tesitura similar a las de Gandia o Paterna, con aceptación, por parte de la militancia del lugar, de la persona ungida con el título de alcaldable; o un entorno como los de Alzira o Picassent, con rechazo explícito.
De una circunstancia a otra la situación varía ostensiblemente. Si el PP quiere movilizar a su afiliación, conseguir que participe en la campaña y mejorar resultados con vistas a ganar alcaldías y sumar votos para la Diputación, necesita anteponer el primero de estos criterios. En cualquier caso, en este mes inicial de año, sea con una fórmula o la contraria, resolverá numerosas incógnitas trascendentales para su futuro municipalista.