VALÈNCIA. Por quinto año consecutivo se instalará en Forinvest la Plaza del Asesor. O lo que es lo mismo: el punto de encuentro de los asesores fiscales bajo el Foro del Asesor que comanda la Asociación Profesional de Asesores Fiscales de la Comunitat Valenciana (APAFCV).
La cambiante legislación tributaria obliga a los asesores a mantener actualizados sus conocimientos, que serán puestos a disposición de los asistentes a este foro. Para conocer más detalles al respecto Arturo Casinos, presidente de la APAFCV, analiza lo que va a dar de sí esta nueva edición.
-¿Qué sensaciones tiene de cara a este Forinvest 2017?
-La Asociación Profesional de Asesores Fiscales de la Comunidad Valenciana (APAFCV) afronta este año con el deseo de recibir mayor afluencia, si cabe, que el año anterior, dada la notable recuperación económica del tejido empresarial en general, y el mayor interés de los estudiantes por la profesión del asesor fiscal. La APAFCV tiene como fin primordial la formación continuada de sus asociados, dado que la cambiante legislación tributaria, nos obliga a mantener nuestros conocimientos actualizados constantemente. En esta línea, Forinvest es un foro adecuado para dar a conocer nuestras actividades formativas (talleres, ponencias, mesas debates, etc.), centradas en el ámbito económico, tributario y profesional.
-¿Qué se van a encontrar los asistentes al Foro del Asesor?
-En esta edición la APAFCV llevará a cabo jornadas y talleres en la Plaza del Asesor de temas muy variados y de gran interés para el asesor, tal y como lo pueden comprobar en el amplio programa (pinchar aquí). De nuevo, les informaremos del objetivo de la asociación, que analiza cada paso que dé nuestro legislador y nuestra Administración tributaria, con el fin de que nuestra Asociación exija mayor seguridad jurídica para nuestro colectivo, y por ende, para el contribuyente.
-¿Por qué momento atraviesa el sector del asesoramiento fiscal en España?
-Parece que los despachos de tamaño medio, aunque fue uno de los segmentos que más ha sufrido los efectos de la crisis, actualmente está aprovechando bien la recuperación de la economía. Y después de casi un año de incertidumbre por la falta de un Gobierno efectivo, la agenda legislativa recupera su ritmo de actividad en 2017, pero el asesor fiscal, como siempre, tiene que ponerse al día en un tiempo récord. Consideramos que los cambios legales de los últimos años afectan negativamente a la visión de las empresas sobre la seguridad jurídica de España. Así ocurrió con la última reforma fiscal de diciembre de 2016, medidas que fueron precipitadas y además con efecto retroactivo, lo que enfurece a las empresas y por tanto a sus asesores.
Cierto es que en política fiscal siempre se ha usado el decreto ley, pero en materia tributaria no todo debería ser considerado de urgencia. El alud de decretos ley en materia fiscal cambian el escenario de la noche a la mañana, como los del pasado mes de diciembre mediante la subida de los impuestos especiales y la limitación de las deducciones en el Impuesto de Sociedades, y de los aplazamientos de IVA, entre otras medidas. A esto, añadamos la dificultad de batallar con la doctrina vinculante de las resoluciones de la Dirección General de Tributos o la jurisprudencia. El conjunto de normas y sentencias llevan a una gran incertidumbre, lo que aleja al inversor.
Por otro lado, Hacienda impone al contribuyente demasiadas obligaciones formales para facilitar la labor de gestión y control por parte de la Administración del cumplimiento de sus obligaciones fiscales, lo que acarrea una mayor carga de trabajo y mayores costes para el asesor fiscal y contable. Cabe enfatizar que nuestro colectivo realiza un papel de conciencia contributiva con los clientes, enseñamos a nuestros clientes a pagar impuestos y se les advierte de las graves consecuencias de una conducta defraudadora. Es delicada la situación en cuanto a las responsabilidades que el asesor fiscal cada día asume en la orientación al cliente, pues la normativa es vertiginosamente cambiante y se tiene que estar al día permanentemente, estudiando y formándose sin cesar para no dar una respuesta equivocada o contraria a la postura de la administración. Pero una cosa es discrepar o mantener una postura interpretativa diferente, y otra muy distinta colaborar en los delitos fiscales del cliente.
Ningún interés tiene nuestro colectivo en que los contribuyentes (las empresas) defrauden, todo lo contrario, ya que genera una total competencia desleal en los sectores económicos de la sociedad, ya que el cliente de un asesor profesional asume unos costes a los que no está dispuesto soportar el defraudador fiscal, poniendo en mejor situación a este; todo sin perjuicio de que, cuando la norma lo permite, procuramos ofrecer la solución menos gravosa en términos fiscales.
-¿Se está concienciando las empresas de que deben contar con un programa de ‘compliance’?
-Las empresas son conscientes de que tienen una regulación cada vez más compleja, donde la gestión de riesgos ha cobrado gran protagonismo. Parece ser que las empresas se resisten un poco a la cultura de la prevención, pues se sigue considerando como una carga en términos de coste, ya que hay que invertir en establecer el código ético de la empresa, detectar los riesgos, configurar los procedimientos para evitarlos o mitigarlos, y establecer un plan de prevención que incluya desde las funciones del 'compliance officer', hasta cuestiones como el canal de denuncias. Se cree que esta tarea es únicamente para empresas de grandes dimensiones, como bancos o compañías de telecomunicaciones o energía, y que en su caso no reportará ningún beneficio. Por otro lado, muchas empresas consideran la prevención como una limitación a su libertad de gestión.
Sin embargo, creemos que esta visión irá cambiando, pues las nuevas modalidades de mejores prácticas empresariales tienden a adoptar modelos éticos para la toma de decisiones. A tal fin, APAFCV, desde la comisión de Compliance, se está concienciando a nuestros asociados de la importancia de establecer procedimientos de detección y control de riesgos, mediante cursos de formación y conferencias, para que así lo transmitan a sus clientes.
-¿Cómo se están adaptando a las nuevas tecnologías?
-Ni los bufetes ni los clientes trabajamos como antes. Las empresas están inmersas en la transformación digital de sus modelos de negocio, lo que requiere adaptarnos a ellas. Sólo un 7% de las pymes de nuestro país ha llevado a cabo un proceso de transformación digital completo. Según un estudio global realizado por IDC y encargado por SAP, estas organizaciones han ido más allá de un proceso de integración para obtener información en tiempo real que les permita impulsar la optimización de procesos y flujos de trabajo, con el fin de obtener mejores resultados de negocio. Las ventajas están relacionadas con el incremento de las ventas, la reducción de los costes, la facilidad de acceso a la información y la mejora en el servicio al cliente y la productividad de los trabajadores.
De igual modo, se confirma que la utilización de la nube para la implementación ha simplificado la transformación digital para las empresas más pequeñas. Así, dos de cada cinco indica que el despliegue de la primera solución ha sido más fácil de lo esperado inicialmente, o no ha requerido ningún esfuerzo adicional. Asimismo, del informe también se desprende que el 73% de las empresas que han adoptado aplicaciones digitales indican que vieron cumplidas o superadas sus expectativas con respecto a las inversiones en tecnología.
Por último, se confirma que el uso de software colaborativo, así como de aplicaciones de ecommerce y de gestión de las relaciones con el cliente (CRM) está muy extendido entre las pymes. Estas aplicaciones a menudo sirven como puntos de entrada al mundo de la transformación digital.