VALÈNCIA (VP/EP). El Banco de Inglaterra (BoE) ha puesto fin al periodo más largo de aumento de sus tipos de interés, al decretar un mantenimiento de los mismos del 5,25%, la cota más alta desde abril de 2008. Se trata de la primera reunión sin subidas desde noviembre de 2021 y una decisión que no esperaban los mercados.
De esta forma, se interrumpe la secuencia de catorce reuniones consecutivas de incrementos del precio del dinero. No obstante, el instituto emisor ha comunicado que la votación ha estado muy reñida, con cinco de sus miembros a favor de pausar los tipos frente a los cuatro que abogaban por una nueva subida de 25 puntos básicos, en línea con el alza del anterior cónclave.
El Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra estado muy dividido en la toma de sus decisiones. "La política monetaria deberá ser lo suficientemente restrictiva durante el tiempo suficiente para que la inflación vuelva al objetivo del 2% de forma sostenida a medio plazo", ha afirmado el Banco de Inglaterra, que ha avisado de que "podría ser necesaria" un endurecimiento adicional si la inflación persiste.
Aun así, el instituto emisor ha interrumpido la secuencia de catorce reuniones consecutivas de incrementos en el precio del dinero. No obstante, el banco ha comunicado que la votación ha estado muy reñida, con cinco de sus miembros a favor de pausar los tipos frente a los cuatro que abogaban por una nueva subida de 25 puntos básicos, en línea con el alza del anterior cónclave.
En la cita de agosto, el aumento de tipos en 25 puntos contó con seis votos a favor, mientras que otros dos miembros del Comité votaron a favor de elevar la tasa en 50 puntos básicos y uno optó por mantenerla en el 5%, lo que ya apuntaba a la creciente división interna en el órgano de decisión del banco central.
El Comité sigue considerando que los riesgos en torno a la previsión de inflación "están sesgados al alza", aunque en menor medida que en mayo, lo que refleja la posibilidad de que los efectos de segunda ronda de 'shocks' de costes externos sobre la inflación salarial y los precios "tardan más en disiparse que en aparecer".
Así, el Banco de Inglaterra espera que la inflación "caiga de forma considerable en el corto plazo" por la reducción de los precios de los alimentos y bienes y por la menor factura energética, incluso a pesar del reciente alza del petróleo. De su lado, la inflación del sector servicios "permanecerá elevada" en el corto plazo, con la posibilidad, además, de "volatilidad mes a mes".
El mercado laboral da muestras de "suavización" después de que la ratio de desempleo y vacantes siga cerrándose, aunque continúa "ajustado" en términos históricos. La tasa de paro repuntó al 4,3% en julio, por encima de lo esperado.
Por otra parte, el banco central prevé que el producto interior bruto (PIB) del Reino Unido crezca "ligeramente" en el tercer trimestre de 2023, mientras que avisa de que el crecimiento durante los seis primeros meses del año es "probable" que haya sido "más débil de lo anticipado".
Informe elaborado por Julian Abdey, Justin Toner, y Damien J. McCann