Javier Mansilla, candidato del PSPV en Manises, y Héctor Troyano, candidato del PP en Vilmarxant.VALÈNCIA. ¿Dos años para cada uno?. Es la oferta que ha lanzado Compromís al PSPV en Manises para repartirse la alcaldía. La respuesta socialista desde el principio consiste en pedir los cuatro para su candidato, Javier Mansilla. En esa misma tesitura se encuentran ambas formaciones en la localidad de Quatretonda, en la Vall d´Albaida; o en Vilamarxant, en la comarca de Camp de Túria, entre PP y Ciudadanos. La vara de mando y, sobre todo, la distribución de concejalías se están convirtiendo en dos escollos que alargan las negociaciones y hacen peligrar acuerdos antes del sábado.
La clave del conflicto lo constituye la lógica con la que cada formación observa las negociaciones. En Manises el actual alcalde de Compromís, Jesús Borrás, ha quedado tercero en votos y ha empatado, aunque con menor número de escaños, a cinco concejales con el PSPV. El punto de vista de su coalición consiste en que a igualdad de ediles, reparto de dos años de vara de mando. Cuentan con el soporte de Podemos.
En cambio, la perspectiva socialista resulta diferente. Han estado ocho años respaldando a Compromís por la premisa de impulsar a la máxima responsabilidad local al aspirante que más sufragios haya cosechado de los partidos del Botànic. En 2015 incluso le dieron la alcaldía, ya que ganó aquellos comicios el PP. En 2019, aunque no votaron a Borrás para que alcanzara la vara de mando (no lo necesitaba porque era el vencedor electoral), entraron posteriormente en el gobierno siguiendo la citada estela botánica.
Ahora han superado en votos a Compromís y reclaman un quid pro quo, de manera que la formación valencianista otorgue su apoyo al alcaldable socialista, Javier Mansilla, para que dirija Manises por cuatro años.
En esa disyuntiva se encuentran las dos formaciones a apenas dos días del pleno de investidura del sábado. Si no se ponen de acuerdo, Susana Herráiz, la candidata del PP, se sentará en el sillón presidencial al encabezar la lista más votada. Cuenta con seis concejales, a los que podría sumar los cuatro de Vox. Se quedan, juntos, a uno de la mayoría absoluta.
Una tesitura similar se produce en Quatretonda, municipio de alrededor de 2.500 habitantes ubicado en la comarca montañosa de la Vall d´Albaida. El PP ganó las elecciones por cinco votos (566 a 559) a Compromís, que en la actualidad ostenta la alcaldía en la figura de Aina Benavent. Ambos partidos empatan a cuatro concejales.
La coalición compromisaria ha perdido un escaño, que ha ido a parar al PSPV, lo que le ha permitido subir de dos a tres. Compromís le propone reeditar el pacto de alternancia de 2015, que no supuso precisamente el comienzo de una gran amistad política.
Por su parte, la formación socialista reclama los cuatro años y ofrece concejalías de gobierno a su hipotético socio. Únicamente han mantenido una reunión que se ha saldado con esa discrepancia de punto de partida. Compromís espera una llamada para seguir negociando. Si no llegan a un acuerdo el popular Justo Oltra será alcalde.
También podrá levantar la vara de mando Héctor Troyano -salvo que PSPV y Compromís decidieran apoyar a Ciudadanos- en Vilamarxant. La mayoría absoluta se sitúa en nueve concejales en este municipio de la comarca de Camp de Túria. El PP contará con siete; Ciudadanos, con el alcalde local, Xavier Jorge, a la cabeza, ha obtenido cinco en los pasados comicios. Completarán el pleno a partir del sábado el PSPV, con tres ediles, y Compromís, con dos.
En el mandato que está a punto de extinguirse han coexistido en el gobierno municipal, con más discrepancias que similitudes en el tramo final, PP y Cs. Ambos han mejorado resultados. El primero puede gobernar en minoría o asegurar la investidura recibiendo los votos del segundo. Mientras, Ciudadanos, que quiere mantener la vara de mando, cuenta con las simpatías del PSPV, pero necesitaría también las de Compromís si no sellara un acuerdo con el PP.
Por cierto, Troyano, el alcalde más joven de la Comunidad Valenciana en 2019 con 23 años, ocupa el último lugar, el 15, en la candidatura del Partido Popular al Congreso por la provincia de Valencia. Entrar en esa selección, aunque sea en un puesto casi testimonial, supone un espaldarazo por parte de su formación en la antesala de que se vote su investidura.
En casi idéntica situación -de refuerzo por parte de la dirección del partido- se halla la alcaldable del PP en Tavernes de la Valldigna, Eva Palomares, que, con ocho concejales, ha quedado a uno de la mayoría absoluta en un pleno que comparte con PSPV, Compromís y EU que, conjuntamente, suman nueve. Como en los casos anteriores, las cuestiones personales, más allá de las consignas de un Botànic en extinción, decantarán la balanza el sábado.
Por el contrario, José Vicente Anaya, con una nueva mayoría absoluta, no sufrirá para ser proclamado alcalde de Ayora mientras inicia la campaña al Congreso de los diputados como número 11 en la candidatura del PP. Sus posibilidades de lograr acta de congresista resultan casi tan remotas como la del hasta el sábado alcalde de La Llosa de Ranes, Evarist Aznar (octavo en ese elenco) o las de la docente y posible alcaldesa de Buñol en un ayuntamiento muy fragmentado, Virginia Sanz (décima en la lista).
O incluso del candidato del mismo partido en Quart de Poblet, Raúl Esteban, cuya designación por la dirección regional provocó una fractura en la agrupación y que, pese a sus discretos resultados, ocupará el puesto 13 en la misma candidatura.
Para estos líderes locales que andan más pendientes de negociaciones y de la inminente configuración de los plenos, entrar en la candidatura al Congreso por parte del PP, aunque lo hagan en lugares sin opciones teóricas de escaño, constituye ya un premio.
En cambio, la alcaldesa de Navarrés, Estela Darocas, cuenta con bastantes más posibilidades de debutar en el Senado al quedar situada en el segundo lugar de la lista por la provincia de Valencia. Como suplentes suyos figuran de uno la futura alcaldesa de Requena, Rocío Cortés, y de dos Vicente Montó, alcalde de Macastre. Un trío de primeros ediles de municipios de interior. Como lo es Benavites, cuyo máximo munícipe, Carlos Gil, no solamente ha revalidado su mando, sino que tiene oportunidad de ejercer de congresista al emerger en el número cinco de la candidatura del PP al Congreso.
