VALÈNCIA. Avaesen es la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía. Reúne un ecosistema de 300 agentes públicos y privados, de los cuales 160 son empresas de energías renovables, ciclo del agua, gestión de residuos y ciudades inteligentes, con una facturación total de 4.500 millones de euros y englobando 7.500 empleos verdes. Un cluster cleantech que ha conseguido movilizar 258 millones en 2022 para impulsar las Smart cities en la Comunitat.
Hablamos con su CEO, Bianca Dragomir, para conocer el papel de los ciudadanos en la transición energética y el empoderamiento de los consumidores por el boom del autoconsumo y de las Comunidades Energéticas Locales (CELs).
-¿Por qué las ciudades son claves en la transición energética?
Porque cada vez el mundo está más urbanizado. Y porque las ciudades representan solo el 2% de la superficie de nuestro planeta, pero concentran casi el 70% de las emisiones de carbono de todo el mundo. En clave cambio climático, representan el problema. Pero también son la solución. Debemos mirar las ciudades como anclas para dar respuesta a los mayores retos de la humanidad, la transición energética, por ejemplo. Las ciudades son laboratorios de innovación y de nuevas ideas, dónde testamos nuestro futuro sostenible.
En este contexto, hacer una gestión eficiente de los recursos en las ciudades y fijar bien el foco de la innovación, es fundamental. Y ahí es donde entran en juego las smart cities.
-Habéis creado un Think Tank Smart Cities que lidera el ecosistema de ciudades inteligentes en la Comunitat ¿Cómo trabajáis en este proyecto?
Trabajamos poniendo a las personas en el centro porque son las personas quien son el corazón de las ciudades. Y con una mirada alejada de la mera digitalización porque asociar digitalización a ciudades inteligentes sería reduccionista. En el Think Tank ponemos el foco en la integración de estos servicios digitalizados, unimos los retos de la transición energética a la digital, ponemos la innovación social y la calidad de vida como base y la tecnología al servicio del ciudadano.
Y es una labor importante porque desde el principio vimos un gran desconocimiento del concepto “ciudad inteligente” ya que cuando a la gente le hablas de Smart cities inmediatamente piensa en una ciudad con coches voladores y no es así. Una Smart city es una ciudad o municipio que gestiona de un modo eficiente sus recursos para mejorar la vida de los ciudadanos, gracias a la tecnología.
Descubrimos una necesidad que había que cubrir: precisamente la distancia entre lo que los ayuntamientos necesitaban (y que muchas veces no eran conscientes de sus carencias realmente) y las soluciones y los nuevos modelos de negocio de proximidad. Lo veíamos tan claro, que las soluciones estaban tan cerca, al alcance de la mano, pero al no verlas llegar a esa solución por ellos mismos era complicado. Desde nuestro cluster cleantech tendemos puentes entre los alcaldes y los directivos de las empresas para que la innovación llegue al mercado. Es decir, a un reto de cualquier municipio, facilitar una solución real, factible y de proximidad.
Actualmente trabajamos conjuntamente con 235 ayuntamientos, empresas y centros de conocimiento que son los que componen este ecosistema de Smart cities de la Comunitat. Es un viaje de innovación colaborativa.
¿Y eso cómo lo articuláis?
Uniendo problema con solución y con financiación, lo que, si me permites la expresión, se trataría de la santísima trinidad de cualquier smart city. Y ofreciendo herramientas dependiendo del nivel de avance del municipio en cuestión.
Digamos… que es gradual. Es decir, que hay varios pasos para ser un municipio inteligente. ¿Es así?
Eso es. El primer paso es saber en qué momento te encuentras como municipio. Es decir, es como ir al médico, si no sabes que tienes una dolencia tampoco sabes qué pautas seguir para sanar. Necesitamos un diagnóstico: una foto fija que les dé información a los ayuntamientos sobre en qué punto de desarrollo inteligente se encuentra una ciudad, independientemente de su tamaño.
Así las cosas, la primera herramienta es el índice smart city, que desarrollamos con el apoyo de la Conselleria de Innovación, Univesidades, Ciencia y Sociedad Digital. Que no es más que una encuesta prolija y profunda que los ayuntamientos han de cumplimentar a través de nuestra página https://www.thinksmartcity.es/registrate/ donde el municipio puede solicitar adherirse para obtener su autodiagnóstico, algo totalmente gratuito.
Así, el municipio conseguirá un diagnóstico de cómo está en diversas áreas como transición energética, transición digital, innovación social y ciudadanía y calidad de vida.
En los dos años que llevamos con la iniciativa se han adherido más de 80 ayuntamientos en toda la Comunitat. Estamos especialmente contentos, claro, de los pequeños, porque cualquier ayuntamiento con independencia del número de habitantes puede ser más eficiente, más sostenible, mejor. Es el caso de Bellús, con una gestión selectiva de residuos con una población de poco más de 300 habitantes, o Rafal, en Alicante que, con una población de 4.500 habitantes, ha conseguido identificar sus puntos de mejora e implementar un plan de emergencias pluviales en cuestión de semanas.
El siguiente paso es la Guía Smartcities, una hoja de ruta más amplia en las que cruzamos retos, solución y financiación. Es una fórmula de colaboración público-privada que funciona porque moviliza las inversiones en las ‘transiciones gemelas’ (energética y digital). De este modo, al conocer los retos con sus soluciones pueden canalizar sus licitaciones y acometer obras de calado en el territorio que impacten en la vida de las personas. Y son mejoras que se hacen con dinero público, con los impuestos de todos, y que, además, facilitan que la rueda de la economía siga girando en la Comunitat. Gracias a estos tres elementos: reto, solución y financiación hemos conseguido movilizar desde Avaesen el año pasado 268 millones de euros para impulsar el desarrollo de ciudades inteligentes.
¿También conectáis a los emprendedores a los retos de la transición energética en las ciudades?
Por supuesto, llevamos la innovación en el ADN. Es el caso de Aldea Energy, el Netflix de la energía, que es un Saas en que puedes acceder a energía limpia por una cuota de suscripción. También Crowmie, una start up que se dedica al crowdfunding para crear CELS a través de criptomonedas. Ambas iniciativas fueron finalistas de la competición Climate Launchpad en 2022, la competición de ideas verdes más relevante a nivel internacional en el que Avaesen representa a España. Y más concretamente, Crowmie fue la start up ganadora de The Next Web 2023.
¿Desde su experiencia, en qué grado están avanzando las ciudades en la transición energética en la Comunitat Valenciana? ¿Vamos por el buen camino?
Estamos en plena revolución energética y vamos a buen ritmo, pero todavía falta mucho. Hay un gran apetito de transformación y se están dando todos los ingredientes. El contexto de crisis energética, el calentamiento global, la invasión de Ucrania, los cambios regulatorios (lentos) en el sector… A todo esto se suma, que cada vez nos encontramos con un perfil de ciudadano más informado, más socialmente comprometido, que quiere saber la procedencia de las fuentes de energía en el mix energético y como ahorrar en su factura de luz. Desde la pandemia a esta parte, la sociedad ha entendido el poder de cosechar el sol en su tejado. También porque la legislación se ha flexibilizado y porque las materias primas (los paneles) se han abaratado.
Instalándose estos paneles en los tejados de sus viviendas individuales o en las cubiertas de una propiedad de vecinos, dependiendo de la modalidad, pueden llegar a tener ahorros de su factura de la luz hasta el 40% sin almacenamiento y más del 70% con sistemas de almacenamiento. Ahora mismo, estamos viendo que las CELs se están multiplicando en la Comunitat Valenciana. De hecho, lideramos la creación de CELs en la Comunitat Valenciana en toda España, con más de 60 CELS en los últimos dos años. Y todo ello pasa en las ciudades.
Y si la Comunitat es pionera de gestión energética con más de 60 CELS ¿Cómo continuar? ¿Qué queda por hacer?
Multiplicar. Necesitamos poner la energía en manos de la ciudadanía y además hacerlo con velocidad.
Las CELs permiten generar, consumir y compartir la energía entre varios ciudadanos, edificios terciarios, públicos, colegios o cualquier edificio situado a una distancia a menos de dos kilómetros. Aquí papel de los municipios es fundamental porque los ayuntamientos pueden poner paneles sociales en las cubiertas de sus edificios y ponerlas al servicio de sus ciudadanos. Un buen ejemplo de esto es el municipio de Buñol, cuyo proyecto de autoconsumo colaborativo con Senda contempla el uso de espacios públicos para generar energía renovable a través de instalaciones fotovoltaicas en los tejados de propiedad municipal como son el pabellón deportivo, los colegios (educación primaria) y la sala polivalente El Mercado. El ahorro estimado es del 40%.
Precisamente para replicar este modelo y acelerar el movimiento de las CELs en la Comunitat, desde Avaesen en colaboración con la Vicepresidencia Segunda de Vivienda y Arquitectura Bioclimática de la Generalitat Valenciana, hemos lanzado el primer mapa interactivo de CELs de España en el que pinchando sobre las comunidades energéticas mapeadas, obtienes toda la información y puedes adherirte a ellas o crear tu propia CEL. En esta ambición de poner la energía en las manos de la gente, desde Avaesen hemos impulsado la primera Aceleradora de Comunidades Energéticas Locales donde cualquier persona, municipio, polígono industrial, comunidad de vecinos, administradores de fincas o empresa puede participar.
En 2023 seleccionaremos a 6 comunidades energéticas locales para mentorizarlas y darles formación en todas las áreas que deben conocer. El plazo de admisión finaliza el 16 de mayo y las solicitudes se pueden realizar en https://www.plazaenergia.es/aceleratucel/
Avaesen es la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía. Reúne un ecosistema de 300 agentes públicos y privados, de los cuales 160 son empresas de energías renovables, ciclo del agua, gestión de residuos y ciudades inteligentes, con una facturación total de 4.500 millones de euros y englobando 7.500 empleos verdes.
Bianca Dragomir es CEO de Avaesen desde 2013. Es asesora de la Comisión Europea, fundadora de Clusters of Change y recientemente ha sido nombrada European Cluster Manager of the Year.