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VALÈNCIA. Los trabajos arqueológicos de intervención en el refugio antiaéreo localizado bajo el CEIP Sant Vicent Ferrer de Llíria han finalizado esta semana. Este proyecto, impulsado por la Concejalía de Memoria Democrática, trata de recuperar y poner en valor esta estructura que tenía como finalidad proteger a la población civil en caso de bombardeo aéreo durante la Guerra Civil española.
Las actuaciones desarrolladas en esta fase han tenido un coste de 12.400 euros, y la dirección ha sido realizada desde el departamento de Arqueología del Ayuntamiento edetano. El refugio, una de cuyas entradas fue descubierta durante las obras de mejora del colegio, es uno de los que mejor estado de conservación presenta en Llíria.
Se trata de una galería de unos 100 metros de recorrido aproximadamente, lineal y de norte a sur, pasando por debajo de los dos edificios que forman la escuela. Esta galería, de entre 80 y 90 cm de ancho y entre 1,70 y 1,90 m de altura, está picada a mano en el terreno geológico natural, formado por capas de caliza fosilífera, denominada caracolito, muy sencilla de trabajar, y de margas arcillosas muy blandas.
Cuenta con cuatro entradas, con unos cuarenta escalones de hormigón encofrado cada una, compartimentadas en tres tramos que forman una S para evitar las ondas expansivas de las bombas en caso de ataque de la aviación. Tres de estas entradas dan hacia la avenida dels Furs, que salen al patio de la escuela -dos de ellas localizadas entre el bloque sur, y una tercera entre los dos edificios-, mientras que una cuarta tiene acceso desde la calle Sant Vicent.
El refugio, que se construyó después de que el colegio, excavando en mina por debajo de él, se encuentra situado en unos ocho metros por debajo de la superficie actual, lo cual garantizaba su estabilidad en caso de bombardeo. Además, la forma de la galería, acabada en vuelta, asegura también que pueda soportar sin problemas todo el peso descargado encima.
Por los datos con que se cuenta hasta el momento, se cree que se empezó a construir hacia el primer tercio del año 1938, cuando el actual CEIP Sant Vicent se convirtió en hospital, para atender a las personas heridas de guerra que llegaban del frente. Debió de ser impulsado por la Junta de Defensa Pasiva, y construido por la misma población liriana para la defensa, en principio, del hospital militar, puesto que existen varios refugios públicos y privados por todo el casco urbano. El refugio, con bastante seguridad, no se finalizó, puesto que se abandonó su construcción al acabar la guerra en 1939. Tampoco llegó a ser utilizado nunca, ya que el casco urbano de Llíria no llegó a ser bombardeado por la aviación, salvo una bomba caída en la calle del Pic.
La concejala de Memoria Democrática, Consuelo Morató, ha explicado que desde el área "pretendemos finalizar el proyecto de puesta en valor y habilitación del refugio, testigo de la repercusión de la Guerra Civil, para que la ciudadanía pueda visitarlo en un futuro. Este patrimonio histórico puede convertirse en un atractivo turístico más de la ciudad, dedicado a recordar los esfuerzos de la población civil para protegerse de la guerra y de sus horrores, un hecho que nos parece muy lejano, pero que ahora lo podemos encontrar a las puertas de Europa, con la guerra en Ucrania".