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entrevista al portavoz de vox en les corts

José María Llanos: "Mazón juega a quedar bien con quien nunca le va a votar"

Foto: KIKE TABERNER
25/06/2024 - 

VALÈNCIA. José María Llanos ha sido un nombre permanente desde que nació Vox en Valencia. Fue uno de sus primeros afiliados y desde sus inicios ha ido ocupando diversos cargos orgánicos mientras la estructura se asentaba en la provincia y en la ciudad. En 2019, cuando la formación entró por primera vez a Les Corts, pasó a ser diputado autonómico. Y su protagonismo ha ido fluctuando en función de las corrientes que más peso tenían en la dirección nacional. Desde hace medio año es portavoz en el Parlamento autonómico en sustitución de Ana Vega, algo que niega que se deba a que pertenezca al ala dura del partido. Sonó para conseller, pero ahí se quedó. Desde la Cámara, señala que se siente "más libre" y que seguirá batallando por aquellas cuestiones más ideológicas aunque moleste a su socio de Gobierno, el PP. 

-¿Cómo valora el primer año de gobierno de coalición PP-Vox?
-Nuestro balance es moderadamente positivo. Creemos que queda mucho por hacer, lógicamente. Por lo que respecta a nuestro partido, nosotros lo que queremos es aplicar nuestro proyecto político y hemos conseguido ya bastantes cosas. Siempre hemos defendido que había que limpiar de la sociedad valenciana la doctrina partidista de la izquierda, esa idea de que los que defienden a las personas son ellos cuando lo que pensamos que hacen es igualar por abajo. Y desde luego traer la libertad. En todo eso se han dado ya pasos importantes, como la ley de Libertad Educativa, la ley de Concordia que iguala en derechos a todas las víctimas de violencia y los avances fiscales con la reducción de impuestos. Obviamente, estamos en un gobierno de coalición y no se puede aplicar todo nuestro proyecto, pero la marca de Vox se está notando.

-¿Dónde se ha notado especialmente esa marca?
-En Galicia y en Andalucía, donde el PP gobierna en solitario, la ley de Memoria Democrática está vigente. Eso es marca Vox. 

-¿Es el PP con que el gobiernan el PP que esperaban encontrarse?
-Evidentemente, es mejor que si no nos necesitaran para gobernar. A las pruebas de Galicia y Andalucía me remito, o a la oposición blanca que tienen a nivel nacional extendiéndole la mano siempre a Pedro Sánchez y rechazando acuerdos con nosotros. Aquí que nos necesitan están siendo leales con el pacto. Eso no quita que haya tiras y afloja en maneras de interpretar, en momentos puntuales y en cosas en las que vamos a seguir estando en desacuerdo. 

Foto: KIKE TABERNER   

-¿Ha habido algún tema en el que ya se hayan sentido 'traicionados'?
-Pues no traicionados, pero por ejemplo en la idea de acabar con la ideología de género. Es una construcción artificial de la izquierda. Y con la ley de Banderas. Nosotros, como saben, creemos que no se puede hacer partidismo ni con la condición sexual ni con la raza ni con las ideologías ni con la fe. Sin embargo, el PP y Mazón juegan en este tema a quedar bien no sabemos con quién. Siempre juegan a quedar bien con quien nunca les va a votar. Es el partido que, con su conducta política, más alejado está de sus votantes. Y es el caso de la bandera LGTBi. 

En la Constitución hay una artículo que nos iguala a todos los españoles, está el Código Penal y la legislación vigente para perseguir a quien ataca por la condición sexual y por cualquier causa a una persona. Y está la ley de Banderas, que dice que sólo pueden ondear en los edificios públicos las banderas que nos representan a todos. En nuestro caso, es la nacional, la Senyera y la europea. Nosotros hemos presentado un escrito pidiendo la nulidad de la resolución de la Mesa de Les Corts para colgar la bandera LGTBi en la fachada porque atenta contra la jurisprudencia y la ley, y el PP insiste en que la va a poner. No creo que eso defienda más a los homosexuales que defender la igualdad de todas las personas. 

"El colectivo LGTBI tiene derecho a reclamar frente a lo que consideran discriminación; lo que ocurre es que nosotros pensamos que esa discriminación no existe"

-¿Tanto les molesta la reivindicación de derechos por parte de este colectivo?
-No nos molesta en absoluto que nadie reivindique sus derechos. Los ancianos tienen derecho a reivindicar más asistencia social, los menores tienen derecho a reivindicar una buena educación, las mujeres tienen derecho a tener una protección, al igual que los hombres. Y los homosexuales tienen derecho a reclamar frente a lo que consideran discriminación. Lo que ocurre es que nosotros pensamos que esa discriminación no existe. Existen agresiones, que tienen la cobertura legal y el Código Penal para ser denunciadas. Lo que hay que hacer son políticas eficaces en defensa de todos, pero no vemos que sea necesario hacer esas individualizaciones. Porque siempre dejas gente fuera. Muchos homosexuales no se sienten representados por esos colectivos. 

-¿Realmente piensan que ahora mismo no existen discriminaciones por la condición sexual?
-Sí. Si hay persecución es por parte de personas que no creen en la igualdad. Pero en España, cumpliendo la legislación vigente que ampara a todos, no creemos que exista esa discriminación. 

Foto: KIKE TABERNER   

-Es evidente que existe una diferencia de estrategia entre Les Corts y el Consell en lo que a Vox respecta. En el Parlamento autonómico llevan iniciativas, digamos, más ideológicas y molestas, mientras en el Consell evidencian un poco más la unidad. ¿Es su manera de enseñar la patita?
-No. Y no es una estrategia. Pero un Gobierno requiere de una unidad. Nuestros consellers manifiestan lo que piensan y si hay una acción de Gobierno, siempre que no vaya en contra de la política de Vox, se tiene que ver esa unidad. En el grupo parlamentario nos sentimos más libres. A quien han elegido los valencianos es a los diputado de Les Corts. Nosotros hacemos política como hemos hecho desde la oposición cuatro años. Cuando vamos a presentar iniciativas las comentamos con el PP. Y en algunas seguimos adelante y en otras pues negociamos que tal vez no sea el momento oportuno de hacerlo. Pero yo me siento más libre como grupo parlamentario que un conseller que no puede salir todos los días a decir "en esto nos entendemos solo al 50%".

-¿Ha habido algún ejemplo reciente de eso? ¿Alguna iniciativa que se les haya quedado pendiente?
-Yo mismo presenté hace unos meses una iniciativa sobre la convalidación de los títulos de valenciano otorgados por Lo Rat. El PP está jugando con la AVL y nosotros respetamos la legalidad. El PP blindó la AVL y es difícil cambiar las cosas. No podemos quitarle la oficialidad a la AVL pero sí pedimos que lo que era legal vuelva a serlo. Al PP no le apetece mucho, pero esa PNL está registrada y se va a defender. 

"Yo me siento más libre como grupo parlamentario que un conseller que no puede salir todos los días a decir: 'en esto nos entendemos solo al 50%'

-Cree que aquí en la Comunitat Valenciana Vox quiere demostrar una mayor estabilidad que en otras CCAA en su relación con el PP?
-Creo que a veces se especula más que lo que es la realidad. No lo pienso. Pero lo que sí es cierto es que fuimos los primeros que llegamos al pacto. Quizá por eso podamos ser paradigmáticos. Algunas comunidades tardaron bastante y viendo nuestro caso y que nos podíamos entender se favorecieron otros acuerdos. Pero no había un plan. Ya nos gustaría. Los valencianos muchas veces echamos de menos más presencia de nuestros líderes o más repercusión a nivel nacional. 

-¿Cómo se proyecta precisamente eso con Madrid, el centro de todo?
-Creo que lo estamos haciendo. En fin, el hecho de que el gobierno funcione, el hecho de que nos entendamos, no es fácil. No es fácil sobre todo cuando tenemos una oposición como la que tenemos. Y lo estamos haciendo sin grandes alardes. Tenemos tres consellerias que quizás no tienen un gran presupuesto, pero sí tienen un importante peso a nivel autonómico, como son Cultura y Deporte, Justicia e Interior y Agricultura, Ganadería y Pesca, y se está trabajando bien. Y eso lo está viendo Nacional. Nuestro vicepresidente forma parte del Comité Nacional del partido y también nuestra presidenta de las Cortes. De alguna manera ganamos puntos. No se trata tampoco de hacer una carrera con nuestros compañeros de otras autonomías, pero sí que es cierto que como valencianos, pues sí que nos gusta que en Madrid, en Nacional, se reconozca la labor que estamos haciendo tanto desde el grupo como desde el Gobierno, y que eso cada día tenga más repercusión.

Foto: KIKE TABERNER   

-Carlos Mazón trata de llegar a acuerdos con la oposición. Ahora se ha acercado a Compromís con la ley de Tracte Just para defender la financiación. ¿Cómo lo llevan?
-Mazón es un hombre dialogante, es un político con experiencia, sabe manejar los tiempos y sabe cómo plantear las cosas. Nuestro vicepresidente también es un hombre muy cordial y entre ellos se entienden muy bien. En los acuerdos con la izquierda, nosotros hemos dicho a nivel nacional que el Gobierno del PSOE es ilegítimo (no ilegal) porque se mantiene en el poder gracias al apoyo de unos delincuentes a los que ha absuelto por una ley preparada para que le apoyaran. Así que pensamos que con este PSOE no se puede ir ni a la vuelta de la esquina. ¿Con Compromís? Bueno, pues yo creo que Mazón, siguiendo esa línea, entiendo yo, de apertura, y teniendo en cuenta que Compromís está de capa caída, está intentando llegar a los mayores consensos que pueda y eso nos parece en principio positivo. 

Otra cosa es sobre qué consensos. Desde Vox durante cuatro años hemos aprobado y seguimos aprobando iniciativas de Compromís. Ellos nunca han apoyado una nuestra. Por lo tanto, llegar a un acuerdo con Compromís sobre un contenido que nos parezca bueno, no es ningún problema. En el caso de la financiación, creemos que las compensaciones no solucionan nada porque el que tiene unos privilegios va a querer más, y lo que hay que hacer es una reestructuración del sistema fiscal aplicable a nivel nacional. Y luego hay otra proposición de ley que va para este pleno, que es la de accesibilidad universal, que también tiene criterio positivo del Consell y la vamos a estudiar. En principio parece que el PP y Compromís se han puesto de acuerdo. 

-Precisamente con el tema de la financiación, ustedes evitan entrar en los grandes acuerdos sobre agenda valenciana. ¿No les puede penalizar?
-Nosotros no hacemos cálculos electorales porque no nos dedicamos a hacer carrera política. Hemos venido para defender un mensaje, un programa y unas ideas nos voten o no nos voten, por lo que la cuestión de penalizar no la entendemos. En el tema de la financiación, hemos reconocido siempre que hay una discriminación hacia la Comunidad Valenciana porque los parámetros que se aplicaron nos perjudicaron. Lo que no reconocemos es una deuda histórica que es realmente ficticia. ¿Cuál es la solución? Nosotros creemos que no pasa por hacer tratos distintos según comunidades autónomas. Si a nosotros se nos da más, los del cupo vasco, el concierto navarro, Galicia y Cataluña, que tienen privilegios especiales, van a pedir más. Y entonces vamos a tener otra vez una desigualdad. Por lo tanto, lo que hay que hacer es cambiar el sistema de fiscalidad de todas las comunidades autónomas, fijar los parámetros más adecuados para cada una de ellas y que el trato sea exactamente igual para todas. Defender la igualdad entre todas no es no defender la nuestra. Es no generar discriminación. 

"El debate sobre la financiación en lugares como el Consejo de Política Económica y Fiscal es institucional; si allí se tiene que pelear, evidentemente lo tendremos que apoyar, otra cosa es que creamos que no es la mejor opción"

-¿En todo ese proceso que se pueda iniciar de reivindicación al Gobierno central, en lo que se hable en el Consejo de Política Fiscal y Financiera de julio, etc. Vox se va a mantener al margen? 
-Nuestra postura es clara, pero lo que es el debate en lugares como el Consejo de Política Económica y Fiscal es institucional. Por tanto, y como formamos parte de un Gobierno, si allí se tiene que pelear, evidentemente lo tendremos que apoyar. Otra cosa es que creamos que esa no es la mejor opción.

-¿Cómo lleva que se le encasille en el ala dura de Vox y que se atribuya a eso que ahora sea el síndic desde hace unos meses en sustitución de Ana Vega?
-Pues no sé, sinceramente... me dio risa. Me dio risa porque a ver, si yo soy el ala dura, se supone que Ana Vega es la blanda. Y yo creo que estamos los dos en la misma sintonía. Recuerdo en el 2014, nada más me afilié a Vox, cuando se nos trataba con indiferencia pero en algún sitio se hablaba ya de nosotros, que un día una amiga me dijo: "Uy José María, nunca pensé que fueras tan radical". Yo creo que soy una persona firme en sus convicciones, y me puedo equivocar. Pero no es una cuestión de radicalidad. Estoy convencido de que en una conversación fuera de la tribuna con prácticamente cualquier persona de las que estamos aquí, si hablamos de los temas que nos interesan a todos, estaremos prácticamente de acuerdo en la base: en defender nuestra familia, en tener un buen trabajo, en tener un buen futuro, en que nadie nos condicione la forma de pensar o la forma de vivir... no me considero a la dura pero bueno, me han llamado tantas cosas... que no me preocupa. 

-Bueno, son interpretaciones que tal vez respondan a los cambios en la dirección nacional, a quién manda y a quien depende de quién y estas cosas que tienen los partidos. ¿Ahora dirige Vox el ala más dura?
-No, no lo creo. Es que de verdad que no pienso que haya alas blandas o duras en Vox. Aquí cabemos creyentes y no creyentes; monárquicos y republicanos; democratacristianos, liberales y conservadores. Eso lo ha dicho siempre Santiago Abascal. No se puede estar al 100% de acuerdo ni en tu casa. El presidente sigue siendo quien es y las personas que están ahí siempre han estado. Ignacio Garriga fue diputado nacional, luego se marchó a Cataluña y ahora es secretario general. Lo que importa es el proyecto. Vox nace como un movimiento social llevado a la política para cambiar las cosas. Por lo tanto, no puede haber un cambio aunque algunas personas estemos hoy en un sitio y mañana en otro. Yo he sido presidente provincial casi nueve años y ahora no lo soy. ¿Se puede decir que Vox Valencia es más o menos radical, más o menos ala dura porque no estoy yo ahí? 

Es verdad que Vox es un partido que creció joven, que llegó a las instituciones relativamente rápido, con bastantes más escaños de los que a lo mejor podríamos pensar y bueno, pues también se acercó todo tipo de gente. Y en los partidos esas cosas pasan. Y aparecen personalismos. Hay gente que venía buscando un sitio y no defender unas ideas. Eso pasa en Vox y pasa en todos los partidos. Lo que pasa es que Vox tiene 10 años y otros partidos 40.

 Foto: KIKE TABERNER   

-Hablando de personalismos, no sé por qué me ha venido a la mente Juanma Badenas. Sabe que dentro de Vox –y también fuera– se le ve como excesivamente personalista. ¿Piensa que lo es? ¿Cómo ve su papel en el Ayuntamiento de València?
-Yo sinceramente del Ayuntamiento no estoy al tanto a diario. A Juanma lo conozco no de ahora, sino desde hace más de 30 años. Yo creo que a lo mejor somos perfiles distintos. Sinceramente, no es lo mismo haber llegado a Vox en el 2014, y haber pasado todo el éxodo, que haber llegado un poco más tarde. ¿Por qué? Pues porque la experiencia es un grado y a lo mejor el haber pasado toda una serie de fases –la indiferencia, los insultos, los ataques, el ser noveles...– digamos que a algunos nos ha dado una forma distinta de decir las cosas cuando en el fondo son las mismas. Juanma es una persona muy formada y muy capaz que creo que está haciéndolo bien en el Ayuntamiento. Desde luego tiene su estilo y yo el mío. Pero ya está. Compartimos todo lo que se hace en el Ayuntamiento. 

-Estaba comentando que lleva desde 2014, desde los inicios. ¿Cómo ha visto la evolución y asentamiento de Vox en València ciudad y en la provincia?
-Hombre, yo recuerdo que en el 2015 sacamos menos votos que el Pacma. Era para coger las maletas y marcharse. Entonces ahora yo siento absoluta satisfacción. Me siento realmente orgulloso de la evolución del partido en Valencia. Sé que no ha sido por mí, pero sé que ha sido conmigo. La unidad de mensaje con Nacional es algo que nos ha traído hasta donde estamos y, por supuesto, mucho trabajo. Por ejemplo, hice lo imposible para que tuviéramos una sede provincial, porque no es lo mismo verte en la calle que en una sede y que la gente pudiera venir y contarte sus problemas.

-Dado que su partido se caracteriza por una estructura totalmente vertical, ¿le gustaría en ocasiones tener más autonomía en la toma de decisiones, tanto a nivel orgánico como, por ejemplo, en Les Corts? ¿O esto de dar cuenta de todo a Madrid simplemente lo han asumido y ya está?
-Bueno, pues sí, claro... Yo soy español hasta la médula, pero amo esta tierra. Soy valenciano y a veces me gustaría que Valencia fuera la primera en todo. Pero, lógicamente, el partido tiene un programa para toda España y la igualdad de todos los españoles está por encima. 

-Usted pronunció una frase al principio de la legislatura, que fue que "la violencia de género no existe y la violencia machista no existe". ¿Se arrepiente o es lo que piensa en realidad pero tuvo que recular por el bien del pacto de gobierno con el PP?
-Yo no reculé, simplemente luego lo expliqué. Creo que el género es un artificio de la izquierda. Sí creo que hay violencia contra las mujeres, por supuesto que la hay. Y que hay más que contra los hombres. Esto es evidente. Pero si hablamos de género, estamos haciendo distingos entre las personas. Si hay más mujeres víctimas, que el peso de la ley caiga sobre los más hombres culpables y que las penas sean más duras, que es lo que está diciendo Vox desde el primer momento. Pero los adjetivos no me gustan, y hablando de género estamos sesgando a la sociedad. Las leyes de violencia de género solamente defienden a la mujer que ha sido agredida por un hombre, pero el género es mucho más amplio. Esas leyes no defiende a las mujeres que han sido agredidas por su pareja mujer o a los hombres que han sido agredidos por su pareja hombre. 

En segundo lugar, cuando dije que no hay violencia machista, yo sí reconozco que hay violencia por machismo, pero es que hay una construcción de la izquierda muy pensada consistente en afirmar que hay violencia machista y, por tanto, el hombre es machista por naturaleza, ergo, el hombre es violento. Y eso es contra lo que nosotros vamos, contra esa construcción artificial. 

Foto: KIKE TABERNER   

-Se puede defender la existencia de violencia machista sin que comporte decir que el hombre es machista y violento por naturaleza. 
-Sí, pero ese es el recorrido que hacen la izquierda. Yo le puedo reconocer que hay violencia por machismo. 

-¿Y qué diferencia hay entre violencia por machismo y violencia machista?
-Cuando se habla de violencia machista, se está diciendo que un hombre machista ejerce violencia sí o sí. Hoy en día hay hombres machistas. Y mujeres. Y usted conocerá a hombres machistas que nunca le han puesto la mano encima a la mujer. Por eso digo que el ser machista no comporta ser automáticamente violento. Y otro que no sea machista sí lo puede ser. Eso es lo que yo quiero transmitir. 

-¿Pero entonces usted reconoce el componente machista en la violencia sobre la mujer? Se lo digo porque en su partido hay quien directamente no lo reconoce.
-Sí, sí, claro. Porque es una superioridad. Es mayor fuerza, significa que la mujer es menos que yo. Claro que sí. Pero no me desdigo. 

"Ser conseller era una posibilidad en un momento determinado. Y sé que no dejé de serlo por las declaraciones que hice. El Gobierno de Mazón quería la paridad y luché por que José Luis Aguirre fuera conseller de Agricultura"

-Se dice que después de esas palabras suyas de entonces no fue conseller de Justicia. ¿Es así? ¿Tenía aspiraciones y no se cumplieron?
-Yo no tenía aspiraciones. Ser conseller era una posibilidad en un momento determinado. Y sé que no dejé de serlo por esas declaraciones. El Gobierno de Mazón quería la paridad y luché por que José Luis Aguirre fuera conseller de Agricultura. Y además... estaría donde el partido me dijera, pero me alegro de no ser conseller porque me siento de alguna manera más libre para hacer la política del grupo en Les Corts, que es para lo que me eligieron los ciudadanos.

-¿Les cuesta llamar dictador a Franco?
-No. Lo que pasa es que yo digo lo que quiero decir, no lo que los demás quieran que diga. A un dictador se le puede llamar dictador, a un sistema totalitario se le puede llamar sistema totalitario. Pero no, la izquierda dice: ahora usted tiene que decir que esto es una dictadura pero los sistemas que yo defiendo, que son dictaduras, son magníficas. Venezuela no es una dictadura para la izquierda, en Irán son majísimos, el Gobierno de Cuba pobrecito... los malos somos los demás, los que defendemos la democracia y eso no puede ser. Yo no voy a entrar en el juego de la izquierda, que es lo que quieren. 

-¿El negarse a entrar en el juego de la izquierda significa no reconocer que Franco fue un dictador?
- No. Significa no entrar en el lenguaje de la izquierda. Decía Orwell que quien domina el lenguaje domina las mentes. Y eso la izquierda lo tiene muy aprendido.

"Franco fue el jefe del Estado de un sistema totalitario"

-No me queda claro si piensa que Franco fue un dictador o no.
-Franco fue el jefe del Estado de un sistema totalitario.

-¿Les gustaría haber llegado más lejos en la ley de Concordia de lo que han llegado?
-La ley de Concordia sale porque Vox está en el Gobierno. Y, hombre, ¿qué nos gustaría más? No sabría decirle ahora mismo... pero yo creo que es adecuada. La norma forma parte del pacto de Gobierno y nos felicitamos de que las dos partes consensuáramos esa cuestión como las otras 49.

Foto: KIKE TABERNER   

-Las elecciones europeas han dejado un escenario novedoso para la derecha que les afecta. ¿Temen la irrupción del partido de Alvise y que les reste votos? ¿Llegan a compartir alguno de sus postulados?
-El problema es que quizá no se nos ha enseñado suficientemente la importancia de Bruselas para España. Y si la gente no es consciente de que prácticamente el 100% de las políticas europeas se aplican directamente –porque son derecho interno– en España, entonces lo que ocurre es lo que dicen los politólogos: que las elecciones europeas son elecciones de segundo nivel y se ven como más lejanas. Eso provoca que a veces se utilicen para un voto de castigo o de hartazgo, para demostrar una disidencia con el sistema. Entonces, bueno, igual que surgió el GIL o igual que surgió el partido de Ruiz Mateos, pues quizás surgen otros partidos que a nivel europeo tienen un voto de cansancio de las políticas clásicas y que, además, tienen más facilidad para obtener escaños porque la circunscripción electoral es nacional y ahí todos los votos cuentan. Pero eso no tiene luego una extrapolación ni a nivel nacional ni autonómico.

Y si compartimos algo, bueno, pues yo, sinceramente, creo que el programa de Alvise, al que conocí siendo asesor de Toni Cantó en Ciudadanos aquí en Valencia, es un poco genérico. Pero sí, es evidente que algunas cuestiones compartimos, como la defensa de la nación. Pero, en fin, no es un tema que nos preocupe especialmente a nosotros.

-Ese voto de hartazgo de las políticas clásicas que mencionaba es el que ustedes quieren acaparar en ese espectro social. ¿Cómo interpretan lo que ha sucedido en lo que a Vox respecta?
-Cuando vota el 49% es muy difícil poder sacar conclusiones y estoy seguro de que nuestro Comité Nacional lo estará estudiando. En cuanto al hartazgo, pues unos nos votarán a nosotros porque tenemos una posición muy firme en Europa y un buen respaldo (hemos subido el 50% del voto y el doble de escaños); y otros, pues bueno, pensando en que son elecciones que quizás quedan un poco alejadas, tal vez quieren llamar la atención de los demás partidos votando a estas nuevas posibilidades que se les plantean. Pero pienso que es coyuntural. 

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