Los acusados del caso Terra Mítica, en el juicio en la Audiencia de Valencia. Foto: EP VALÈNCIA. La Sección Quinta Audiencia Provincial de Valencia emitió el pasado día 6 de marzo un auto en el que daba 30 días naturales a los 17 principales condenados en el caso del saqueo de Terra Mítica para ingresar en prisión. Con la entrada en la cárcel se pone punto y final a más de 13 años de procedimiento judicial. De hecho, el caso Terra Mítica está considerado como el primer macroprocedimiento de corrupción en la Comunitat Valenciana.
En el auto también se acuerda solicitar al juzgado instructor la remisión de las piezas de responsabilidad civil para poder cobrar, así como la devolución del dinero retenido a las personas y sociedades que resultaron absueltas.
Entre las 17 personas que deberán entrar en la cárcel el 7 de abril destacan los ‘cerebros’ de la trama Vicente Conesa, condenado a 23 años y 10 meses; Antonio Vicente Moreno Carpio, con una pena de más de 34 años, y José Luis Rubio, también condenado a más de 34 años.
Junto a ellos entrarán en el presidio otros nombres propios de la trama como Juan Carlos Moreno Carpio, que deberá cumplir casi once años de prisión; el exdirector técnico de Terra Mítica Antonio Rincón, condenado cinco años y diez meses de prisión por estafa y falsedad, y el exresponsable de contratación y cuñado de Eduardo Zaplana cuando sucedieron lo hechos Justo Valverde, con la misma condena que Rincón.
Tal y como explicaba la sentencia de la audiencia ratificada por el Tribunal Supremo, fue Vicente Conesa la persona que a través de sus empresas logró tres suculentos contratos para encargarse de la jardinería del parque. Dichos contratos ascendían a más de 1.500 millones de las antiguas pesetas (9 millones de euros). A través de facturas falsas se desvió dinero del parque, lo que supuso una estafa al erario.
Pero no contento con eso, Conesa no solo se quedó con los contratos, sino que fue la persona que hizo todo el proyecto de jardinería y que ejecutó la obra nombrándose a sí mismo gerente de jardinería, un cargo que nunca existió. Y era a través de dicho cargo que podía hacer y deshacer a su antojo.
El Supremo validó la forma de robar dinero público que según la sentencia de la Audiencia la comenzó Vicente Conesa, quien concertó con los entonces directivos de Terra Mítica Antonio Rincón y Justo Valverde "un sistema mediante el cual Conesa presentaba para las obras del parque, a través de sus empresas, precios superiores al verdadero coste de las mismas, lo que le generaba un importante beneficio, y por otro lado, facturaba servicios, suministros, participación en proyectos y trabajos de jardinería que no se habían realizado o los habían ejecutado otras empresas".
Y para que todo pareciera correcto, Valverde y Rincón firmaban las facturas que les entregaba Conesa. Unos gastos que el fallo aseveró que "en ocasiones no estaban amparados por contrato, y las facturas, elaboradas de una forma totalmente genérica, daban cobertura al pago de trabajos que no se habían realizado".
Junto a los principales imputados, también vieron sus elevadas penas los empresarios Antonio Vicente Moreno Carpio, José Luis Rubio y la mujer de Vicente Conesa, Matilde Ripoll (8 años de cárcel). Ahora, todos tienen un mes para entrar en la cárcel.
Estos empresarios entraron a formar parte del entramado corrupto gracias a Vicente Conesa. Ninguna de sus empresas se había dedicado nunca a temas de jardinería, pero hicieron facturas falsas como proveedores de jardinería del parque llegando a crear tres tipos de niveles de empresas para defraudar a Hacienda.
Los niveles se crearon para pasar las facturas de unas empresas a las otras y así ir acumulando dinero y, la consecuencia directa de ese trasiego de facturas era la estafa, pues el parque acababa pagando más dinero por cada servicio que le prestaban. Llegando a abonar cantidades astronómicas por servicios que jamás fueron prestados.
Sobre Matilde Ripoll, esposa de Conesa, decía el Supremo pese a reducirle la pena, que "pese a que la tesis sostenida, de forma brillante, por su defensa, fue que la misma simplemente era un ama de casa, que confiaba plenamente en su esposo, y que ignoraba todas y cuantas actividades éste llevaba a cabo, el conjunto de la prueba practicada nos revela una situación diferente", y añaden que "hay poderosos indicios de que Matilde Ripoll conocía y apoyaba el proceder de su marido, así como que se beneficiaba del mismo, participando con actos necesarios para el desarrollo de las ilícitas actividades de aquél".
