Hoy es 5 de octubre
VALÈNCIA. "Pactos del sonrojo". Con ese calificativo resumía la portavoz del PSPV en Carcaixent, Sara Diert, el acuerdo alcanzado por el equipo de gobierno del PP con Compromís para aprobar, con el apoyo implícito de la abstención de Vox, los presupuestos de la localidad.
Ha sido el ataque más directo, aunque no el único entre los principales socios del Botànic I y II que ya no tienen el III al ganar el PP las últimas elecciones autonómicas y dirigir la Generalitat. Quizás esa falta de un liderazgo regional cohesionador y el fragor de la campaña electoral al Parlamento Europeo han contribuido a dejar en evidencia las diferencias entre Compromís y PSPV.
Si en Carcaixent fue el grupo socialista quien arremetió contra el compromisario, en Alfarb ha ocurrido lo contrario. La decisión del primer edil, el socialista Raúl Mínguez, respaldada por su agrupación aunque repelida por su formación en la comarca, de someter a referéndum no vinculante -con respaldo del Consejo de Ministros- el cambio de la última letra del topónimo municipal provocó el rechazo de su socio de gobierno.
Los cuatro concejales de Compromís -formación que en el anterior mandato varió a última hora la denominación de Alfarp por Alfarb- acusaron, primero, a Mínguez de generar polémica. A continuación llamaron a la no participación en el referéndum; y, cuando se supo al abultado triunfo por 452 votos de recuperar el anterior nombre mientras 27 respaldaban el nuevo -la población apenas supera los 1.600 habitantes-, lo desacreditaron afirmando que “la abstención deslegitima el referéndum”.
En cualquier caso, el primer edil decidió llevar a cabo una medida que formaba parte de su programa electoral, como justificó desde el primer momento. Ahora falta saber qué hará una vez conocido el apoyo mayoritario al cambio de este referéndum no vinculante -calificativo que recuerdan sus detractores-.
“Todavía no hemos tomado una decisión”, señala a Valencia Plaza Mínguez, al que el PP apremia a volver a Alfarp mientras que desde Compromís y la dirección comarcal del PSPV subrayan que la Academia Valenciana de la Lengua (AVL) acredita el topónimo Alfarb.
Tanto esta población como Carcaixent se hallan en la comarca de Ribera, al igual que Favara, aunque en este caso en la Ribera Baixa. En este término municipal cercano a Cullera gobierna el PP en minoría tras un pleno que se produjo por la renuncia del anterior alcalde de Compromís, José Francisco Vicedo.
Este dirigía la población en minoría, sin el apoyo con delegaciones, de los tres ediles del PSPV. Al final cerró un complejo pacto con estos últimos que conllevaba una alternancia -en Alfarb teóricamente ha de llevarse a cabo en medio año- y una liberación de quien se sentara en el sillón presidencial. No obstante, un par de los concejales compromisarios rechazaron el acuerdo y se pasaron al grupo de no adscritos.
En apenas dos meses las principales formaciones del Botànic han dejado patentes diferencias sustanciales en distintos municipios. Desde sus cúpulas restan importancia a esos desencuentros.
"Los pactos van bien si hablamos en términos generales. Incluso en Alfarb, más allá del referéndum que lo ha enturbiado todo. Al final habrá cambio de alcaldía", apuntan desde Compromís. Por parte del PSPV también relativizan la controversia, que la singularizan en el primer -y único- edil de esta formación en la localidad. "Defendemos los postulados de la AVL, que apoya la terminación en ´b´", insisten desde la dirección socialista.
No obstante, en el caso de Carcaixent, una de los municipios más poblados de la Ribera Alta al superar los 20.000 moradores, las diferencias se acentúan. Compromís apoyará los presupuestos del equipo de gobierno del PP, tal como aprobaron su asamblea, ejecutiva y grupo municipal, pese a las críticas del PSPV.
"Están blanqueando a PP y a Vox", apuntan desde la dirección socialista, que tratará en su próxima ejecutiva comarcal la situación generada en esta localidad y las diferencias con Compromís. Mientras, desde esta última formación recuerdan el dicho extraído de la obra de Lope de Vega El Perro del Hortelano, "que ni come ni deja comer". En este caso, ni aprueba el presupuesto el PSPV ni le agrada que Compromís sí que lo haga.
Ambas formaciones fueron socias de gobierno en el pasado mandato. En este se encuentran en la oposición, aunque cada una observa ese rol desde una perspectiva. Como la complejidad de los pactos, que se extienden, en el caso de alternancias de alcaldías, a otras localidades como Llombai, Novetlé, Bellreguard, El Puig o Manises.
En Albaida, donde también había acuerdo, se rompió en octubre al salir los tres concejales del PSPV del equipo que dirigía el compromisario Alejandro Quilis. En apenas unas semanas la ruptura derivó en moción de censura con el apoyo final al candidato del PP por parte de dos de esos tres ediles, que dejaron solo a su portavoz, David Palací, acatando las directrices de su mando regional contra la medida.
¿Puede ocurrir en más municipios o los casos de la citada Albaida, Alfarb o Carcaixent son únicamente piedras superables en el complicado camino de las relaciones entre PSPV y Compromís sin ese referente que constituía el Consell del Botànic?