En la provincia de Valencia se asientan 355 áreas industriales, de las que casi un tercio emerge en la comarca de l'Horta
VALÈNCIA. Prácticamente llenos y, pese a ello, con creciente demanda. Así define el gerente de la Federación de Parques Empresariales de la Comunidad Valenciana (Fepeval), Diego Romá, la situación de estas instalaciones que, como describe, configuran "el sector que mejor ha capeado la pandemia y ha vuelto al nivel precovid".
En la provincia de Valencia coexisten 355 parques empresariales o área industriales (polígonos, si recurrimos a una denominación que ha quedado añeja), de los que 110 se localizan en la populosa comarca metropolitana de l'Horta, según los últimos datos recabados por Fepeval. Fuente del Jarro, en Paterna, se halla a la cabeza en extensión. Riba-roja y Quart de Poblet se colocan en ese liderazgo de metros de ocupación, con Parc Sagunt también en la cúspide.
No obstante, igualmente municipios menos poblados con Beniparrell, con apenas 2.000 habitantes, despuntan por su carácter industrial. O Loriguilla, con el mismo censo prácticamente y ya en Camp de Túria, donde la demanda aumenta por las buenas comunicaciones y por la elevada ocupación en términos municipales cercanos a Valencia. "El eje A-3 con by-pass ha alcanzado un alto interés logístico", recalca Romá, quien también señala Cheste, "con su parque empresarial en torno al circuito".
Precisamente en el impulso a las comarcas de interior insiste el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana (COIICV), ya que, como afirma su presidenta por la demarcación de Valencia, Eva Marco, "debemos de ser capaces de dar respuesta a la despoblación con apuestas de políticas de retención del talento, con definición, ejecución e impulsando áreas empresariales de alto valor añadido que impidan la deslocalización y el abandono de las comarcas de interior y que les doten de servicios e infraestructuras que las hagan atractivas".
A este respecto instan desde el COIICV, por ejemplo, "a evitar la despoblación y localización industrial en áreas saturadas. Para ello sería adecuado revisar las normas urbanísticas y las subsidiarias, con el objetivo de acometer un estudio estructural que permita la clasificación del suelo a fin de su conversión en suelo industrial".
"Cuanto más cerca de la costa y de entorno metropolitano, más demanda de terreno. Esta zona se encuentra prácticamente llena y va 'rebotando' actividades a áreas más alejadas", confirma el gerente de Fepeval, que hace hincapié en la petición de suelo de "grandes superficies para actividad logística".
El interés estratégico para las empresas, las aportaciones por parte del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (Ivace) para mejora de áreas industriales o la mayor sensibilidad por parte de alcaldes "poligoneros" –como los definen en sentido positivo desde el sector- constituyen algunos factores que han contribuido a dotar de mayor impulso a estos parques empresariales. Incluso alguno, como el Parc Tecnològic de Paterna, con la condición de entidad de gestión y modernización (EGM) que le permite aspirar a más ayudas, destaca como modelo paisajístico y "de gestión público-privada".
"Somos el último barrio de las ciudades. Los ayuntamientos recaudan pero se olvidan de reinvertir, aunque cada vez hay más alcaldes que se dan cuenta de que un área industrial significa empleo y riqueza para el municipio y aporta puestos de trabajo estables", señala el gerente de Fepeval.
Ese "último barrio" ya no se limita a albergar empresas del catalogado tradicionalmente como sector secundario, sino que acoge restaurantes, centros de ocio, oficinas… "Desde la Federación intentamos que se normalice la situación y que no se vea esta zona industrial como un quiste urbanístico, ya que hemos sufrido un abandono en los últimos 40 años y una falta de cultura de gestión y de cuidado", apunta Diego Romá. Para esa normalización Fepeval reclama "mejoras, que ya se están produciendo, pero que necesitan un mayor impulso, sobre todo en parques empresariales construidos entre 1960 y 1980".
"Las nuevas circunstancias geopolíticas y económicas de nuestro entorno deben hacer que seamos capaces de sacar el mejor rendimiento de una coyuntura empresarial de la Comunitat Valenciana respecto a distintos factores clave de competitividad, tanto estructurales de las empresas como referidos a factores exógenos, pero que influyen de forma determinante en las mismas y en particular en nuestras industrias y en las áreas industriales donde se asientan", apunta Eva Marco, que insiste en el impulso "de políticas públicas en materia fiscal, industrial, laboral y económica, y de organismos de apoyo a la industria y a las áreas industriales".
El anteriormente citado Fuente del Jarro ronda el medio siglo de antigüedad. Ocupa 2.700.000 m2 y agrupa en su superficie a 441 empresas, en las que desempeñan su labor unos 12.000 trabajadores. Como subrayan desde Asivalco, el organismo que lo gestiona, cuenta con "el mayor catálogo de infraestructuras generales y servicios de valor añadido entre todas las áreas industriales españolas, incluyendo parque de bomberos, oficina de Correos, escuela infantil (con 122 plazas), sede de la entidad gestora (650 m2), parcela de servicios, parada de MetroValencia o seguridad privada 24h los 365 días del año, entre otras cuestiones". Junto al Parque Empresarial Táctica conforma una zona empresarial de 4.000.000 m2 y casi 700 empresas.
Sus problemas son los característicos de un parque empresarial aunque elevados a su máximo exponente y focalizándolos en sus peculiaridades. "Más y mejores accesos, eliminar puntos negros en los que se producen inundaciones pluviales y hacer el segundo túnel o completar el Plan Integral de Seguridad y Emergencias", reivindican como soluciones desde Asivalco.
Quart de Poblet aglutina otro de los grandes emporios industriales de la provincia. Lo hace en torno al eje de la A-3, junto al polígono 9 de Octubre. Aglutina a 3.400 empresas a lo largo de unos seis millones de metros cuadrados, que lindan con poblaciones como Godelleta o Ribarroja.
Bartolomé Nofuentes, concejal de Economía y Hacienda en el Ayuntamiento de esta localidad de l'Horta Sud, recalca las inversiones procedentes de proyectos europeos que promueven "el tránsito del concepto de polígono industrial, con unas connotaciones de más contaminación, a parque empresarial, con mayor sostenibilidad, integración de áreas o nuevas posibilidades de empleo".
Entre los retos del área industrial de Quart de Poblet subraya "la urbanización de algunos tramos, la mejora de accesos, ampliando, por ejemplo, el recorrido de carril bici, o la aplicación de medidas más sostenibles en cuestiones como el alumbrado público, entre otras".
Los parques empresariales de Riba-roja también se expanden a lo largo de unos seis millones de metros cuadrados, de los que casi la mitad pertenecen a La Reva (sector 12, 13 y Casanova) el más amplio. Junto a él se encuentran sector 14, PLV, Masía Balo u Oliveral. En total en su superficie se asientan unas 1.400 empresas, en las que desempeñan su labor 8.000 trabajadores.
Carlos Peinado, gerente de Asocreva (Asociación de Empresarios de La Reva) recalca la peculiaridad de esta zona industrial, que consiste en su ubicación entre las carreteras A3 y A7, lo que induce a que en estos espacios predomine la actividad logística. Entre las reivindicaciones que destaca se encuentra la mejora de los accesos, congestionados, a la espera de construcción una nueva salida a través del polígono Masía Balo.
En la cuestión de las comunicaciones también hace hincapié la presidenta de la demarcación de Valencia del COIICV al señalar que "las áreas industriales merecen inversiones en infraestructuras, redes de comunicación y servicios que las hagan atractivas a empresas e inversores, no sólo desde un aspecto empresarial de crecimiento económico sino, también y consecuentemente, desde un aspecto social, de seguridad industrial, medioambiental y laboral".