VALENCIA. Si algo permite el concepto 12,90 es ser un turista en tu propia ciudad. Exige avanzar sin prejuicios por las calles menos reseñadas sin preocuparse por el planchado del mantel. Es una rutina de aprendizaje para atreverse y caer, pero también para lanzarse y volar. El de Thalassa no es un vuelo a motor, sino el paseo en barca por un Mediterráneo suave tan suave en su oleaje como la cremosidad de ese yogur tan popularizado como desconocido.
La cocina griega, a consecuencia de haberse servido en el vértice que va de las civilizaciones europeas hasta las asiáticas, es pura fusión. El trigo, la harina y la cebada son esenciales junto a sus vegetales, pero también los quesos, encurtidos y legumbres. A menudo, y de no ser por las especies y otras decisiones más arbitrarias, uno puede sentarse ante su propuesta y pensar que está en casa, en el Mediterráneo. Otras no.
Con ambas tendencias y desde hace apenas 8 meses, la ciudad de Valencia sufre una marejada de sabor a Grecia. Es moderada, con olas lanzadas por Basilis y Theoclitos en Thalassa, un restaurante que no tiene reparos en coger textualmente por nombre "el mar". El primero llegó a la capital del Turia hace diez años. El segundo, hace apenas dos, harto de la capota gris que cubre Londres en forma de cielo y que le acompañó durante su tiempo en Inglaterra como cocinero. Aquí se conocieron y decidieron "montárnoslo por nuestra cuenta. Yo no estaba contento, necesitaba no trabajar para otros, hacerlo a mi manera".
Basilis atiende a Guía Hedonista desde este restaurante inesperado, pegado a las avenidas de Blasco Ibáñez y Manuel Candela (Plaza Olof Palme, 12). Si el lugar no advierte de una experiencia culinaria enriquecedora (o tampoco su mantel), el local se aprovecha de la experiencia de los citados socios en proponer una carta breve y concisa con sabores únicos en Valencia. "La comunidad griega aquí es pequeña. Los pocos que hay nos conocen y vienen, especialmente en pequeñas celebraciones. También unos pocos militares que están durante algún tiempo ahora en la base [de la OTAN] de Bétera".
Thalassa importa una cantidad esencial de su producto: "aquí hay, pero no es igual". Importa el yogur, algunas cervezas, vinos, licores, la pasta filo de su empanada y hasta aceitunas o el pan de pita. Importa Grecia hasta Valencia y si es sostenible con sus ajustados precios "es porque somos nosotros dos los que estamos aquí todos los días". Cocina y sala, aunque su terraza bien amplía hasta los 40 comensales sus posibilidades.
El recetario griego es completo, sin concesiones. Prácticamente todo es para compartir, salvo la musaká o, quizá, las dos ensaladas. Todo lo demás son tapas frías, tapas calientes, suvlakia y postres. En nuestra propia elección y tratando de no salirnos del corsé de los 12,90 euros, no podemos dejar de recomendar compartir para dos la dolmadakia (hojas de parra rellenas de arroz, aceite de oliva y especias), las keftedes (albóndigas caseras de carne picada con especias) y la citada musaká. Qué mejor que una cerveza Mythos para acompañarlo y, en formato de pareja, cerrar la fiesta con el yogur griego tradicional con miel y nueces.
Las posibilidades son prácticamente todas y uno de los must, según sus habituales, es la tabla de salsas con tzatziki, melitzanosalata, humus y tyrokafteri, también el melitzanosalata (paté de berenjena asada), los yígantes (judiones con salsa de tomate al horno) o la spanakopita (empanada de espinacas con queso feta). La cantidad de platos vegetarianos supera el 50% de la carta y está entre todo lo que allí destaca. La cantidad de sabores y la conexión con algunas de nuestras raíces es de lo más interesante.
FICHA TÉCNICA
Nombre: Thalassa - Sabores de Grecia
Teléfono de reservas: 666 139 465
Precio: con el itinerario propuesto y para dos personas, apuramos los 12,90 euros
Dónde está: Plaza Olof Palme, 12
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