La oposición mueve ficha; el gobierno, responde, y la Mancomunitat espera a ver en qué queda la partida y si termina pronto
VALÈNCIA. Si hoy se repitiera el pleno de la pasada semana en Rótova el resultado volvería a ser el mismo y el punto sobre la aprobación de los nuevos estatutos de la Mancomunitat de la Safor recibiría el rechazo de la mayoría de la corporación. En la práctica, este municipio de poco más de mil habitantes, que apenas representa el 0,7% de la población de la comarca, seguiría bloqueando el desarrollo de la Mancomunitat y, por ejemplo, la percepción de ayudas para sus 31 municipios que, según fuentes de la entidad mancomunal, podrían alcanzar el millón de euros.
La situación la ha venido relatando Valencia Plaza desde la pasada semana. El alcalde, Jordi Puig, gobierna con el respaldo de tres de los nueve concejales que conforman el pleno. En la oposición se hallan los cuatro del grupo municipal popular y dos del grupo de no adscritos (Gustavo Morant y Ana Puig), que fueron en la candidatura de Compromís -la coalición del primer edil- en 2019; no obstante, las fuertes disensiones entre ellos acabaron en ruptura en febrero de 2021.
El enfrentamiento ha ido creciendo hasta el punto de afectar a toda la Mancomunitat, ya que el pleno ha desestimado hasta en tres ocasiones un punto teóricamente de trámite como es la aprobación de los nuevos estatutos mancomunales. Tanto PP como los dos ediles no adscritos acusan al alcalde de falta de transparencia y de negociación. De hecho, votar en contra de los nuevos estatutos mancomunales ha constituido, como explica el concejal popular Jesús Bou, "una forma de visibilizar la actitud del primer edil". Por su parte, Jordi Puig acusa a la oposición de votar "el no por el no" y no de "no acudir a las reuniones".
Ahora los cuatro munícipes del PP y los dos no adscritos han dado un paso más allá con el objetivo de "encontrar una solución". Para eso han remitido a la Mancomunitat y al Ayuntamiento un escrito denominado "acuerdo de mínimos". En ese documento plantean diversos puntos, como tener acceso al registro de facturas y expedientes del Consistorio, que el alcalde "responda dentro del término legal a los escritos registrados pidiendo información", o "que habilite las diferentes comisiones de las distintas áreas de gestión".
También piden que "equilibre la representación de los grupos a la proporcionalidad que marca la ley en la comisión de cuentas y de hacienda y en otras que se constituyan en el futuro", que "levante acta de todas y cada una de las reuniones" o que "restablezca el envío de la documentación para los plenos y las comisiones por correo electrónico". En este sentido lamentan "la carencia de información" o que "permita el acceso a informes de cientos de páginas pocas horas antes de su aprobación por el pleno, lo que imposibilita estudiarlos".
Jordi Puig, por su parte, sostiene que entre las peticiones de la oposición "hay cuestiones que afectan más al secretario que al alcalde y que responden a la normativa de funcionamiento del Ayuntamiento. Yo tampoco tengo acceso a todos los documentos. Cuando quieran nos sentamos con el secretario y les explica".
No rechaza ese acuerdo de mínimos, aunque sobre la base de "la normativa y las ganas de hablar y trabajar. En un consistorio con dos auxiliares administrativos no se puede pedir las facturas de todo un año sin bloquear su labor. Que digan en concreto qué necesitan y que cuando se les convoque acudan. El PP y los tránsfugas lo que quieren es amplificar el conflicto y juegan fuerte en esa línea".
Mientras, la Mancomunitat, desde donde insisten en que no tienen competencia en el Ayuntamiento de Rótova, esperan que el punto de los nuevos estatutos retorne al pleno. El alcalde, por su parte, sí que aguarda un pronunciamiento de la entidad mancomunal ante de llevarlo a sesión plenaria por cuarta vez. A la vez, Compromís y, sobre todo, PSPV y PP, negocian a escala comarcal para desencallar este asunto. En el resto de municipios ya se ha aprobado. No obstante, han de votar a favor todos. Solamente queda Rótova. Suficiente para que no salga adelante.